Por Redacción El Milenio
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Edgardo Bauza dejó de ser el entrenador de la Selección Argentina, un final harto anticipado para un ciclo que duró menos de un año. Pasando primero por las enormes desprolijidades que demostró el nuevo ejecutivo de la AFA, dilatando la salida de Bauza y destratando al entrenador, el período del ex entrenador de Argentina estuvo plagado de graves errores en lo futbolístico.
Retrocediendo cronológicamente el “Patón”, decidió abrir su estadía en la selección casi sin apelar al recambio de jugadores. Ante una generación diezmada futbolística y mentalmente el director técnico apostó por los mismos nombres, e incluso retrocedió casilleros convocando a Martín Demichelis (de escasa participación en un club menor), y Pablo Zabaleta, cuyo lugar estaba siendo ocupado por Gabriel Mercado, este último mostrando grandes rendimientos.
Sim embargo las mayores fisuras del ciclo Bauza al frente del combinado albiceleste tuvieron que ver con los inexplicables esquemas tácticos, colocando dos centrocampistas que se superponen en sus labores (Javier Mascherano y Lucas Biglia). De esta menera dejo al mediocampo argentino huérfano de creación y volumen de juego, aspecto deficiente que termino de consolidarse a partir de la utilización de dos centro delanteros como Gonzalo Higuain y Sergio Agüero. El “Kun” Agüero fue utilizado como media punta o enlace, posición no ocupa hace seis años en su club, y los rendimientos del delantero fueron acorde al despiste posicional.
Argenina desaprovechó una serie de partidos sumamente accesibles, empatando contra Perú y Venezuela, y perdiendo como local ante Paraguay, viéndose superada la selección en los tres partidos. Con un equipo ya derrotado anímicamente Brasil le dio un cachetazo sellando un 3 a 0 que caló hondo y demostró además el bajo nivel de algunos jugadores en la selección.
La victoria ante Colombia funcionó con un espejismo. El gran rendimiento de Lionel Messi esa noche resolvió el partido de manera contundente, y el resultado maquillo las falencias latentes de la albiceleste.
Ante el notorio pedido de un cambio estratégico, y un recambio para varios jugadores que hace tiempo padecen cada partido con la selección nunca llegó, Bauza se encerró en convicciones deportivas indescifrables, mientras se rehusaba a ver los flojos rendimientos y dar un giro de timón.
El efecto está a la vista. Argentina fue superada por Chile, y logró el triunfo a partir de errores arbitrales que combinaron con la falta de eficacia en los últimos metros del combinado trasandino. Luego de ese triunfo el “Patón” decidió redoblar la apuesta, afirmando que su equipo había jugado “un partido brillante”, dejando atónitos no solo a la prensa sino a todo el público.
El desgaste en su posición era claro y sus aspiraciones de ser campeón del mundo con Argentina ya formaban parte de la anécdota popular. La derrota frente a Bolivia por dos a cero lo dejaba al borde del despido, y si bien la flamante dirigencia de AFA demoró más de una semana en concretarlo la salida de Edgardo Bauza, es ya a esta altura un hecho.
Las preguntas florecen ahora en torno a quién se hará cargo del combinado nacional, y la figura de Jorge Sampaoli parece picar claramente en punta. El actual técnico del Sevilla de España, y ex seleccionador de Chile suena como la carta fuerte para ocupar el banco que Bauza deja vacío.
Un nuevo entrenador surge como posibilidad clara, con una idea en relación al fútbol totalmente opuesta a la de Bauza. Los cambios se han hecho carne en el fútbol argentino, sin proyecto y sin rumbo Argentina nunca termina de definir a que apuntan sus seleccionados.
Aquel que ocupe el cargo que el “Patón” dejó bacante se encontrará con el prominente desafío de clasificar a Argentina a Rusia 2018, además de tomar el necesario riesgo de ejecutar un recambio grande en el plantel celeste y blanco.