El Milenio dialogó con Enrique Deaquin, jefe de la Seguridad Ciudadana de Mendiolaza, y Marcela Vargas, parte del personal de la misma, quienes explican cómo funciona este órgano municipal, que lo diferencia de la policía y qué relación tiene con el vecino.
Por Mirco Sartore | mircosartore@elmilenio.info
[dropcap]E[/dropcap]l Milenio: ¿Qué tareas corresponden a la Seguridad Ciudadana?
Enrique Deanquin: Trabajamos en conjunto con la policía. Con un móvil, patrullamos de lunes a viernes, de 7:00 de la mañana a 23:00 horas, toda Mendiolaza. Eso lo hacemos mientras tengamos policías. Si no hay, salimos a patrullar, pero no podemos atender casos de alarma o persecuciones. Con el resto de los móviles hacemos lo que es control de la ruta, cruce de los estudiantes…
Marcela Vargas: La Seguridad Ciudadana básicamente está compuesta por operadores de tránsito y evaluadores teórico-prácticos que son matriculados por la Provincia. El operador de tránsito es la persona que está en la calle y hace los controles vehiculares: ven la documentación, que el conductor circule como corresponde, que estén puestas y funcionen las medidas de seguridad. El evaluador teórico-práctico es la persona que está capacitada para emitir la licencia y puede parar a un vehículo cuando la licencia del conductor no corresponda para el mismo.
Aparte, nosotros hacemos cumplir las ordenanzas: los otros móviles patrullan la ciudad y cumplen esa tarea. Nos ocupamos de los casos de agua servida, el desmonte sin autorización previa, tratamos de conservar los árboles autóctonos en los loteos…
En resumen, tenemos inspectores de tránsito y gente que se ocupa de la parte más adentro de la ciudad: agua servida, perros sueltos… todo lo que implique hacer cumplir las ordenanzas vigentes. Tratamos de interactuar con los vecinos para que exista una calma entre ellos.
ED: Hay que aclarar que los que mencionaba antes Marcela, son inspectores de la Municipalidad, pero el curso que hacen es de la Provincia de Córdoba. Es ésta la que les da a los oficiales su matrícula. Nuestros oficiales hacen el curso en la Dirección de Tránsito de la Provincia de Córdoba.
MV: La Dirección de Tránsito imparte cinco meses de clases para nuestros oficiales. Después, la Provincia te toma un examen y te otorga la matrícula.
EM: ¿Cuánta gente tiene a cargo, como jefe?
ED: 25 personas, si contamos también a los miembros de administración que son dos.
EM: ¿Cuáles son las tareas que más ocupan el tiempo de la Seguridad Ciudadana?
ED: Generalmente, perros sueltos, aguas servidas, panales de abejas…
MV: Hace poco hicimos un curso de apicultura. Trabajamos en conjunto con una señora de El talar para no matar y desperdiciar a las abejas. Esa señora viene, se las lleva y trabaja con ellas.
EM: ¿Generalmente el vecino colabora con la Seguridad Ciudadana?
ED: Tenemos instalado el 103, pero no lo usamos. Cuando lo teníamos en uso, debíamos encargarnos de casos fuera de la ciudad, en Villa Allende o Unquillo, cuando estas últimas quedaban desbordadas. Ahora tenemos el 3543- 644 800, que es el número fijo en uso.
MV: Contestando a tu pregunta: sí, la gente nos llama mucho. Lo hace por los árboles, por el agua, por los perros… la vez pasada nos llamaron por una comadreja que había escarbado en la basura…
ED: A veces nos encontramos con cosas que nunca hemos visto. Yo hace 25 años que estoy en esto y, la verdad sea dicha, nos pasan cosas que ni yo mismo he visto en este tiempo (risas).
MV: Por allí hay cosas que escapan de nosotros, pero siempre tratamos de poner la voluntad necesaria para resolver los problemas del vecinos. Cuando el jefe Deanquin implementó en Mendiolaza la campaña antirrábica, la gente estuvo muy conforme porque era gratuita y efectiva. El tema de los perros sueltos, por su parte, es algo que enfrentan todas las municipalidades.
EM: ¿Cuáles han sido las campañas más exitosas para la Seguridad Ciudadana?
MV: Sin duda la campaña antirrábica fue la más exitosa.
ED: Te comento que en los secundarios de Mendiolaza nosotros impartimos una materia que es Educación Vial. Al finalizar el año, le damos la licencia de conducir gratis a los alumnos que hayan cursado y aprobado la materia. Esa licencia tiene un tiempo de duración: un año, después tienen que sacar la que todos usamos. Es bueno que los jóvenes salgan de la secundaria y tengan ya el conocimiento de cómo conducir un automóvil.
MV: Al finalizar el curso, los llevamos a la calle y hacemos el ejercicio para que ellos sean inspectores por un día. Pasan a hacer el trabajo nuestro, dentro de lo que es el control de ruta. Les explicamos, por supuesto, a los conductores que son chicos que están en proceso de aprendizaje y no inspectores adultos. Así, nos toca de todo: el que felicita esta idea y el que no le gusta tanto y se enoja.
ED: Hacemos también lo que es control del transporte de los alimentos. Cada camión tiene que tener una habilitación sanitaria y una ficha que diga que es lo que transporta.
EM: Para que le quede claro al vecino: ¿en qué se diferencian de la policía?
MV: No metemos preso a nadie, no portamos armas y hacemos tareas de organización de la ciudad, no de la defensa contra delincuentes.
ED: Por suerte, la gente acepta mucho nuestro trabajo, incluso más que el de la policía. Nos confía cosas que a la policía no.
MV: Pienso que tienen esa confianza porque nosotros somos también del pueblo, de Mendiolaza. Mi jefe es criado acá, al flaco Deanquin lo conoce todo el mundo aquí (risas de los dos). Nos tienen más confianza porque nos ven más cotidianamente.
Nosotros hacemos el cruce escolar de los chicos, que llamamos Operativo Blanco. En los cruces puntuales estamos nosotros. Entonces, los ciudadanos de Mendiolaza siempre ven nuestras caras. La confianza se da en el encuentro cotidiano. No hay un miedo a nosotros, sino todo lo contrario.