Gabriela de Vecchi es una autora cordobesa de libros infantiles. Tras su visita a la Feria del Libro en el Instituto Milenio Villa Allende, donde realizó actividades para los más pequeños, diálogo con El Milenio. La escritora se expresó sobre sus inicios, sus libros favoritos y sus proyectos por venir.

- Por Florencia Taddey.
- florenciataddey@elmilenio.info
“Si me preguntan a que me dedico todavía me cuesta decir ‘soy escritora”. Es más, yo siempre me presento como una persona que hace marketing o como licenciada en comunicación. Pero si vos le preguntas a mi hija, ella te va a decir que sí soy escritora”, así se define la propia Gabriela de Vecchi, autora de diversos cuentos infantiles.
En su haber cuenta con tres publicaciones: ‘Atrapa Cuentos’, y ‘Atrapa Cuentos 2: La botellita, la vaca y el monstruo’ fueron sus primeros libros, ambos publicados de forma independiente, mientras que Ediciones El Emporio editó ‘Historias no contadas de canciones muy cantadas’ en 2016.
Este último, el más reciente de sus creaciones, busca tomar las canciones de antaño, aquella que los padres y los abuelos también conocen. Gabriela explica que sus cuentos, buscan exponer ese lado desconocido de las canciones, para así, como ella explica, “desde mi humilde aporte, poder unir distintas generaciones”.
Iniciando la aventura

Como muchos escritores, el interés de Gabriela por la literatura surgió desde la más tierna infancia. ”Leía muchísimo y por ahí, me sacaban a dar una vuelta en el auto pero iba atrás leyendo, así que me decían ¿Para qué te sacamos a dar una vuelta si estás leyendo?”, recuerda la autora.
A los siete años se encontró con ‘Heidi’, de la escritora suiza Johanna Spyri. Sobre este clásico, De Vecchi destaca que tuvo sentimientos ambivalentes, puesto que por un lado era una historia dolorosa pero a su vez, fue el primer libro ‘grande’ que leyó de principio a fin. Pese a esto, aquel tomo amarillo continuó teniendo un lugar especial en un rinconcito de su hogar.
Posteriormente se graduó como licenciada en Comunicación Social, pero hoy se desempeña en marketing y publicidad. En cuanto a la literatura se considera a sí misma como “una autodidacta”. Si bien realizó algún taller literario, estas no fueron actividades prioritarias porque, como ella misma explica, no buscaba ser escritora ni publicar, sino escribir más para sí misma.
Crear y narrar

Dicen que los viejos hábitos no mueren, sólo invernan, y en este caso la escritura volvió a hacerse presente en la vida de Gabriela. En sus propios términos, a la hora de arrancar “fue irreverente y mandada”, al tiempo que comenzó con “una narrativa breve y muy reflexiva.”
Tras el nacimiento de su hija, la escritura para niños fue instintiva y automática. Esto implicó una formar de jugar con su hija y de vincularse con su propia alma infantil. “A la hora de escribir no pienso solamente en los chicos, pienso en mi yo interior, en disfrutar a la par, mucha película Disney, mucho cuento, cambiarles el final o poder darle la vuelta a lo que ya estaba escrito. Eso es lo que más me gusta”, contó.
De sus diversas creaciones, dos se destacan. El primero es ‘La Bendición’, un relato inspirado en su abuela. “Estaba acostumbrada a que cada vez que salíamos de paseo ella nos decía ‘la bendición, la bendición’”, recuerda la autora. Otro de sus textos predilectos es ‘Los elefantes que se balanceaban’. Este, explica Gabriela, plantea una divertida confusión en los adultos al no poder establecer si eran los elefantes o las ovejas los que había que contar durante la noche.
Contar un cuento

Un cuento sólo es un texto si no puede salir de las páginas, ser comunicado, compartido, darle vida. En este sentido, Gabriela disfruta de compartir sus creaciones con los más pequeños. Sin embargo, ella misma reconoce que la lectura que realiza es desde un lugar de escritora y no de la labor profesional del ‘cuentacuento’, de aquel narrador oral de relatos e historias.
“Cuando yo se los cuento – explica- lo hago desde el lugar de madre o docente”. Acentúa que la posibilidad de relatar la hace sentir como una persona mucho más noble.
La autora destaca la labor de estos profesionales de la lectura y su forma extraordinaria de narrar. “Una vez vi un cuentista contando la historia que yo había hecho y era genial. Entendió absolutamente todo y lo contó de forma increíble”, describió.
Proyecto y Estilo

Desde sus primeras publicaciones, De Vecchi ha apostado al cuento y al público infantil. Si bien se siente cómoda en este formato, no descarta involucrarse en cosas nuevas “como novelas para adolescentes y cosas así”. La autora destaca su interés por seguir creciendo, cambiar y especializarse. “Voy a escribir varios libros más y no aseguro que sean para niños”, declaró.
De su proceso de escritura, Gabriela destaca que la mayoría de los cuentos nacen de forma espontánea o de algún suceso de la vida. En el caso de ‘Los elefantes que se balanceaban’ dice: “Nunca supe cómo surgió, sólo quería ver que le pasó al elefante.”
En su nuevo proyecto, el cual se encuentra trabajando, la autora enfatiza que el proceso de creación es radicalmente distinto. “Necesita de más cabeza”, destaca. Escuchar, ver e investigar son algunos de los pasos obligatorios que, considera, debe seguir.