
- Por Lucía Oliva
- Instituto Milenio Villa Allende
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- Portada: Mixta sobre tela Sol Martinez
Villa Allende. Humberto «Cacho» Mariani fue quien estuvo al frente de la parroquia de la ciudad de Villa Allende desde el año 1970 hasta el 2011, cuando se jubiló.
Nacido un 30 de enero de 1930 en Villa del Rosario, estaría cumpliendo este 2020 sus 89 años de existencia.
Como dato curioso, a pesar de su jubilación siguió viviendo en la casa parroquial de la Capital Nacional del Golf.
Humberto «Cacho» Mariani se desempeñó como sacerdote desde 1970 y es de esos personajes que Sierras Chicas no olvida.
Pero por sobre todo, Mariani es recordado por los mensajes que brindaba en sus misas, que atraían a vecinos de distintas localidades, no sólo de Villa Allende.
La comunidad de Villa Allende desfiló toda la tarde de ayer por la parroquia del Carmen para despedir al cura Mariani. Foto: Sergio Cejas/LaVoz.
Humberto, murió la mañana del 16 de mayo del 2012 y fue velado en la parroquia Nuestra Señora del Carmen con una misa de despedida en la que participó el Arzobispo de la Provincia, Monseñor Carlos Núñez.
Un viaje al pasado
En la década de los 70, su parroquia fue víctima del ataque de bombas por parte del gobierno militar de esa época.
Ya en democracia, se lo recuerda como defensor de las libertades individuales.
Fue tal su impronta y huella que dejó en Villa Allende, que una de las calles principales de la ciudad lleva su nombre.
«Cacho» inolvidable
Humberto “Cacho” Mariani se recibió de sacerdote en 1946, y desde septiembre de 1970 se transformó en el cura párroco de Villa Allende.
Tras jubilarse, dejó la conducción parroquial a Juan Carlos Martos.
Nacido en Villa del Rosario, de sus cuatro hermanos, tres llegaron a ser curas: Guillermo “Quito”, Juan Carlos y él.
Llegó a esta ciudad de las Sierras Chicas después de ser docente en el Seminario Menor de Jesús María, y ejercer cargos pedagógicos de Teología en la mencionada ciudad, Unquillo y Villa Allende.
A su lado, se forjaron comisiones barriales, los grupos juveniles scout y asociaciones comunitarias de apoyo a los sectores más necesitados.
En sus primeros años como párroco se destacó en la faz deportiva como “wing” izquierdo y luego como avezado jugador de paddle.
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