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Argentina perdió 1 a 0 ante Paraguay por las Eliminatorias para Rusia 2018. El seleccionado se despidió del Mario Alberto Kempes entre silbidos e incógnitas.

​Argentina perdió 1 a 0 ante Paraguay por las Eliminatorias para Rusia 2018. El seleccionado se despidió del Mario Alberto Kempes entre silbidos e incógnitas.

La selección cambió aplausos por silbidos en Córdoba

Por Ignacio Parisi | ignacioparisi@elmilenio.info

CÓRDOBA – La película de la selección argentina se repite con matices cada vez más dolorosos. El cuestionamiento ya no viene aparejado de la pérdida de finales sino de un rendimiento sorprendentemente bajo que viene golpeando a la albiceleste desde aquel empate agónico en Venezuela hace poco más de un mes.

La derrota ante Perú pareció haber dejado enseñanzas  y Edgardo Bauza optó por la inclusión de Ever Banega, un mediocampista creativo en la mitad de la cancha. Por el lado derecho del ataque apareció Gaitán, reemplazando a Paulo Dybala, mientras que en la defensa los cambios fueron obligados, con Mateo Musacchio, Martín Demichelis y Gabriel Mercado desde el arranque.

Argentina intentó con la presencia de Banega parecerse a un equipo, dar circulación a la pelota para encontrar los escasos espacios que Paraguay dejó en defensa. Nada de eso ocurrió, la celeste y blanca jugó al ritmo que la selección paraguaya necesitaba. Un equipo cansino, con traslados lentos, sin desmarque, sin movilidad.

Repitiendo los errores cometidos en Perú, Argentina volvió a presentar un abismo entre su escaso mediocampo y sus cuatro delanteros. Paraguay le hizo pagar las pocas opciones de pase cortando el circuito argentino con más de la mitad del equipo albiceleste sin posibilidades de recuperación.

Pocos minutos le alcanzaron a Paraguay para recuperar la pelota y atravesar la mitad del campo en solo dos pases. Argentina quedó expuesta, Mateo Musacchio pagó las consecuencias y Sergio Romero no pudo cubrir el primer palo ante el remate del wing derecho paraguayo, Derlis González. Argentina no logró hacer pie en un primer tiempo en el que apenas encontró un buen remate de Angel Di María en el palo, una de las pocas jugadas que podrían haber cambiado la historia. 

Ya en la segunda etapa el combinado nacional buscó con algo más de decisión, pero sin ninguna idea de juego el arco contrario. Sin embargo logró acumular un mano a mano de Serio Agüero, y luego un penal que el propio “Kun” malogró.

El público clamaba desde la previa el ingreso de Dybala y el “Patón” lo hizo ingresar por Nicolás Gaitán. No pasó mucho tiempo antes que optara el técnico por otro cambio, Lucas Pratto. Bauza decidió apostar por un nuevo centro delantero, pero esta vez sacando del campo a Ever Banega, el único jugador capaz de conectar mínimamente al equipo.

El resultado fue el esperado, Paraguay defendiendo con 10 jugadores en su propia área, y Argentina sin poder de pase delegando aún más responsabilidades en Javier Mascherano. El patrón del equipo argentino se vio superado por la tarea de repartir juego, y solo Dybala se presentó como socio improvisado del gran capitán.

El equipo se fue diluyendo en su previsibilidad, facilitándole la tareas a un conjunto paraguayo que solo tuvo que despejar centros (muchos de ellos frontales). El final del partido fue el anunciado, el seleccionado de fútbol se despidió de una multitud que lo esperaba en Córdoba con la cabeza baja en un partido que plantea definitivamente un panorama difícil.

Las responsabilidades caerán en varios personajes, pero fundamentalmente deberán caer en un entrenador que volvió a partir tácticamente al equipo. Bauza tendrá que revisar porqué eligió a un Demichelis que lleva cinco meses sin continuidad futbolística, porqué insiste en ubicar a Agüero en una posición que lleva años sin practicar. Deberá replantearse el entrenador la posición en la que sigue utilizando a Paulo Dybala, o la decisión de dejar a Mascherano como organizador de juego ante delanteros que se ubican a 40 metros de distancia. 

Las incógnitas se presentan como parte del camino, Argentina debería poder ganar sin Lionel Messi en cancha, ya que tiene la jerarquía necesaria para hacerlo. Argentina necesita ganar sin Messi en el campo, porque pedir solo por la vuelta del astro luego de su lesión sería volver a dejarlo solo, volver a ponerle una mochila que en realidad no le pertenece a ningún jugador sino al equipo en su conjunto.

Las fotos de la previa |

Gentileza Milagros Marcos Capponi.