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Funciones cognitivas que permite el ajedrez

El ajedrez, como juego de esparcimiento y deporte, activa funciones cognitivas y de autocontrol permitiendo establecer y crear metas sobre situaciones nuevas

Por Natalia Boffelli (Lic. En Psicopedagogía. MP 13-1567). 

El ajedrez, como juego de esparcimiento y deporte, activa funciones cognitivas y de autocontrol permitiendo establecer y crear metas sobre situaciones nuevas, de manera permanente y seguidas, con estrategias que se van reflexionando poniendo en funcionamiento la memoria a corto y largo plazo mediante la reflexión, no sólo en el momento de mover fichas sino favoreciendo un juego complejo que invita el contrincante.

La activación cerebral mantiene en funcionamiento permanente o estado de alerta continuo las funciones cerebrales y prepara para cada toma de decisión inmediata en contexto de juego estratégico. Esto se debe al estado de alerta cognitivo de responder a cada nueva etapa o situación novedosa de juego donde la reflexión y el repensar las metas son ideales para actuar sobre la actividad con flexibilidad y readaptación continua.

Mantiene la atención en el juego, en sí y sus pensamientos y en la anticipación o reflexión del juego del otro, haciendo o definiendo toma de decisiones en cada situación nueva de juego; cada movida es un nuevo desafío cognitivo a superar.

El ajedrez sirve a la vez para controlar los impulsos, no valen los apuros sino el tiempo de espera concentrada en la tarea a seguir; requiere de un estado pensante, reflexivo para tomar decisiones y asumirlas.

Hace que la concentración se base en objetivos claros de juego y decisiones continuas hacia ellos, no permitiendo distracciones sino el máximo de atención posible.

Ayuda a sostener un equilibrio emocional que autorregule el comportamiento de los implicados en el juego, y lo mejor es que ayuda a tolerar frustraciones y mantenerse en la tarea produciendo nuevos desafíos a intentar según el juego propio y del adversario.

A su vez, permite hipotetizar o anticipar jugadas para pensar reflexivamente la respuesta a dar y verificaciones posteriores de su juego o de ideas del juego del otro que marcaran las nuevas modificaciones a seguir.

También ayuda a regular el propio comportamiento, fomenta la perseverancia hace que se metan en el juego, se sostengan estrategias y seguir insistiendo en pruebas de jugadas conocidas o nuevos intentos ideados, generando fortalecimiento de metas a alcanzar y flexibilidad mental para soportar y salir de cada situación presentada.

La capacidad memorística es importante para sostener un juego a largo plazo y recordar el camino y decisiones a corto plazo.

Por otra parte, mejora funciones visoespaciales o visuales para observación y espaciales para conocer las jugadas y reubicarse continuamente. La adaptación a situaciones en corto tiempo procesando de manera activa información propia que se coteja con la del contrincante.

No importando las edades, todos estos fundamentos y más, fortalecen la elección de continuar y apostar a la enseñanza del ajedrez en los institutos Milenio, bajo la idea fundada y de apoyo de la Fundación Josefina Valli de Risso, dando espacio a instituciones educativas a su cargo, de fomentar este juego – deporte, creando y favoreciendo el desarrollo de funciones cognitivas básicas y superiores que se requieren para el aprendizaje educativo y social de todos los participantes y aprendices.

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