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Vacunas: ¿Sí o No?

La polémica mundial instalada en torno a la obligatoriedad de la vacunación no escapa a Sierras Chicas. La Dra. Beatriz Rauber, referente de una de las posturas en puja, nos cuenta de que se trata la ley 27.491.

En medio de un calendario de vacunas ampliado por el Ministerio de Salud de la Nación en los últimos años, existe una nueva ambivalencia situada en la sociedad argentina. La ley 27.491, que regula la implementación de una política pública de control de las enfermedades prevenibles por vacunación, genera conflictos de diversa índole.

Uno de los puntos cuestionados que implica la normativa es la obligación de tener el carnet de vacunación al día, pudiendo ser motivo de denuncia y múltiples sanciones a quienes se nieguen a cumplimentar lo requerido. Asimismo, ante la ausencia de alguna vacuna ineludible, se podrá impedir la realización de trámites como pasaporte y DNI.

En este marco, las vacunas son consideradas un “bien social” para el Estado. Sin embargo, como es de esperarse, en un globo marcado por las grietas, no todos piensan de la misma manera y el enfrentamiento entre los “antivacunas” y los “provacunas” ya causa repercusiones de todo tipo. Cada cual tiene sus fundamentos y Beatriz Rauber, médica pediatra, egresada de la Universidad Nacional de Córdoba, nos comenta porqué pelea en pos de la derogación de la ley junto a un equipo de profesionales, padres y civiles que exigen, además, “consentimiento informado”.

Esta contienda, compuesta interdepartamentalmente, se convirtió en un eje central de la vida de Rauber, ya que hacía tiempo había decidido alejarse de la medicina clásica. A raíz de su elección, comenzó a recorrer diferentes países para poder complementar sus estudios basados en lo alopático. Al regresar de su paso por México, encontró la posibilidad de ejercer su nueva mentalidad a partir de la cuestión de las vacunas. “Cuando volví me sentía perdida, porque estaba acostumbrada a una actividad científica permanente y en Argentina no hay nada. Al volverse urgente el tema de las vacunas encontré un porqué, un sentido, dije: ‘el universo me hizo volver para tomar mi puesto en esta lucha’ y así comenzamos a comunicarnos con diferentes médicos”, declaró.

Numerosas deficiencias


Beatriz explicó que la ley es “inconstitucional desde el vamos” ya que, desde la presentación del proyecto, los pasos no se siguieron como la Constitución manda. En el caso de una ordenanza de salud, las comisiones de diputados y senadores deben escuchar a expertos en el tema para poder decidir su alegato previo al debate. Al momento de instaurar la nueva ordenanza sobre la vacunación, estas instancias se saltearon y “en dos meses, calladitos las bocas, aprobaron la ley”, señaló Rauber, y añadió: “no sé si votaron desde la ignorancia, con irresponsabilidad, no sé si pusieron el “sí” por dinero, no sé porqué pusieron el sí, no puede ser que de todos los funcionarios que tenemos ni uno se haya detenido a pensar”.

Cabe recordar que en 2017 una diputada de Cambiemos, Paula Urroz, ya había presentado una iniciativa para concluir con la obligatoriedad de la vacunación en menores, la cual terminó en escándalo y sin ningún adepto. Frente a esto, el grupo que vela por la libertad sin vacunas se pregunta ¿por qué nadie se dedicó a investigar tal proyecto? ¿por qué con una trama tan delicada nadie contrapuso opiniones?

Asimismo, el avasallamiento a la Constitución Nacional continúa. Con este estatuto quedan violados artículos relacionados con los derechos individuales, tales como el derecho a decidir, la propiedad privada, la protección de padres a hijos y, finalmente, los derechos civiles al no poder incursionar en trámites básicos.

“El Congreso está para velar el cumplimiento de la Constitución y en este momento son ellos quienes violan la constitución”, sentenció Rauber. Además, hizo hincapié en que los empleados y los equipos de salud están amenazados por la legislación, debido a que pueden ser suspendidos o multados en caso de que algún particular rechazara una inyección. Por lo tanto, la situación los lleva, incluso, a denunciar a aquellos pacientes que, por razón alguna, optaron por la no vacunación para sus hijos o ellos mismos. En este contexto, la justicia comienza actuando mediante asistentes sociales y en caso de que el individuo perpetúe la negación, debe solicitar un recurso de amparo y encarar diversas citaciones con un juez.

En cuanto a este engorroso proceso, la postura de Beatriz es clara: “Yo le digo a los padres que, aunque haya una obligación, no vayan a la primera y vacunen a sus hijos, la tienen que pelear, porque esto va a ser así. Es demencial que un juez, preparado para lo legal, venga a determinar cosas de medicina, en esto los médicos fueron hechos a un lado”.

Por otra parte, la red hospitalaria también deja mucho que desear. Actualmente los vacunatorios oficiales son ocho, gracias a la suma de tres nuevos frente a la demanda que acarreó la ley.No obstante, ante las falencias del sistema de salud, no hay seguridad de que funcionen de manera digna y correspondiente.

Activismo por la libertad


Los objetivos de quienes están “en contra” de la ley son la derogación de la misma y el consentimiento informado. Es decir, que tanto los enfermeros como los pacientes sepan explícitamente el contenido de la vacuna y cuáles son los riesgos a los que se encuentran expuestos al introducir tal contenido al organismo. A su vez, solicitan la contemplación de casos personales. “Hay personas con problemas de autoinmunidad, propensas a que una vacuna detone una enfermedad o reacciones adversas, enfermos crónicos, gente con problemas del sistema inmunológico, etc.”, expresó Rauber.

Cómo médica, Beatriz afirma que ante la falta de alguna vacuna a nadie le pasaría absolutamente nada. Aquel individuo que opte por una vida sana, con una alimentación diferente y un compromiso en el cuidado de contaminantes, tendría su sistema inmunológico totalmente capacitado para enfrentar cualquier enfermedad. Mientras que, los vacunados, al tener el sistema “tocado” no podrían desarrollar una respuesta natural.

Respecto a la repercusión que tiene su movimiento por la libertad de elección a la hora de vacunarse, Beatriz comentó que la respuesta de la gente es muy óptima cuando se van informando. Además, destacó la gran cantidad de ciudadanos que le piden ayuda, por ejemplo, en las jornadas de vacunación que se perpetúan en las instituciones escolares.

“La OMS dijo que los ‘antivacunas’ –que nosotros no lo somos- son un peligro este año para el mundo, sin embargo, hay movimientos reaccionando en todos lados. Es increíble lo que se va destapando cuando te vas enterando de lo que tiene cada vacuna”, concluyó.

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