- Fotografías gentileza del Museo de la Ciudad de la Municipalidad de Unquillo + Eduardo Parrau para El Milenio.
A pesar de que muchos habitantes de Unquillo desconocen su vida e importancia, Taborda fue uno de los personajes que la historia argentina aún recuerda, por ser uno de los principales pensadores y ejecutores de la Reforma Universitaria de 1918 junto a Deodoro Roca. Esa resistencia al orden, devenida en revolución, cambió los modos de enseñanza en el país y en el continente, permitiendo el acceso libre y gratuito a una educación de carácter científico.
Abogado, pedagogo y filósofo, dedicó su vida a las ideas y eligió Unquillo como lugar en el mundo. Su juventud estuvo marcada por ideas anarquistas y rebeldes, también la masonería llamó su atención, pero fue la Argentina y su formación en pleno desarrollo lo que lo conmovió hasta sus últimos años de vida.
De estatura promedio y con un hablar profundo y pausado, Taborda construyó una filosofía detallada y alternativa sobre el ser argentino, la tradición, la política y la educación. Sus ideas cambiaron los modos de enseñanza superior ligada, por aquel entonces, a una rigurosa y elitista iglesia. “La época más interesante de Taborda fue la década del treinta, en aquel entonces, junto a Deodoro Roca se convirtieron en dos grandes referentes de la Universidad, en torno a ellos se movía mucha gente joven a la cual ellos influían ideológicamente e hicieron la Reforma Universitaria”, comenzó relatando el investigador Sergio Díaz, mientras recorría la muestra en el museo.
“Pertenecía a una familia antigua, pero no era de la élite. Provenía de los extremos de España que colindan con Portugal. Cuando sus antepasados llegan a América se instalan primero en Montevideo y otra parte se reparte entre Buenos Aires, Entre Ríos y Córdoba. Los que vienen a Córdoba compran una gran extensión de campo. Se dedicaban a la leña, a la carne, los ladrillos y las tejas”, continuó el renombrado historiador Díaz.
Desde el altillo de su casa, ubicada a la vera del arroyo céntrico, generó valiosas ideas que revolucionaron la educación, hasta el presente las jóvenes generaciones disfrutan de ese aporte. Los datos de su vida son escasos y su casa probablemente pasa desapercibida para muchos vecinos a causa del descuido.

→Saúl Taborda junto a su esposa. Fotografía gentileza del Museo de la Ciudad de la Municipalidad de Unquillo.
“Era un tipo común en sus costumbres y amable. Invitaba a sus amigos ya que era muy conversador, se juntaban temprano, comían y salían a pasear por el arroyo de Unquillo. Otra cosa que le gustaba mucho era jugar al truco. Un gran pensador que tuvo Córdoba, no sólo querible sino también sencillo que iba al cine unquillense. Antonio Navarro escribió en su lápida “Vivió y pensó para su tierra” y así fue. El doctor Taborda vino a la ciudad porque compró una estancia que era de Pueyrredón, donde está actualmente el camping de la U.E.P.C.”, detalló Sergio Díaz, y agregó: “Hay que cuidar los lugares históricos, en especial la casa de Taborda. Unquillo tuvo mucha gente importante en distintos ámbitos y en diferentes actividades y sin duda uno de los más interesantes fue Taborda por toda su trayectoria. Hay que cuidar la casa, es un grande y su trascendencia fue mayor. Cuiden la memoria de él”.

Una historia que se repite
Juan Francisco Gómez, vecino de Unquillo, realizó una investigación sobre las actividades de los jesuitas, previas a la Reforma. Como docente universitario e historiador sostuvo: “Todas esas ideas pedagógicas que están plasmadas en la muestra, coinciden entre varios pensadores, que son críticas al normalismo de la época o lo que Pablo Freire llama educación bancaria, o lo que hoy día hace la educación que forma profesionales de acuerdo a las necesidades de la época y se olvida de lo que es la formación humana básica. Taborda no se oponía a la ciencia ni a los avances, sino más bien llamaba la atención sobre la educación integral, rechazaba la formación de la persona para el trabajo capitalista, e incentivaba el potencial de cada uno”.
Para el estudioso, las ideas de este particular vecino de la ciudad, siguen vigentes al día de hoy, aún se debaten y se estudian sus pensamientos y sus técnicas pedagógicas en los congresos de educación. E incluso, la realidad que él pudo observar es una realidad que se acarrea hasta la actualidad. “Hay muchos que estamos sobre esa línea, aunque no parezca. Hay muchas personas que tratan de plasmar en sus cátedras las ideas pedagógicas, adaptando alguna que otra cosa, pero son ideas básicas que siguen vigentes y aún hoy se debaten y se reclama su presencia en los congresos pedagógicos. La crítica de Taborda a la educación tiene vigencia hasta el día de hoy”, apuntó Gómez.
Por su parte, la inauguración de la muestra estuvo plagada de agradables sorpresas: desde la presencia del coro de la ciudad hasta el director del Museo de la Reforma estuvieron presentes. Entre el tumulto de personas El Milenio tuvo la oportunidad de conocer a un familiar directo de este gran pensador de la historia argentina, Rosalía Beatriz Taborda, sobrina nieta de Saúl Taborda.
→“Después de recibirse de abogado compra la casa en Unquillo, sobre la avenida y se instala. Pienso que debe ser por la tranquilidad que le brindaba el lugar para sus reflexiones”, Rosalía sobre Saúl Taborda.
El Milenio: ¿Cuál es su opinión sobre el homenaje a Saúl Taborda?
Rosalía Taborda: Estoy enterándome justo ahora, así que me llevo una grata sorpresa por la muestra que es muy hermosa y está muy completa. Justamente quería ver cómo trataban la segunda parte del pensamiento de mi tío, que sería el pensamiento “facúndico” que fue una expresión de la tierra y del hombre consustanciado con la cultura propia del argentino, eso implica el pensamiento facúndico. Saúl Taborda está vivo ahora, con los conflictos que tenemos hoy en día, él siempre proyectó todo pensamiento en base a la realidad, conoció muchísimo. De niño fue criado entre gauchos, por así decirlo, porque era pleno Siglo XIX, y luego llegó hasta los puntos más altos de la cultura europea, estuvo en Alemania y Francia. Todo eso lo fue influenciando y recién pudo madurar y expandir las ideas en la segunda parte de su vida. Lamentablemente, murió temprano por el Mal de Chagas a los 59 años.

→Rosalía Beatriz Taborda, sobrina nieta de Saúl Taborda estuvo presente en el homenaje a los ciudadanos ilustres del Museo de la Ciudad.
EM: ¿Cómo lo percibe al ser integrante de la familia?
RT: De una manera muy particular. El bisabuelo Rosario Taborda, un hombre de campo, se casó tres veces. El primer matrimonio fue con Francisca González y tuvo tres hijos, de ahí desciende mi abuelo Jesús quien tiene a su vez, dos hijos y de ahí desciendo yo. Luego el bisabuelo Rosario se casa con Ramona Pereyra, con quien tiene cuatro hijos y entre ellos nace Saúl Taborda, creo que era el menor de todos. Luego se casa con Patricia Maidana, pero de esa rama no conozco a casi nadie. Él nace en la estancia de los padres “Chañar Ladeado” que queda en la confluencia de tres departamentos: Río Primero, Río Segundo y San Justo. Pero los padres mueren jóvenes y lo crían los tíos en Santiago Temple.
EM: En la familia ¿cómo se hablaba de él?
RT: Mi padre lo conoció y trató con él durante un tiempo. En la familia hemos hablado muy poco. Mi padre nos contaba más de la época en la que Saúl Taborda funda la escuela Garzón Agulla, que está en el barrio General Paz, en Córdoba, en 1942, ayudado por el gobierno de la Provincia. Obviamente formó parte del área de pedagogía del instituto. Solíamos hablar mucho de sus ideas, mi padre nos contaba durante los almuerzos las cosas que Saúl había experimentado en Europa. He aprendido más de él leyendo las biografías que se escribieron sobre su vida.

→Abogado y pensador, el unquillense Saúl Taborda, junto a Deodoro Roca, gestaron la Reforma Universitaria de 1918.
EM: A punto de cumplirse cien años de la Reforma Universitaria ¿siente un reconocimiento?
RT: La verdad que falta memoria, hay poca difusión de las ideas y de los resultados que se han podido conseguir. Sumamos que los jóvenes de hoy no piden leer ni se interesan por hablar con los mayores. Me queda una inquietud con su pensamiento posterior, el de los años treinta, esa etapa me gustaría que se conozca más, porque hay ideas filosóficas y del ser argentino que deberían tener más difusión, así como las de la Reforma Universitaria.
RESEÑA HISTÓRICA | El Dr. Saúl Alejandro Taborda nació en 1885 en la provincia de Córdoba y murió en 1944 en la ciudad de Unquillo. Fue uno de los más importantes pedagogos críticos de la obra de Domingo Faustino Sarmiento. Participó activamente en la Reforma Universitaria de Córdoba y fue el rector del Colegio Nacional Rafael Hernández de la ciudad de La Plata en 1920, del que fue expulsado al año siguiente, acusado de anarquista.
Gran lector y escritor, entre sus obras principales se encuentran: “La crisis espiritual y el ideario argentino”, “El fenómeno político e Investigaciones pedagógicas”.
Fue un pensador revolucionario en su época. A diferencia de los grandes educadores, Taborda sostenía que los principios pedagógicos debían estar íntimamente ligados a la comunidad y sus tradiciones y no debían basarse en experiencias educativas europeas que apuntaban a profundizar el conflicto del hombre con el sistema social. Afirmó que las instituciones copiadas cargaban con contradicciones que son propias de sus contextos de origen. Para ello, Taborda debió demostrar que las comunidades habían desarrollado una escuela y un tipo de educación llamada “facúndica” (para aludir al caudillo Facundo Quiroga y al libro de Sarmiento Facundo. Civilización y barbarie).
Por ende, el pedagogo sostenía que todos los espacios sociales eran educativos y que una “revolución” que no tuviera en cuenta la tradición educativa, llevaba a copiar modelos extranjeros que cargaban con un “ideal de ciudadano” ajeno a la idiosincrasia propia del lugar. Para Taborda, la educación y la política eran herramientas fundamentales para la transformación social.
En el mismo sentido, una de las principales ramas de su pensamiento, estudiado hasta el día de hoy, era la crítica a Sarmiento y a la pedagogía “oficial”. Los saberes, para él, debían provenir de las culturas comunales, y no de ideologías capitalistas que se pretendían “revolucionarias” y que reforzaban el individualismo, la utilidad y la ganancia (Taborda, 1951, T II).

¿Qué fue la Reforma Universitaria?| Fue un hecho histórico que modificó la vida en la provincia mediterránea y en especial a la Universidad Nacional de Córdoba. Un grupo de intelectuales y estudiantes se fue gestando a inicios de 1910. Sus ideas sobre la educación fueron consideradas revolucionarias, reemplazaron los conceptos educacionales del catolicismo por la aplicación de estudios rigurosamente científicos. Sus percepciones revolucionarias tuvieron un alcance en todo el continente latinoamericano.
Con la idea de democratizar la universidad y otorgarle un carácter científico, se inició la rebelión estudiantil que se extendió desde marzo a octubre de 1918, donde se produjeron violentos enfrentamientos entre reformistas y católicos.
El 15 de junio de 1918, se considera la fecha simbólica, ya que en ese día los estudiantes irrumpieron en la Universidad para impedir que se consumara la elección del rector y declararon una segunda huelga. El pico culminante fue el 9 de septiembre cuando la Federación Universitaria de Córdoba asumió la dirección de la Universidad y el gobierno ordenó al Ejército reprimir la ocupación.
Durante el curso del conflicto y a pedido de los estudiantes, el presidente Hipólito Yrigoyen intervino dos veces la Universidad para que se reformaran los estatutos y se realizaran nuevas elecciones de sus autoridades.
A su vez, los estudiantes decidieron dejar registro de sus ideas en lo que se conoce como Manifiesto liminar de la Federación Universitaria de Córdoba, titulado “La Juventud argentina de Córdoba a los Hombres Libres de Sudamérica”. La publicación apareció en la Gaceta Universitaria.
El movimiento se extendió de inmediato a las demás universidades del país y América Latina, produciendo reformas en los estatutos y leyes universitarias, donde se buscó consagrar la autonomía universitaria, la participación estudiantil en la Asamblea Universitaria, las prácticas estudiantiles en la comunidad, los concursos docentes y la gratuidad de la enseñanza que pasó a ser laica.
Desde un inicio, la Reforma Universitaria se percibió a sí misma como un movimiento político-pedagógico permanente, de vocación latinoamericana y anti-imperialista. Muchas de esas reformas tardaron décadas en ser establecidas y otras aún permanecen como objetivos a alcanzar.







