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“Es necesario volver al juego, romper estructuras y darnos cuenta que el límite es interior”

Desde sus primeros pasos en Buenos Aires a la consolidación de su carrera como maestra, María Iribarne le pone cuerpo y alma a la enseñanza de gimnasia artística en Río Ceballos.

Desde sus primeros pasos en Buenos Aires a la consolidación de su carrera como maestra, María Iribarne le pone cuerpo y alma a la enseñanza de gimnasia artística en Río Ceballos. En entrevista con El Milenio, la deportista explica la conexión de esta disciplina con los pilares del deporte y rompe prejuicios sobre una actividad que no conoce de géneros ni edades.

“Alguien que sepa transmitir el valor del deporte, sea cual fuere, te cambia la mirada”, afirma María Iribarne.

Una prueba para casi todas las habilidades físicas posibles es lo que propone la gimnasia artística. Llevando desde la base de movimientos casi instintivos, como el rol adelante, hasta los más complejos desafíos en barra, es la misma orientación hacia el desarrollo del cuerpo mediante la fuerza, la resistencia o la velocidad y el espíritu a través de la paciencia, la concentración y la serenidad.

María Iribarne, nacida y criada en el oeste del gran Buenos Aires absorbió, desde muy temprana edad, el ejercicio y la disciplina que conlleva lo que en la actualidad se denomina gimnasia artística. La oriunda de San Antonio de Padua sostiene que fue su maestra de educación física, en el colegio primario, quien la incentivó a sumarse a la escuadra de gimnasia, para luego mostrarle el camino, que ella misma recorre con su propia impronta hace más de veinte años.

“Ella siempre fue muy importante para decidir continuar esta trayectoria, gracias a ella estudié educación física. Apuesto cien por ciento a la docencia, si tenés un buen entrenador tenés una clave que marca la diferencia. Alguien que sepa transmitir el valor del deporte, sea cual fuere, te cambia la mirada. Lo más importante es saber transmitir la pasión, saber enseñar, estar a disposición, eso contagia y es lo que a una la incentiva a seguir formándose”, manifiesta la gimnasta.

Con tanta claridad en busca de un objetivo, María se involucró desde los primeros años del profesorado de educación física en la cátedra de gimnasia, como ayudante de alumnos, además de dar clases en forma particular en su casa. Sucede que para ella esta disciplina es una constante en su vida, ya sea practicándola o enseñándola.

Hace veinte años cambió de aire y llegó a la ciudad de Río Ceballos, que ya siente como propia, volviéndose a esta altura una referencia ineludible de la gimnasia artística en el corredor de Sierras Chicas. Las cosas nunca fueron fáciles, pero, aun así, la decisión de la docente fue inexpugnable y en relación a ello ratifica: “Yo siempre busqué a través de la pasión, no de lo económico. Me fui abriendo paso de a poco, la gimnasia artística no era muy conocida en Río Ceballos. Se fue conociendo cada vez más y fortaleciendo, armando algo un poco más sistemático. Pero lo mío fue siempre desde lo que me genera enseñar, algo que significa demasiado para mí, el rédito económico nunca fue mi prioridad”.

El Milenio: ¿Se combina la gimnasia con otras disciplinas como la calistenia, por ejemplo, con el objetivo de obtener más fuerza o mejorar ciertas destrezas?

María Iribarne: Hoy en día se combinan muchas cosas. La calistenia fue la base de la gimnasia artística, cuando comenzó con todo este juego de colgarse en los aros o en otros elementos de la naturaleza.

Hoy en día muchos varones hacen calistenia y utilizan las barras de gimnasia artística para realizar cierto tipo de ejercicios. Si bien no es lo mismo, las bases son similares. La calistenia posee muchos movimientos, a los cuales a veces les falta un poco de técnica y en ese punto ayuda mucho la gimnasia artística, para favorecer esos movimientos.

EM: Es importante destacar eso, porque hoy se observa mucha gente que empieza practicando algún ejercicio de fuerza, en cualquier parque y se vuelve necesario complementarlo técnicamente, para que no se traduzca en lesiones.

MI: Exactamente, así funciona. De hecho, el año pasado llegó al gimnasio un grupo de chicos del secundario que practican algo de calistenia porque tienen las barras, ya sea en la escuela o en algún parque y encontraron en la gimnasia artística la posibilidad de pulir detalles técnicos que les brindan mejor postura, velocidad y agilidad en los movimientos. De modo que esta gimnasia sirve no sólo por sí misma, sino también para practicar cualquier otro deporte.

Un niño o niña que se inicie desde pequeño en esto desarrolla potencial para todo deporte, porque trabajamos con todas las capacidades: resistencia, velocidad, potencia. Además de habilidades como coordinación, equilibrio, salto. Al ser tan completa la disciplina favorece un desarrollo muy amplio.

EM: ¿La postura es otro de los pilares de la gimnasia artística?

MI: Sí, es un trabajo muy grande el que hacemos sobre la postura, desde la fuerza y la flexibilidad. Es sumamente necesaria para llegar a una técnica adecuada y realizar los ejercicios sin lastimarse.

EM: ¿Se rompe de a poco con el prejuicio arcaico de qué la gimnasia artística es sólo un deporte para mujeres?

MI: Sí, romper con eso cuesta un montón. En las grandes capitales no es tan difícil porque los gimnasios ya vienen armados con la gimnasia masculina. Pero en las ciudades más chicas es muy limitado esto y se piensa que el varón tiene que jugar al fútbol, al básquet, rugby y no mucho más. De a poco, vamos quitando eso y por suerte el año pasado explotó la gimnasia masculina acá en Río Ceballos. En nuestro gimnasio llegamos a quince niños varones, cuando antes no alcanzábamos a tres. Ingresan niños desde los cuatro a los trece años. En el verano también se sumaron seis adultos varones, haciendo algo que nunca imaginaron de chicos. Claramente hay un prejuicio, pero esto es una base formativa y un deporte para cualquiera.

EM: ¿Hay límites de edad para iniciar o dejar la gimnasia artística, teniendo en cuenta los elementos y los trucos que realizan?

MI: No, esos son también prejuicios para romper. Podés iniciar esto con una persona de dos años, porque trabajamos todas las capacidades motoras, con una gran multiplicidad de elementos y variantes. Luego, a medida que vamos creciendo nos metemos esta idea de que ya estamos grandes y si no empezamos de chicos no vamos a poder realizar esto o lo otro. Ese no es un límite real, es un límite de la cabeza, porque en realidad se puede comenzar con posturas básicas, trabajando desde el suelo.

Tal es así, que tenemos chicas grandes que nunca habían hecho gimnasia ni nada similar en su vida y hoy, ya están haciendo medialunas, vertical, roll, colgándose de las barras. Acá hay un montón de elementos que favorecen el cuidado personal. De modo que es necesario volver a lo básico, al juego, romper estructuras y darnos cuenta de que el límite es interior. Cuando uno está cuidado, el cuerpo aprende y el límite de edad lo pone cada uno. En caso de que exista alguna lesión hay que trabajar en conjunto con profesionales de la salud, para adaptar la actividad.

EM: ¿Por qué se decidió, hace tiempo, llamar “artística” a este tipo de gimnasia?

MI: Tuvo muchas denominaciones distintas, pero pasó a ser artística porque cuando se realiza el sistema de puntuación en las competencias, existen varias valoraciones que tienen que ver con lo artístico. También pasa por mostrar la diferencia con la gimnasia rítmica, que trabaja con aros, cintas, pelotas y es más volcada a la danza. En cambio, esta es una gimnasia más orientada a lo atlético, con aparatos, más potencia, fuerza y velocidad.

EM: ¿Ves en la actualidad gimnastas con potencial para competir a nivel internacional?

MI: Sí, hay varias chicas, que compiten no sólo a nivel nacional sino internacional. Acá en Río Ceballos hay talento, hace pocos años salieron jóvenes gimnastas que ya son importantes en Argentina. El tema es saber ver ese potencial y tener la grandeza de decir, como profesora ‘hasta acá llegué yo, fijate, busquemos otro lugar donde poder continuar’ para que sigan avanzando, darles alas y herramientas para que puedan volar. Acá hay nenas con condiciones suficientes para competir en nacionales, así que estamos trabajando siempre en eso.

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