El Milenio

Noticias de Sierras Chicas

Graciela Ramos. “La novela es una forma de enriquecer la historia”

“La Patria de Enriqueta” es el título de la última obra de Graciela Ramos. La reconocida novelista dialogó con El Milenio acerca del equilibrio entre la historia y la ficción y su nuevo trabajo, que verá la luz en la Feria del Libro Córdoba el próximo 14 de septiembre.

Colaboración: Tomás Huspenina y Augusto Argüello (4to IMVA). Tomás Gómez Coppede y Tomás Calzada (4to IENM).


Entre los pequeños márgenes que delimitan y tejen la maraña de la historia y la ficción, Graciela Ramos se hace un hueco para su relato. En pleno proceso creativo y a punto de presentar su sexta novela “La patria de Enriqueta”, Graciela, vecina de Villa Allende, sostiene que el verdadero camino es escribir para uno, sin buscar llenar las expectativas literarias o la presunción de lo que “podría” llegar a tener éxito.

“Cuando escribí la novela ‘Amor de malón y muerte’, mis lectores se quejaban porque ‘los mataba a todos’. Sucede que está ambientada en la época de las confrontaciones entre unitarios y federales, donde la gente moría asesinada constantemente. Creo que hay que ser consecuentes con la historia, eso hace que la novela sea diferente”, explica la autora.

De la libertad que siente cada vez que escribe, buscando ser fiel a ella misma y a un contexto histórico determinado, nacen las ideas que la mantienen en plena vigencia como una de las escritoras más destacadas del género. “Me tomo licencias, me las permito. De otra forma no hubiera escrito lo que escribí sobre personajes como Jorge Luis Borges o Victoria Ocampo”, sostiene Ramos.

Su último trabajo continúa el sendero temporal de su antecesor, “La boca roja del Riachuelo”. Así, “La Patria de Enriqueta” se sitúa en el primer golpe militar de Argentina, que llevó al derrocamiento del presidente Hipólito Yrigoyen. La llamada Década Infame, el germen de instituciones nacionales como la CGT y el surgimiento de la primer villa miseria del país, cobran vida entre los personajes de la escritora.

El Milenio: ¿Por qué seguís eligiendo la novela histórica como género de cabecera?

Graciela Ramos: Porque me encanta la novela y me gusta mucho la historia. Me gusta y me enoja, porque cuando uno va conociendo la historia, también va analizando muchos cambios, el antes y el ahora.

Pienso que la novela es una forma de enriquecer el pasado. No es lo mismo estudiar el Cruce de los Andes de San Martín, que entender en profundidad su vida, las circunstancias en las que hizo tal hazaña, con tremendos dolores, su reunión secreta con Simón Bolívar en Guayaquil, su amante. Eso es novelar la historia, eso es lo que me atrapa.

Me lleva un poco la curiosidad y el deseo de continuar con los relatos. Los temas que yo trato no están muy conversados en la historia que aprendemos en la escuela, en la historia cotidiana. Me gusta desenterrar un poco ese pasado y ponerlo en las manos de todos.

“Quien lee mucho, en algún momento siente la necesidad de escribir, ya sea para sí o para editar. La lectura es una herramienta y hay que nutrirse de eso, a través del medio que sea”

EM: ¿Cómo equilibrás en tus novelas la parte ficcional y la histórica?

GR: Es un factor muy importante en mi obra. En realidad, hay un escenario histórico que es necesario respetar. Todas las que escribimos en este género tenemos que tener en cuenta eso. Justamente hace algunos meses apareció la novela televisiva “Argentina, tierra de amor y venganza” y noté que tiene muchos errores históricos.

Lo que sucede es que los creadores tomaron algunos personajes que existieron realmente, como “la Polaca” (Raquel Liberman), pero lo que se cuenta sobre ella en la tira de televisión no necesariamente se ajusta a lo que sucedió. Lo que sí es cierto es que a ella la meten en un burdel y fue la primera que se animó a denunciar a los proxenetas de la época.

La patria de Enriqueta”: Enriqueta, hija de inmigrantes, lucha con todas sus fuerzas para salir adelante en una Argentina convulsionada: la década infame, la de los años treinta.

EM: En cambio tus personajes, si bien se ven afectados por un escenario histórico real, son totalmente ficcionales.

GR: Claro, esa es la búsqueda. Por ejemplo, en “La Patria de Enriqueta”, mi personaje está muy enamorada de Roberto Arlt, porque yo amo a ese escritor. En un momento del libro aparece parte de “Aguafuertes porteñas”, unos relatos preciosos que definen muy claramente a los personajes de la época, la mujer, el trabajador.

Enriqueta, personaje principal, lo ve a Roberto Arlt y queda anonadada, pero no lo hago hablar al autor en el libro, tampoco lo hago pensar, simplemente tomo lo que él dejó como legado, que son sus escritos.

Eso requiere un enorme trabajo de investigación si lo que se busca es ser fiel a un personaje real. Tenés que analizar, conocer cada detalle de la vida de esa persona de tal manera que puedas determinar qué pensaba y eso es muy difícil. A mí me encanta leer biografías, pero no me atrevo a escribirlas, es como un límite que tengo. Por ahora, después quién sabe.

EM: Cuando empezaste, ¿esperabas llegar a donde estás hoy?

GR: Lo cierto es que nunca imaginé que esto sucedería. La primera novela la trabajé con El Emporio, una editorial de Córdoba. Es muy raro que una editorial apueste de la manera en la que lo han hecho por mí. La verdad es que hoy, habiendo escrito ya mi sexta novela, no paro de agradecer. Sentarme en una mesa chica con otras escritoras argentinas es como un sueño eterno.

EM: ¿Qué consejo le darías a los novatos en el mundo literario?

GR: La lectura. Quien lee mucho en algún momento siente la necesidad de escribir, ya sea para sí o para editar. La lectura es una herramienta, a través del medio que sea, el papel, el eBook, el celular, lo importante es nutrirse de eso. Mi consejo es que prueben, si no les gusta un libro agarren otro, permítanse leer novelas, ensayos. Que se animen y escriban, que se sienten frente a la computadora o la hoja de papel y suelten lo que se les venga a la mente.