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AKASA: un espacio cultural de Río Ceballos que tuvo que cerrar sus puertas

El reconocido espacio rioceballense cerró sus puertas ante la crisis económica que agravó el avance de la pandemia. En diálogo con El Milenio, Yaqui Marino compartió qué la llevó a tomar esta decisión.

El reconocido espacio “AKASA”, en Río Ceballos, debió cerrar sus puertas. Tristemente, la situación de pandemia que atraviesa el mundo entero lleva a muchos comercios, emprendimientos e industrias a despedirse.

Yaqui Marino, la fundadora del lugar, contó a El Milenio que cuando todo comenzó hace seis meses atrás, AKASA estuvo completamente inactivo por un mes. “Luego de asimilar lo que estaba sucediendo, elegí continuar cambiando el rubro a tienda orgánica, así fue la adaptación a la nueva normalidad habilitada en ese momento, en pos de sostener el negocio y también, acompañado de un cambio de conciencia, en cuanto a lo que se fomentaba el residuo generado y el cambio de alimentación tan necesario para la población”, relató.

Foto gentileza.

De esta manera, Marino comenzó a contactar a productores locales de alimentos agroecológicos y orgánicos, y se sorprendió de la cantidad y calidad que hay en la región, así fue que en el momento más difícil volvió a invertir en armar el almacén.

Al respecto, la emprendedora afirmó: “Lo cierto es que la falta de público se hizo sentir, me sorprendió que en todo momento era más la gente de Córdoba capital la que quería hacer pedidos que el público local en sí.  Las limitaciones de acceso a nuestra ciudad hicieron que muchos no pudieran llegar y al final del día, cuando se hacían numerosos gastos de envíos, pagos de impuestos, apenas alcanzaba para cubrir costos. Así lo sostuve junto a Teresa Cagna, amiga y excelente cocinera, durante los restantes cinco meses”.

Lamentablemente, lo cierto es que se hizo insostenible seguir adelante. La respuesta del público local no fue suficiente como para continuar. “Muchas veces la gente no es consciente de la importancia de estos espacios sociales y culturales que son un real atractivo para la gente que visita nuestra ciudad además de la importancia para los artistas”, manifestó.

En este marco, Yaqui compartió que “en lo personal es cerrar un ciclo muy importante en donde puse mucho de mí para este proyecto, fomentando el arte y la cultura, fue un proceso decidir cerrar pero ya no quedó alternativa”.

Respecto a las medidas tomadas, opinó: “Creo que hay otras alternativas desde el Estado, pero vivimos en un pueblo donde muchas cosas funcionan mal o no están optimizadas por lo que no me sorprende no haber recibido colaboración institucional. Ellos están cuando hay movimiento para cobrar sus impuestos pero en esta situación nadie vino a proponer una ayuda”.

Para concluir, Marino confesó que no cree que vuelva a abrir Akasa como espacio físico. Sin embargo, seguirá desarrollando su actividad de diseñadora de interiores desde su hogar y en el espacio virtual de AKASA que aún está abierto, y donde se guardarán todas las imágenes de lo vivido: flamencos, fiestas electrónicas, ferias, mercados de arte, conciertos de artistas locales y visitantes, muestras de arte, talleres y mucho más.