El Milenio

Noticias de Sierras Chicas

Falta de agua: una pesadilla sin estación

La crisis hídrica es una postal que se repite todos los años y que, en lo sustancial, sigue siendo la misma. Salsipuedes, una de las ciudades más afectadas, ya comienza a ver resentido el servicio. Aunque el acueducto Sierras Chicas Norte avanza, para este año todavía no se podrá contar con la obra. Preocupación en la comunidad ante la llegada del calor y la falta de lluvias.

La crisis hídrica en Salsipuedes y el norte de Sierras Chicas está lejos de ser una novedad. Es una película triste que se repite todos los veranos y este año parece que tiene estreno anticipado: en septiembre, el municipio informó una baja en los pozos que abastecen parcialmente a la ciudad y anunció un plan de contingencia para la comunidad. 

El problema es que las vecinas y vecinos ya están cansados. No sólo son años de contar con el servicio intermitentemente, sino que el último verano muchos hogares pasaron hasta un mes sin agua de red, ya que a la faltante crónica se sumó la rotura del acueducto de La Calera. 

Así que esta temporada los temores de la comunidad se anticipan, previendo un verano incluso peor que el anterior. “Este año la crisis comienza antes, porque la sequía ha sido muy pronunciada – reconoció Rafael Jiménez, subsecretario de Planeamiento e Infraestructura Urbana del municipio – Los niveles que el año pasado teníamos en diciembre, ahora los tenemos desde agosto”.

“No es un tema nuevo, es algo que viene desde siempre”, expresó Diego Santana, de 48 años, vecino de Salsipuedes de toda la vida. Actualmente, Santana vive en la parte baja del barrio Oro Verde, en la casa que alguna vez fue de sus padres, y recuerda que siempre hubo problemas con el servicio, razón por la cual su familia construyó un tanque grande para almacenar agua. 


Una ciudad que vive de pozos

De acuerdo a Rafael Jiménez, Salsipuedes cuenta con diez pozos históricos que han abastecido a la ciudad desde siempre. Recién en 2015, la localidad comenzó a recibir agua desde el Dique La Quebrada, en Río Ceballos, a través de un acueducto.

El subsecretario de Planeamiento e Infraestructura Urbana detalló que, en la actualidad, este acueducto envía 50 metros cúbicos por hora y llega a cubrir el 40% de las necesidades de la ciudad. Aunque en su momento significó un alivio para la crisis, la situación no ha dejado de ser preocupante. Cuando el dique La Quebrada presenta épocas de baja, como sucede hoy en día, el caudal enviado a Salsipuedes puede reducirse a la mitad, explicó el funcionario.

Mónica Magro, quien vive hace cinco años en Villa Sol, uno de los barrios más críticos en lo que se refiere al abastecimiento de agua, contó a este medio que el último verano estuvo un mes completo sin servicio de red. “Tenía que elegir si usar el agua para mantener limpio el baño o para bañarme”, expresó la vecina.

Aunque en el marco del plan de contingencia, el municipio lleva camiones hidrantes para abastecer a los barrios más afectados, Magro señaló que “no es la solución” y que no puede vivir con el estrés de no saber si le alcanzará el agua o no. Desde que se agudizó la crisis en el último mes, los camiones han ido cinco veces a llenar su tanque, una vez a la semana, ya que en la actualidad no le llega agua por la red.

Por su parte, Natalia Díaz, vecina de Ecobarrio de Villa Sol, apuntó que el arroyo que corre por el barrio (y que surge de una vertiente en Cerro del Sol) ya se encuentra seco hace semanas y recordó que, en 2018 cuando se mudó al lugar, el arroyo tenía un metro de ancho, y aunque había días que no corría, siempre terminaba recuperando su caudal. 

Como el municipio se encarga de gestionar el servicio a través de la Dirección de Agua y Saneamiento, cada vez que hay faltante, el reclamo apunta al gobierno municipal. Asimismo, vecinos reconocen que la crisis hídrica viene desde varias gestiones atrás y parece ser más un problema histórico de una ciudad que ha crecido en población, pero no en servicios. “En los últimos siete años pasamos de 10 mil a 20 mil habitantes”, expresó Diego.


Otro verano sin agua 

La falta de obras para abastecer de agua a la localidad ha sido uno de los principales reclamos de la ciudadanía y recién este año el acueducto Sierras Chicas Norte (financiado por la Provincia), que traerá agua desde La Toma, en el paraje La Puerta, tuvo avances significativos. De acuerdo a Jiménez, en Salsipuedes la obra ha avanzado un 80%. Sin embargo, el acueducto debe llegar hasta Ascochinga para que finalice la obra y empezar a recibir agua por este medio.

“Se estima que a mediados de mayo de 2023 estaría en funcionamiento. Eso solucionaría la falta del recurso. Después tendremos otros problemas relacionados con la distribución, sobre los cuales ya estamos trabajando”, señaló Jiménez. 

Acerca de otras obras que permitan, mientras tanto, mejorar el abastecimiento de cara a esta temporada estival, el funcionario explicó que han trabajado para habilitar cisternas, por ejemplo, en Villa Sol, que permiten duplicar la capacidad de almacenamiento. También se ha hecho mantenimiento de las galerías filtrantes (captaciones a la vera del arroyo Salsipuedes) y los pozos para que funcionen al máximo de su capacidad. 


Por último, vale resaltar que otro de los puntos sobre el que hacen hincapié los vecinos, es que no se habiliten nuevos loteos en la ciudad, considerando la falta de agua para la ya creciente población actual de Salsipuedes. 

Al respecto, Jiménez expresó que “no se ha tomado la decisión de no realizar más conexiones”. “Creemos que la conexión al agua es un derecho siempre y cuando tenga factibilidad, por lo que trataremos de respetarlo dentro de las posibilidades lo más que se pueda”, sostuvo el funcionario. 

“Igualmente se tiene en cuenta que, si la crisis se hace más pronunciada, entonces las conexiones se verán un poco resentidas hasta recuperar la normalidad”, añadió Jiménez. “Cuando el agua falta no se puede hacer más que racionarla y ser muy cuidadoso en su uso”, cerró.