Catalina Devandas, abogada y relatora especial de la ONU, expresó que las personas de edad o con discapacidad están sometidas a la pérdida de poder, la denegación de su autonomía, la marginación y la devaluación cultural

- Por Martín Lorenzatti
- 6to Año, Instituto Milenio Villa Allende
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(El mundo) – El pasado martes 5 de noviembre, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por medio de su abogada y vocera, Catalina Devandas, expresó que “es inaceptable que en el siglo XXI digamos que una persona tiene que ser segregada, separada de su familia e institucionalizada, porque no podemos darle el apoyo que requiere en su comunidad, en su casa, con su familia, con sus seres queridos”.
Según datos que maneja el organismo internacional, el grupo formado por personas de 60 años o más, está creciendo a un ritmo de alrededor del 3% anual. Es decir que del 12% que se midió en 2015 pase al 21% para 2050.
La abogada expresó que el aislamiento de las personas mayores o con discapacidad es otra forma de discriminación e instó a los países miembros a buscar soluciones para lograr la reintegración de esta parte de la sociedad.
“La intersección entre vejez y discapacidad genera tanto formas agravadas de discriminación como violaciones específicas de los derechos humanos”, expresó la delegada de la ONU.
En otra parte del texto, Devandas explica que buscar soluciones a los problemas de aislamiento de las personas mayores o con discapacidad, no tiene que ver con la necesidad de crear hogares especiales o comunidades donde alojarlos, como los asilos, por ejemplo.
“Cuando se trata de personas con discapacidad se asume que son otras personas, los cuidadores, los familiares, los que tienen la responsabilidad de tomar decisiones por ellas. De decidir dónde viven, quién las van a cuidar, cómo las van a cuidar y se limita el derecho de las personas de decidir cuáles son sus preferencias, dónde quieren vivir y con quién quieren vivir“, advirtió.

Catalina Devandas Aguilar es abogada costarricense y relatora especial en ejercicio de las Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad desde la creación del cargo en 2014.
El ejemplo de España
En otra parte del texto Devandas destaca cómo las personas mayores viven en España.
Le parece sorprendente que en el país ibérico siguen con su vida activa y asistiendo a espacios verdes, cines, bares. En otros países o lugares cuando una persona pasa a ser mayor tiene a fomentar a relajarse, estar solo en su casa o en una institución.
“Eso no quiere decir que tengamos que pensar utilitariamente cómo les hacemos trabajar, sino cómo podemos traer contribuciones valiosas de quienes todavía pueden y quieren trabajar, insertarse, buscar espacios de participación”.
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