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El desafío de la participación

Villa Allende cuenta con seis centros vecinales que se han conformado en los últimos años.

Villa Allende cuenta con seis centros vecinales que se han conformado en los últimos años. Sin embargo, la participación y el compromiso de los vecinos no termina de afianzarse en la ciudad. Desde la Dirección de Centros Vecinales, apuestan a acercarse al vecino con relevamientos puerta por puerta y operativos integrales en cada barrio.


Por Lucía Argüello | luciaarguello@elmilenio.info

Colaboración: Agustín Fernández Suárez, Tomás Bonsignori y Santiago Servín. 4°B IMVA


[dropcap]L[/dropcap]os centros vecinales son una de las mejores herramientas que tienen los ciudadanos para participar democráticamente en pos de mejorar la calidad de vida de su barrio y su ciudad. Así lo reconocen Gabriel Soria, vecino de barrio Las Polinesias y responsable de la Dirección de Centros Vecinales de Villa Allende, y Andrea Hidalgo, secretaria de la misma área.

Actualmente, la Villa cuenta con centros vecinales consolidados en seis de sus barrios: Cóndor Bajo, Español, La Amalia, Lomas Sur, Pan de Azúcar y, el más reciente, Lomas Oeste. Los mismos no sólo sirven para centralizar los reclamos de los vecinos, sino que también se convierten en espacios culturales, deportivos y educativos. Sin embargo, desde la Municipalidad reconocen que muchos vecinos dudan en comprometerse, aunque afirman que tienen perspectivas optimistas al respecto.

EM: ¿De qué se encarga la Dirección de Centros Vecinales?

GB: Principalmente de atender las necesidades de los centros y la relación de éstos con el municipio. Los vecinos se acercan a los centros vecinales a raíz de diferentes problemáticas y nosotros tratamos de dar respuesta a esas problemáticas trabajando en conjunto con otras áreas municipales.

Andrea Hidalgo: Aparte, manejamos toda la parte jurídico-administrativa que lleva a la conformación legal de los centros vecinales. Cuando un barrio se propone crear un centro vecinal, nosotros los asesoramos y guiamos durante el proceso de constitución. De esta forma, obtienen una personería jurídica municipal y pueden pedir la provincial, que les permite gestionar otros programas, subsidios, créditos, etc. En Villa Allende, la mayoría de los centros vecinales tienen ambas personerías, son bastante autónomos y trabajan muy bien.

EM: ¿Cuál es la finalidad o la función de los centros vecinales?

GS: A nivel general, receptar y centralizar los problemas que tiene el barrio. Los centros vecinales son el nexo entre los vecinos y el municipio. Surgen como iniciativa del mismo barrio, cuando hay vecinos que se involucran para mejorar las cosas.

AH: Aparte funcionan como espacios culturales y sociales. Se organizan talleres, escuelitas de fútbol, apoyo escolar, ferias, meriendas o copa de leche para los niños, etc. Sirven para congregar a los vecinos y plasmar cualquier proyecto que puedan tener.

EM: ¿Cómo es la relación entre los centros vecinales y el municipio?

GS: Muy buena, principalmente porque esta gestión tiene un equipo que responde rápidamente a los reclamos. Incluso se ha desarrollado una aplicación en la cual vos podés denunciar, por ejemplo, un foquito quemado, y capaz que en 48 horas lo tenés resuelto. Realmente la respuesta es muy rápida y por eso estoy enseñándole a los vecinos a usarla. También estamos trabajando en una aplicación de Seguridad Ciudadana que funciona como una especie de alarma comunitaria y tiene servicio de ambulancia y bomberos.

En los últimos meses, hemos hecho relevamientos en los barrios consultando a los vecinos sobre el tema de la poda, la basura, el estado de las calles, el alumbrado público y los espacios verdes, entre otras cuestiones. Después de esta consulta, hicimos un operativo de limpieza de todo el barrio y, por último, llevamos la oficina móvil del RENAPER (Registro Nacional de las Personas) y del ANSES, para que los vecinos pudieran hacer trámites como el DNI o gestionar la Asignación Universal por Hijo. Hace poco lo hicimos en barrio Español y estamos tratando de replicarlo en todos los demás.

EM: ¿Cuáles son las demandas más frecuentes que se plantean a través de los centros vecinales?

GS: El estado de las calles es el reclamo número uno, después le sigue el alumbrado público y en tercer lugar el tema de la basura. Ese es un problema permanente, porque basta con que una persona tire residuos en una esquina o en un baldío para que en pocos días se forme un microbasural. El tema de la seguridad solía ser un punto fuerte pero ahora han disminuido mucho los reclamos con la presencia de Gendarmería en los barrios, en conjunto con el patrullaje de Seguridad Ciudadana y la Policía.

EM: ¿Cuál dirías que es la principal mejora que han hecho en los últimos meses desde la Dirección?

GS: El acercamiento con el vecino, el ir casa por casa para conocer sus necesidades y sus propuestas. Es lo que más me gusta de mi trabajo, visitar a la gente, escucharla. Algunos te miran desde la ventana con desconfianza y al rato te invitan a pasar y te están cebando mates. La gente se sorprende, te dicen «nunca pensé que la muni iba a venir a mi casa a preguntarme qué está faltando». Eso permite generar más confianza entre los ciudadanos y la Municipalidad, lo cual atrae más gente a los centros vecinales.

EM: ¿Y qué creen que haría falta para optimizar el funcionamiento de estos espacios?

GS: Que el vecino se involucre y participe más. Muchas personas aportan, pero tienen miedo de comprometerse. La participación de los vecinos es el principal desafío. Por el momento no es muy alta, pero estamos trabajando para fomentarla y esperamos dejar la huella de muchos más centros vecinales en Villa Allende.

EM: ¿Cómo se sostienen económicamente los centros vecinales?

GB: La mayoría de los centros cobran una cuota mínima voluntaria a los vecinos o arman sorteos, ventas de empanadas, ferias, etc. Con los fondos reunidos, solventan gastos administrativos u organizan actividades como el festejo del Día del Niño. Obviamente que en estos casos también cuentan con apoyo de la Municipalidad

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