ENTREVISTA A WALTER CASTRO
Tras estudiar en la universidad, el pintor Walter Castro decidió dedicarse por completo al bodypainting. En esta entrevista, conversamos sobre su desarrollo artístico, sus técnicas favoritas y sus proyectos más destacados.
- Por Florencia Taddey.
- florenciataddey@elmilenio.info
- Bautista Rota
- Camila Centeno
- Nazarena Villar
- Renata Molina
Desde la más tierna infancia, el unquillense Walter Castro sintió atracción por el arte. Inicialmente incursionó en el dibujo, su forma de expresión predilecta. “Era lo mejor y lo único que hacía”, contó. Perfeccionó esta pasión tomando clases en la Casa de la Cultura de Unquillo y posteriormente estudió pintura en la Universidad de Córdoba, donde realizó una tesis sobre el bodypainting, área en la cual hoy se desempeña.
Tras su graduación comenzó a dedicarse por completa al arte, principalmente el corporal. Con él busca reflejar la sensualidad del cuerpo, a partir de ese vínculo entre pintura y movimiento expresado en un lienzo vivo.
Entre sus referentes se encuentran el italiano Pedro Manzoni y el pintor francés Yves Klein. Este último es su favorito debido a las singulares técnicas que usaba. “Lo que Klein hacía – narra Walter- era pintar a la modelo, enchastrarla en pintura y ponerla contra los cuadros para usarla como pincel”.
Pintar el cuerpo
El bodypainting es una actividad artística que se basa en maquillar el cuerpo humano desnudo con diversos dibujos y diseños. Si bien se ha popularizado en las últimas décadas, la pintura corporal se remonta al origen de la humanidad.
El valor de esta técnica está en el factor sorpresa que genera y que nunca se pierde. “Es algo muy novedoso, la gente se queda flasheada de ver a una persona semidesnuda que la estás pintando”, declaró Walter.
Si bien en Argentina no es una disciplina tan apreciada, a nivel mundial se realizan diversas competencias. Además, cada mes de julio se celebra el “Bodypainting Day” en la ciudad de Nueva York.
Técnicas y colores
A la hora de expresar su creatividad realiza siempre diseños propios, algunos por encargo, otros por iniciativa personal, utilizando distintos materiales como pintura, tempera o maquillaje. Ha creado diseños de animales, personajes de películas, caricaturescos y de estilo art pop.
Su instrumento principal es el aerógrafo, el cual combina con plantillas (que él mismo construye) y pinceles con los que realiza los detalles finales. De esta manera puede convertir en realidad todos sus diseños.
Otra de sus técnicas predilectas es el ‘action painting’, que consiste en pintar el cuerpo en un color base como negro o blanco y luego tirarle pintura de forma aleatoria, “sobre todo tonos fluor”, destaca Walter.
En cuanto a su proceso, el artista destaca que lo más difícil es el trabajo con las modelos, esos lienzos en blanco que portan y contribuyen a la obra. Castro destaca que el tipo de cuerpo que posean es secundario, siendo la actitud lo más importante. “Está bueno pintar actrices y bailarinas, porque tienen mucha actitud y saben cómo posar”, contó.
Vivir del arte
Castro posee un gran porfolio, donde atesora todos los trabajos realizados hasta la fecha. Entre ellos se destaca su participación en el concurso de ‘La Chica del Verano’, así como su colaboración con la marca de automóviles Volkswagen en 2014. Esta última se convirtió en una de las experiencias más particulares y memorables para él, debido a las condiciones de trabajo, encontrándose en el monte y con bajas temperaturas. Esta colaboración llegó al público extranjero gracias a la televisión alemana.
Al mismo tiempo realiza trabajos independientes, para boliches o eventos sociales. Sin embargo, nunca abandona lo meramente artístico, realizando bodypainting para exponer “en vivo y en directo” en diversas galerías.
Instantáneas
El bodypainting se diferencia de la escultura, el dibujo o la pintura debido a su carácter efímero. Ninguna obra perdura por más tiempo que en el que se encuentra en exposición. Es así, como señala Castro, “donde la vivencia es la única manera de conocer la obra”.
De igual modo, Walter conserva los registros fotográficos de todas sus creaciones. Sin embargo, la fotografía no puede conservar las impresiones que produce el estar ante la auténtica creación, ante una genuina obra viva.
