Denis Castellanos es escultor, y su pasión es el metal. Sueña con viajar y exponer sus obras en diferentes países del mundo.
Por Redacción El Milenio
Denis Castellano tiene 28 años y es escultor en metal oriundo de la ciudad de Unquillo. Aunque su nombre no resuena en todos los simposios de esta localidad, sus obras poco a poco van ganando terreno y se insertan dentro del gran abanico de artistas regionales.
“Creo que soy más un artista que artesano, porque capaz que el artesano esté más especializado en la artesanía; el artista es un poco más amplio en diferentes campos, es lo que puedo llegar a sentir”, relató Castellanos.
Respecto al concepto de artista o artesano, el escultor afirma que depende de la formación de cada persona, ya que en lo personal sostiene que como estudió unos meses diseño industrial y después hizo comunicación visual, su perfil es más artístico.
“Lo mío es más programado, mas diseñado; el artesano siempre es mas espontaneo, va saliendo al azar, es mas como un impulso. Yo creo que tengo una mezcla, pero me siento más un artista, aunque todavía no tengo la tela para creerme artista”, contó Castellanos.
Por otra parte, el artista contó a El Milenio que ha ido adquiriendo conciencia social. “El mundo está distorsionado, y pienso cómo puedo dejar un mensaje para concientizar. Me gusta mucho lo crudo un mensaje que genere impacto con un sentido que puede ser ambiental o temas que están latentes en la Argentina: la trata, el femicidio. Para que la gente vea mis esculturas y reciba un mensaje es todo un desafío”.
“Me gusta que la gente se quede pensando sobre mis obras, jugar a ser enigmático, generar algún tipo de sorpresa; esas son las cositas que pretendo o quiero buscar”, exteriorizó Castellanos.
Al mismo tiempo, el escultor explicó que vivir en Sierras Chicas le permite tener la mente más fresca y abierta, pese a lo estructurado que es.
“Me gusta Unquillo y espero quedarme. El hecho de que Unquillo sea pueblo de artistas me ayudo mucho a verme como tal si bien hace poco que empecé , vivir desde siempre en Sierras Chicas eso me ayudó a tirarme un poco más para el lado del arte, el hecho de estar en este contexto”.
Finalmente, Castellanos puntualizó que su mayor objetivo es vivir y dedicarse solo al arte. “Me gustaría en un futuro no muy distante vivir totalmente de esto, actualmente lo hago en mis tiempos libres; poder vivir de lo que me gusta. Me gusta mezclar mis conocimientos para hacer lo que hago”.
Obras metálicas.
“Mis obras las caracterizo bastante abstractas y futuristas. Mi idea es trabajar con varios materiales perdurables una afusión, una mezcla entre metal, el plástico, y ya que estamos en el siglo XXI con las cuestiones lumínicas, iluminaciones es un terreno que lo pienso mucho, está muy metido en mi cabeza y todavía obviamente lleva tiempo y trabajo, pero creo que va por ahí”, explicó el artista.
A su vez, Castellanos indicó que es complejo llevar a cabo sus obras, puesto que hay que tener conocimiento de electricidad. “Tiene que ser una mezcla como diseño y arte, ese el verdadero planteo el equilibro, es conseguir un nivel igualado para tanto el arte como el diseño”.
Desde niño, el artista tuvo fascinación con las cosas metálicas. “El ser humano tiene adoración por el metal, digamos que le fascina simplemente”.
“Desde chico, por ahí, trataba de hacer cosas en madera y no, era muy cabeza dura con la madera, y cuando empecé a trabajar con el metal me di cuenta que era flexible y maleable se puede distorsionarlo, mezclarlo y además, obviamente perdura y se puede mantener, la idea es que se mantenga con el tiempo”, expuso Castellanos.
La última obra.
Su más reciente creación se llama “Capullo”, y Castellanos la define como “medio abstracta”. Se trata de una flor cerrada pero entreabierta, “como si fuera un bulbo”. Tiene algunas hojas que abren y otras que cierran, y adentro tiene la parte del bulbo en plástico y lámparas leds que se iluminan.
“Lo ideal es que tenga una luz tenue para que se pueda apreciar la escultura, lo que es la textura, la terminación que tiene como la iluminación que hay adentro. Si hay demasiada luz no se aprecia la escultura como si se iluminara. Este tipo de estructura tiene que jugar con el entorno, el ambiente”, comentó el escultor.
Para llevar adelante esta última obra, Castellanos se valió de todo tipo de metales desechados, como caños de escape. “A mí me gusta trabajar con lo que ya no sirve. La restauración me fascina, trabajar con el reciclado y darle un sentido nuevo, más me gusta todavía”.
“Se llama Capullo justamente porque es como el renacer, como el nacer de una idea, como el nacer de uno mismo, descubrirse, básicamente esa es la idea. Por eso terminé de aceptar que es lo mío: hacer cosas para la gente desde mi lugar como artista”, comentó el escultor.
“A todas mis obras les dedico mucho tiempo, porque soy demasiado perfeccionista, y saco un molde y me quedo mirándolo, doy vuelta, voy y vengo, lo miro, inclusive lo miro con sol y sin sol, aunque parezca raro porque obviamente algo entra por los ojos y hay algo que tiene que generar algo dentro de la mente para saber cómo funciona”, describió Castellanos.
