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Sin fiestas y sin ingresos

Los salones de eventos cerraron sus puertas el 14 de marzo y actualmente no saben cuándo podrán retomar su actividad. En Sierras Chicas, la situación afecta a entre 60 y 70 espacios. Representantes del sector solicitan al gobierno que tome medidas urgentes y, en el corto plazo, les permita abrir los salones para concretar reservas a futuro.

Por Martina Araya Díaz

4to Año, Instituto Milenio Villa Allende

Colaboración: Lucía Argüello.


Frente al avance de la COVID-19, muchos sectores productivos se vieron paralizados. Entre los más afectados, se encuentran aquellos que implican “reuniones masivas”. Salones de eventos, boliches, centros culturales, teatros y otros espacios similares, cerraron sus puertas a mediados de marzo, ya que las grandes concentraciones de personas implican un alto riesgo de contagio y, por esta misma razón, suponen que serán los últimos en abrirlas de nuevo.

La CASAFIC (Cámara de Salones de Fiestas y Eventos Sociales -corporativos e infantiles- de Córdoba) estima que, por la falta de ingresos, se ven perjudicadas alrededor de cien mil familias en la provincia y casi un millón de trabajadores en todo el país, ya que no se trata sólo de los propietarios de los salones, sino también de los rubros afines (sonido, iluminación, fotografía, catering, etc.). Vale recordar que los eventos sociales e infantiles son una de las principales actividades comerciales de Sierras Chicas, donde existen entre 60 y 70 salones, según datos de la Cámara provincial.

Nosotros paramos el 14 de marzo y ya llevamos más de 60 días sin poder trabajar. Muchos colegas están pensando en cerrar porque no van a poder soportar los gastos fijos sin la ayuda urgente del gobierno”, declaró María José Oliva, presidenta del organismo y titular de una firma de eventos con salón en Villa Allende.


CASAFIC invita a los dueños de salones y trabajadores del sector a contactarse con la institución para coordinar acciones en conjunto. Contacto: 351 6801492.


Ante esta situación, CASAFIC solicitó al gobierno nacional y provincial que se declare la emergencia económica para el sector y se conforme una mesa de trabajo que adopte las medidas necesarias para sostenerlo.

Mientras tanto, los administradores de salones buscan reprogramar todas las fechas que estaban vendidas antes de iniciarse el aislamiento y esperan que los habiliten para mostrar sus espacios a posibles clientes.

El Milenio: ¿Qué alcance tiene este receso en Sierras Chicas?

María José Oliva: A nivel provincial, estimamos que unas cien mil familias se ven afectadas por esta situación. En Sierras Chicas hay entre 60 y 70 salones de eventos habilitados. Si tenemos en cuenta que detrás de cada evento hay, por lo menos, de 15 a 20 trabajadores, estamos hablando de más de 1400 familias perjudicadas en la región.

EM: ¿Cómo están afrontando en este momento sus gastos fijos?

MJO: Pudimos afrontarlos hasta ahora con nuestros ahorros, pero hay muchos colegas que ya no saben qué hacer. Estamos hablando de pagar alquileres de los salones (la mayoría somos dueños de la marca, no de la infraestructura), sueldos del personal estable, impuestos, seguros, servicios, gastos de mantenimiento y muchos ítems más. Realmente se nos está haciendo muy difícil.

EM: ¿Qué acciones podría llevar adelante el gobierno para aliviar la situación del rubro?

MJO: En primer lugar, pedimos que se declare la emergencia económica, para que las autoridades tomen las medidas de excepción que ayuden a las PyMEs a sobrevivir y mantener las fuentes de trabajo. Además, solicitamos que se nos exima del pago o se reduzca el monto de ciertos impuestos y servicios (como luz, agua, rentas, aportes patronales, etc.), así como la entrega inmediata de créditos a tasa 0%, lo cual nos ayudaría a pagar las deudas y nos daría más tranquilidad para esperar un tiempo razonable.

Estas son medidas paliativas para sostener nuestras estructuras en este contexto, pero también tenemos otras grandes problemáticas que vienen de antes, como la legislación de nuestro sector. El gran problema de los salones en Córdoba es que estamos incluidos dentro de la ley de Espectáculos Públicas, cuando en realidad nosotros hacemos eventos familiares, la mayoría de los cuales no superan las 600 personas y, en el caso de los salones infantiles, directamente no pueden tener más de 50 invitados. No hacemos eventos masivos, como un recital, por eso creemos que la categoría “espectáculos públicos” no nos corresponde.

En Sierras Chicas, eso nos obliga a pagar impuestos municipales de comercio e industria mensualmente, y a la vez, por cada evento que realizamos; o sea que tributamos dos veces por la misma actividad.

EM: En medio de esta situación, han tenido que dar respuesta a clientes que ya habían contratado sus servicios. ¿Cómo vienen manejando ese tema?

MJO: La mayoría de las fechas de otoño e invierno han sido reprogramadas sin inconvenientes, pero hay clientes que directamente quieren cancelar su evento a raíz del temor por la COVID-19, y es totalmente válido. El tema es que el dueño del salón no puede devolver la seña, ya que tampoco es responsable por la pandemia que lo obliga a cerrar. Desde CASAFIC hemos sugerido dialogar con cada cliente y tratar de lograr el mejor acuerdo posible.

EM: ¿Cuánto estiman que tardarán en reactivar los salones una vez levantado el aislamiento?

MJO: Los eventos sociales se programan con 4 a 6 meses de anticipación mínimo y los infantiles, entre 15 y 20 días antes, o sea que en ningún caso esto se reactivaría instantáneamente. Además, hay que esperar a que el público vuelva a tener confianza, ganas y medios económicos para hacer una fiesta, son muchos los factores en juego.

Queremos ser optimistas y pensar que en septiembre u octubre de este año vamos a poder volver a trabajar, pero quizás recién empecemos a caminar nuevamente en marzo o abril de 2021. Recientemente hemos presentado un protocolo de seguridad a las autoridades nacionales y provinciales para cuando regresemos a la actividad, tanto para el personal como para los invitados. A corto plazo, estamos solicitando que nos permitan abrir los salones para recibir clientes (con todas las precauciones) y poder vender fechas a futuro.

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