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“Para mí, la música es un deber”

El músico sanjuanino Gustavo Bustelo realizó un recorrido por su vida íntima y musical desde su infancia hasta su arribo a las Sierras Chicas. Además de presentar su nueva producción discográfica junto a Alejandro Bonilla de Mendiolaza.

“Cuando el hombre se transforma en un ser nuevo y empieza a expresarse, sentir, ver lo nuevo, significa que vamos evolucionando”, dijo Bustelo.
“Cuando el hombre se transforma en un ser nuevo y empieza a expresarse, sentir, ver lo nuevo, significa que vamos evolucionando”, dijo Bustelo.

Redacción El Milenio 

Un músico con características únicas en el cordón serrano, se trata de Gustavo Bustelo, quien a través de la fusión con la música étnica de varios continentes intenta contagiar al público serrano con un género que no es tan popular, pero que genera sus adeptos.

Si bien siempre conformó grupos o se destacó como solista, en esta ocasión, juntó con Alejando Bonilla editó su último trabajo discográfico “Triángulo.Tribu. Trío”. En este marco, El Milenio entrevisto a Bustelo, el cual regala un viaje desde su natal San Juan hasta las Sierras Chicas.

Periódico El Milenio: ¿Cómo y cuándo empezaste con la música?

Gustavo Bustelo: Comencé desde muy pequeño, entre los 3 o 4 años aproximadamente. Un poco por insistencia, ya que de niños muchas veces hartamos a nuestros padres pidiéndoles algo, lo cual terminan comprándolo. En este sentido, se puede decir que los niños tienen un buen poder de convicción.

Pero cuando entre a la escuela de música de la Universidad de San Juan fue cuando empecé a estudiar. Ahí participé con el coro, viajé por el país y después comencé a estudiar instrumentos, entre los que se encuentran la guitarra. Aunque más de grande estudié piano, flauta, chelo, es decir, buscaba identificarme con algún instrumento.

En la actualidad, más que nada a la línea de las cuerdas como el bajo, guitarra, stick, entre otros varios.

Bustelo tapa

EM: ¿Con qué género de la música te identificas más?

GB: En principio, escuchaba música como jazz o jazz fusión, y en ese momento me llegaba más que cualquier otro género. Pero también puede mencionar a la música andina ya que esta me marco mucho durante la adolescencia. Y cuando pretendía seguir la línea de esta música autóctona, comencé a escuchar a los celtas y más tarde la hindú. Entonces me di cuenta que mi música se iba transformando con la fusión de distintos ritmos.

Pero se puede decir que a los 18 años comencé a tocar en una banda, con temas míos, y ahí comencé mi carrera musical.

EM: ¿Cómo describirías tu música?

GB: Mi música no es tan digerible. Esto se debe a que busco que la música me diga y me cuestione muchas cosas. Aunque aclaro, que es un música que no tiene ni palabras ni letras pero si expresa imágenes, sensaciones y emociones.

Es muy emocionante sentir a la hora de un concierto cuando la gente está en una especie de trance, y esto porque la música te lleva, te moviliza algo, y eso es lo que yo pretendo lograr.

EM: Con Alejandro Bonilla ¿qué tipo de música haces?

GB: Estamos haciendo música instrumental con elementos de percusión peruanos y afroperuanos. Trabajar con alguien de raíz afroperuana para mí es muy rico, me enriquece. En este material hay música árabe, folclore, música latina y también hindú, generando una fusión.

EM: ¿Nunca le intentaron poner voz a la música?

GB: Cuando creas música con la palabra le estas dando más importancia a la palabra. Yo como músico prefiero darle más importancia a la música que a la palabra.

EM: ¿Hacen presentaciones en vivo?

GB: Estamos tocando en algunos bares e invitando a varios músicos de la región. Pero siempre es en la zona de Sierras Chicas, como por ejemplo, Unquillo, Rincón del Sol, Villa Allende, etc.

Con respecto a esta última formación, todavía no hemos logrado tocar en vivo, por una cuestión de tiempo. Porque además de dedicarme a la música, me dedico a trabajar porque no puedo vivir solo de esto.

EM: ¿A dónde te gustaría llegar con la música? ¿Qué objetivos tenés?

GB: Como objetivo, vivir de la música y vender lo suficiente para vivir de eso, pero es difícil. Por sobre todo debido a que mi música no es comercial.

EM: ¿Qué esperanzas tenés con este género para el futuro?

GB: La esperanza es que la música se siga moviendo, porque el género no se está escuchando mucho en argentina, de hecho este disco es más fácil venderlo afuera. Todo es cuestión de crear el gusto e inquietud en la gente, de escuchar cosas nuevas.

EM: ¿Qué nos vamos a encontrar en tu CD?

GB: Mucha inspiración. Por ejemplo, unos de mis temas en este CD se llama “Saluta” que es un grito de una mujer árabe cuando está enojada o cuando esta alegre, una cuestión de guerra, cuestión de protesta, es un sonido solo producido por la lengua cuando se eleva la voz.

En conclusión, la idea es ir descubriendo los matices que puede llegar a generar este género musical. Hay que dejarse sorprender.

EM: ¿Por qué elegiste venir a vivir a Sierras Chicas?

GB: Es un lugar que siempre me gustó, cuando me vine a Córdoba siempre viví en la ciudad, pero desde  hace unos 5 años  estoy viviendo en las Sierras Chicas y la verdad que no es lo mismo, es otra forma de vivir.

EM: ¿Crees que hay una relación entre la zona y tu música?

GB: Yo estoy estudiando antropología y hay un tema entre el paisaje y el hombre. Es que el paisaje conforma al hombre y el hombre al paisaje.

Realmente sí, el entorno te va moldeando y vos también al entorno; está totalmente ligado y relacionado a tu sistema.

EM: ¿Quién te apoya a seguir haciendo música?

GB: Nadie, solo yo, además de mi familia que nunca falta. Pero lo tomo como una obligación, ya que para mí esto es un deber, el deber de terminar lo que empezaste.

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