Colaboración: Francisco Diego Dávila y Santiago Manuel Aguirriberri (IMVA) y Florencia Destéfano y Jeremías Leites (IENM)
Pertenecer a un grupo, a un equipo de trabajo es algo que todas las personas tenemos que acostumbrarnos tarde o temprano. Vivimos en sociedad y desde la primeria nos enseñan a trabajar en grupo, luego en la adultez también tenemos que acostumbrarnos a trabajar con distintos grupos humanos, pero ¿Qué pasa después de la jubilación?
Estamos hablando de una etapa de la vida donde ya no tendríamos que preocuparnos por trabajar en equipo, donde podemos ser un poco más egoístas e individualistas.
No obstante y como consecuencia de lo anteriormente mencionado, dejar de tratar con un grupo humano de forma cotidiana es una tarea muy difícil de olvidar porque literalmente nos criaron para eso.
Es por este motivo que muchos Centros de Jubilados ofrecen diversos talleres, clubes o programas de aprendizaje para las personas mayores, porque más allá de la enseñanza que se pueda adquirir o el talento que se pueda perfeccionar importa el calor humano, el contacto con el otro.
Un ejemplo de esto lo encontramos en el Coro del Centro de Jubilados de Salsipuedes, “Acorde Mayor”, cuyos integrantes trasmiten una alegría imposible de describir con palabras.
El Milenio tuvo la oportunidad de charlar con varios de sus integrantes del coro para conocer un poco más sobre sus vidas, el por qué les interesó cantar, que los une, que los motiva.
Algunas charlas fueron por Zoom y otras por audios de WhatsApp, demostrando como la tecnología una vez más, puede ayudar a unir a las personas.
Las respuestas que obtuvimos fueron varias y muy personales, donde el foco de atención pasó por valorar el contacto con el otro y disfrutar esos pequeños momentos de felicidad compartidos, que enriquecen el alma y nos hacen sentir parte viva de nuestra comunidad.
Un Poco de Historia
Susana Cagnolo y Jorge Gaiteri dirigen el coro Acorde Mayor de Salsipuedes hace más de seis años.
El coro del Centro de Jubilados de Salsipuedes, “Acorde Mayor” nació en el año 2014, por iniciativa de los integrantes del dúo Cadencia, Susana Cagnolo y Jorge Gaiteri.
Según comentaron a este medio, en sus inicios comenzamos con tan solo seis integrantes, cinco mujeres y un varón. “Llegamos a tener 36 integrantes en nuestro mejor momento antes de la pandemia”, explicó Jorge con mucho orgullo.
Además, Jorge, quién oficia de director y profesor del coro, explicó que el repertorio musical que manejan está basado sobre todo, en músicas argentinas y latinoamericanas, aunque siempre están abiertos a otro tipo de canciones dependiendo del ánimo del grupo.
“Más que nada cuando hemos intentado decidir el repertorio es que sean músicas accesibles a cualquier persona, tenga o no tenga formación coral”.
“Nosotros hicimos una versión muy linda de “Mundo Agradable” de David Lebón y tenemos un repertorio enorme de canciones que modificamos y cantamos”, añadió Adriana, una de las participantes más alegres del coro, quien además comentó que les gusta tanto la música clásica como la chacarera.
“Incluso el profe escribió la letra de la chacarera basándose en la música de Atahualpa y fue un éxito de nuestros profesores y directores que supieron poner esa canción”, añadió.
“Nuestro tema más pedido es “Bésame mucho”, es muy aplaudido junto a las chacareras de la vieja escuela. Es también tremendo y ahora este año estamos practicando “El abrazo” que es muy lindo también”, expresó Nelsi, una de las integrantes más nuevas del coro.
“Fue un gran desafío”, añadió Silvia, quién también participó de la charla virtual con este medio.
“Eso no animaba para que no se convirtiera en una rutina, eran desafíos a concretar. Por eso una extraña los días lunes, era un lugar amenos con cero estrés, todos nos volvimos amigos”, comentó.
Unidas por el corazón
No obstante, debido a la pandemia, las actividades del Coro, se vieron afectadas e interrumpidas momentáneamente.
De hecho, la entrevista con El Milenio, fue la oportunidad que tuvieron algunos integrantes para volver a encontrarse y charlar sobre lo mucho que extrañaron las clases y las prácticas junto al profesor Galtieri.
En este sentido Silvia, explicó que si bien no están participando presencialmente, los profes se toman la molestia de mandarles canciones y ejercicios por medio de WhatsApp para que puedan seguir ejercitando y practicando aquello que tantas alegrías les trae.
“Es fundamental ese tipo de amor que es el que está presente aunque no lo tengas para abrazarlo”, sintetizó.
“La música es algo tan grande que nos eleva y cantar para mi al menos es un “paseíto” por adentro del alma y del corazón, un hermoso paseíto y poder expresarnos de esa manera ojala que la vida y el tiempo nos deje juntarnos pronto”, añadió Noemi, otra integrante del coro, aunque esta vez por WhatsApp.
En cambio para Marta, el coro significó un redescubrimiento total de lo que significa para ella la música. “Desde hace 20 años que dejé de trabajar y que empecé a relacionarme con la gente del coro, es lo mejor que me pasó en todo este tiempo”.
“Significa la sensación de pertenencia a un grupo en donde la música y el cantar son una parte muy importante en la vida de cada uno”, añadió Ileana.
“Ser parte del coro fue lo mejor que me pasó en la vida”, avisa sin duda alguna Bety, “realmente fue algo hermoso poder cantar, charlar, reír y tomar una merienda. En este tiempo de pandemia fue difícil reunirnos, pero por lo menos pudimos cantar por WhatsApp, fue maravillo no perder el contacto”.
Un mismo objetivo: divertirse aprendiendo
“Ser parte del coro fue lo mejor que me pasó en la vida”, avisa sin duda alguna Bety, una de las integrantes del coro.
Cuando les consultamos a las integrantes sobre cómo fue que descubrieron el Coro, las respuestas fueron de lo más variadas, algunas comentaron que fue “por casualidad” y otras porque les interesaba redescubrirse luego de jubilarse.
Tal es el caso de Silvia, que según nos comentó el destino quiso que pueda conocer a este interesante grupo: “Yo no decidí unirme, a mi me unió la vida, de eso que uno llama casualidades y que yo actualmente creo que fue un regalo que me dió la vida por mi jubilación”, expresó.
“Entré un día en el Centro de Jubilados, como recién jubilada para ver que se podía hacer ahí. Cuando entro me encuentro con unas ocho personas, más o menos, reunidos en la entrada del centro de jubilados a un señor tocando la guitarra y a una hermosa niña que lo acompañaba también cantando y demás”.
“Tarde un año en decidirme si me unía o no”, explicó Adriana, comentando que siempre le gustó cantar pero no se sentía segura, hasta que el cariño del grupo la hizo decidir unirse y ser parte de esta experiencia.
“Me abrazaron todos y fueron muy cariñosos conmigo y desde ese momento me quedé enamorada del grupo porque tenían mucha energía buena y gente contenta. A mi el grupo me hizo muy bien y me hacía falta”, comentó.
Por su parte, Nelsi expresó que se unió recién en 2019, donde quedó encantada por el trato de los profes y del resto de los integrantes del coro.
“Como dice Adriana el recibimiento de los profes y del resto de las mujeres y se hizo un grupo hermoso somos un montón y siempre digo que los lunes son fiestas al ser tantas y tantos siempre hay un cumpleaños después de ensayar”, comentó.
Finalmente nos comentaron que en el Coro “Acorde Mayor”, siempre están con los brazos abiertos para recibir nuevos integrantes porque lo más importante es pasar un buen rato entre pastelitos, canciones y buenos amigos.