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De suicidio sí se habla

A raíz de la preocupación por los reiterados casos de suicidio en jóvenes de Sierras Chicas, la comunidad ha comenzado a reunirse para charlar y accionar sobre la problemática. En diálogo con El Milenio, la psicóloga y vecina de Unquillo Laura Cortez se refirió a este evento social como un acontecimiento humano complejo y multicausal del que es necesario hablar para instrumentar herramientas de prevención.
  • Por Daiana Zilioli. periodico@elmilenio.info
  • Colaboración: Sofía Marshall (6to IMVA). Yasmín Melo, Joaquín González y Malena Hames (6to IENM).

En agosto, un adolescente de 14 años decidió quitarse la vida y la comunidad de Unquillo no fue indiferente. Cientos de vecinos y vecinas, familiares, amigos, jóvenes de otras escuelas, docentes y directivos se congregaron en la Biblioteca Popular Domingo Faustino Sarmiento para hablar del tema y accionar, creando un espacio que hoy se mantiene con reuniones semanales. 

Según la Organización Mundial de la Salud, el suicidio es una de las principales causas de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años. Sin embargo, como explica la psicóloga Laura Cortez, hablar al respecto hoy sigue siendo tabú. 

“Hay muchos prejuicios que es necesario ir deconstruyendo, como el de creer que, si hablo de suicidio, le estoy instalando la idea a alguien. Eso es un error por desconocimiento”, señaló la profesional, que también es vecina de Unquillo y ha participado de los encuentros que se vienen realizando en la ciudad en torno a este tema.

El suicidio es un fenómeno multicausal de gran complejidad que requiere ser abordado de manera integral. Por tanto, Cortez nos invita a pensarnos en clave local, remarcando que lo primero es observar para luego accionar. “Hay que situarnos en la región, en su singularidad, para poder mirarnos, intentar comprender lo que sucede y desde allí diseñar herramientas de prevención”, explicó.

 “Se vuelve necesario comprometernos activamente con la problemática. No se puede trabajar ninguna situación de complejidad psicosocial sin un abordaje comunitario e intersectorial”

Laura Cortez

El Milenio: ¿Qué se entiende por suicidio?

Laura Cortez: El suicidio es un evento humano complejo. Por lo tanto, debe ser visto desde un lugar integral. Es decir, desde la multiplicidad de enfoques que nos brindan las distintas disciplinas para correrlo de una cuestión individual, de su fuero personal. Así, se empieza a pensar y a intervenir como un fenómeno social, que no responde a cuestiones solamente individuales. 

El suicidio es un modo de resolver una situación problemática, una manera de detener el sufrimiento, el padecimiento subjetivo. Se trata de una situación de mucha ambivalencia: la persona quiere vivir, pero quiere vivir bien. Lo que desea es que pare lo que le hace sufrir, y eso es lo complejo, situado y singular. Cuando lo ponemos en esos términos, lo que hacemos es que baje el temor y se deje atrás la cuestión de la imposibilidad de abordaje, que es vista como un “destino”. 

EM: ¿Considerás que es importante hablar sobre el tema?

LC: De suicidio se habla y se debe hablar. Es necesario ya que tiene que ver con los modos de prevenir e intervenir. Tiene que circular la palabra. Una persona que adopta este modo de resolución de su padecimiento, no lo hace porque quiere morir, lo que necesita es dejar de sufrir. Por ende es importante hablar sobre eso que duele, generando habilidades sociales (inteligencia emocional) para que la persona pueda expresar eso que le pasa.

Si hablamos del tema, derribamos el tabú y podemos construir herramientas al alcance de todos, como la de poner en práctica la empatía, el interés por los demás, entre otras. Y eso se da gracias al diálogo, poniendo en palabras lo que confunde, lo que no entiendo, lo que me asusta y me angustia. Pero si no lo hablo, no está. Si no lo nombramos, no existe. Y no podemos hacer nada para ayudar.

EM: ¿Cuál sería el modo adecuado de abordaje?

LC: Como todo acontecimiento humano, se vuelve necesario ampliar la mirada, observar en profundidad siguiendo algunos lineamientos que nos permitan ver no sólo por qué una persona se suicida, sino también encontrar desde allí líneas de acción para prevenir, lo cual tiene que ver con el acceso a derechos. Hay que ir hacia aquellas cuestiones sociales que están provocando dolor.

Desde lo mediático, es importante desenganchar el suicidio de esta idea de lo delictivo, lo peligroso. Posiblemente esté relacionado a la depresión, pero no debemos psicopatologizar ni criminalizar. Salir de ahí nos va a permitir trabajar y acompañar. Por eso es importante la visibilización del suicidio, no mirar para otro lado. Si los que están alrededor no están preparados para abordarlo, lo importante es buscar quien me ayude a ayudar.


EM: ¿Qué rol cumple o debería cumplir el Estado respecto a esta problemática?

LC: El rol del Estado debiera ser activo, tanto en términos de políticas públicas, ya que hay leyes que obligan a mirar y accionar, como desde una visión amplia del Estado, en tanto que todas y todos somos parte.

Es el rol que estamos teniendo en este momento. Ante esta coyuntura actual que nos asusta y nos preocupa, decidimos mirar y preguntarnos; pudiendo transformar cuestiones que tienen que ver con la queja o la preocupación, en acción. 

Se vuelve necesario comprometernos activamente con la problemática. No hay manera de trabajar ninguna situación de complejidad psicosocial sin un abordaje comunitario e intersectorial, incluyendo tanto las distintas áreas gubernamentales como de la sociedad civil, desde la iglesia o el club hasta la plaza del barrio. Esta es la forma de trabajo que al menos yo llevo adelante y me motoriza. 

EM: ¿Qué tipos de acciones se pueden tomar para acompañar a las juventudes en Sierras Chicas? 

LC: Para instrumentar herramientas de prevención, primero es necesario conocer lo que ya existe, saber qué es lo que hay que profundizar y seguir desarrollando. Para esto es indispensable hacer un recorte, observar lo general hasta llegar a Sierras Chicas. 

Hay algo que tiene que ver con lo social, con el momento pandémico y con la situación económica y global a nivel mundial. Lo específico y situado del acontecimiento del suicidio actualmente en Sierras Chicas exige que se haga efectiva la reconstrucción del tejido social, para que así las niñeces y juventudes puedan recuperar los vínculos sociales que se rompieron durante la etapa de aislamiento. Sin embargo, eso lleva un proceso. No quiere decir que al abrirse la escuela, el club o el cine, los procesos humanos lo hagan al mismo tiempo.

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