- Paula Pavone
- 6to año Instituto Milenio Villa Allende
Este jueves 2 de septiembre, el robo de un importante tramo de cables de alta tensión en el jardín maternal de la institución María Elena Walsh, obligó a las autoridades a suspender las clases.
El Milenio entrevistó a docentes de dicho espacio, detallando que durante los últimos años se ha agravado este tipo de conflictos, y que, gracias a la pandemia, las tareas de vinculación de la comunidad educativa y la comunidad del barrio, así como los eventos con el fin de recaudar fondos para cumplir con alguna necesidad se han cortado.
De igual manera, afirman que los problemas son recurrentes, y que gracias al vandalismo consecutivo se imposibilita el funcionamiento óptimo de las instituciones, como la imposibilidad de utilizar baños, la falta de agua y de gas, entre otras cosas. Incluso llegaron a pedir vigilancia en el barrio para evitar más daños, pero al no tener cooperadora, y que no se pague cuota, todo depende del estado, del cual no reciben respuesta alguna, y que en consecuencia a la suspensión de clases del sector primario, varios padres no mandan a sus hijos al jardín, generando un conflicto que termina perjudicando las condiciones necesarias para la educación en un contexto delicado por la pandemia.
Dicho sea esto, algunos docentes consideran que el conflicto no fue causado por la pandemia, sino por las condiciones estructurales, que afectan a cada ámbito de distinta manera.
A diferencia del nivel secundario, que funciona con el 80% de presencialidad, los estudiantes de primaria reciben desayuno, almuerzo y merienda, por lo que cuando el colegio no funciona tampoco funciona el paycor, además, son varios los inconvenientes que atraviesan las instituciones educativas del barrio Las Polinesias, tanto en el establecimiento secundario, Ipem 410, como en la escuela primaria, Rosario Peñaloza, y en el jardín de infantes María Elena Walsh.
