Las contracturas musculares son lesiones que pueden llevarse durante años antes de ser tratadas por un profesional. Sin embargo, se pueden prevenir para lograr un estilo de vida libre de dicho parecimiento físico.
Por Pamela Benitez
Las épocas de bajas temperaturas son momentos para prestar especial atención al cuidado del cuerpo. En este sentido, las contracturas se pueden presentar tanto en las personas que practican alguna actividad física como aquellos que practican el sedentarismo, o están en actividad esporádicamente.
Por definición, una contractura muscular es una contracción continuada e involuntaria del músculo o algunas de sus fibras. Se manifiesta como un abultamiento de la zona -“nudo”- que implica dolor y alteración del normal funcionamiento del músculo.
Llamarle nudos a las contracturas es, de hecho, bastante atinado. Según la medicina china, de acuerdo a la localización de la contractura, se puede saber cuál es el origen emocional de tal padecimiento. Esto es porque el ser humano es un “todo”, cuyos pesares emocionales internos de la persona se reflejan en dolencias físicas, y viceversa.
Prevención.
La contractura puede generar un dolor constante y molesto, que interfiere con el normal funcionamiento de la musculatura. Al mismo tiempo, la persona puede mostrar cambios de ánimo como consecuencia de su dolor. Por eso, la prevención cobra especial importancia.
En este sentido, se recomienda evitar tomar actitudes estresantes frente a situaciones inesperadas. También se aconseja tomarse cinco minutos, en la medida de lo posible, por cada hora de trabajo para caminar, tomar aire fresco y distender la mente en las largas jornadas laborales.
Actualmente, es muy común realizar por lo menos una tarea en la computadora, por eso se recomienda mantener la espalda derecha en todo momento frente al artefacto. No dormir boca abajo e implementar la conducta de estiramiento corporal al empezar el día también forman parte de los métodos de prevención.
Opciones.
Instructores de diversas disciplinas indican que cualquier tipo de ejercicio puede causar contracturas si la persona es impaciente al realizarlo, y no respeta su propio límite físico.
El afán por lograr la perfección puede traducirse en contracturas. En ese caso, se recomienda consultar con un profesional antes de autodiagnosticarse. Los antiinflamatorios deben ser recetados por un médico, su función es calmar el dolor y relajar el músculo.
Asimismo, los masajes sirven para reducir el dolor muscular, mejorar la flexibilidad, recuperar el músculo y mejorar la circulación de la sangre. En este sentido, el estiramiento mejora el rango de movimiento muscular, previene y ayuda al proceso de regeneración muscular.
Tratamiento interno.
Además de los cuidados necesarios para evitar un mal movimiento muscular, también se puede lograr el cuidado a través de los alimentos adecuados.
Las frutas, como las bananas, el coco y el jugo de ciruela fortalecen los músculos, al igual que las frutas secas y las verduras, como la acelga, calabaza y zanahorias. A esto se suma el combustible fundamental del ser humano: el agua; indispensable para la hidratación y correcto funcionamiento orgánico.