El ciudadano argentino promedio produce alrededor de 1 kg de basura por día. Tal vez el dato no sorprenda pero la pregunta es: ¿qué hacen las personas con esos residuos? Las respuestas van desde las posturas más descuidadas hasta las más comprometidas con el cuidado ambiental y la convivencia ciudadana. La clave: reducir el volumen de basura producido, reutilizar algunos materiales y reciclar todo lo posible.
Por Lucía Argüello | luciaarguello@elmilenio.info
Era martes, a la hora de la siesta. Una mujer de cincuenta y tantos sube al Intercórdoba, paisaje de más conocido para los vecinos de Sierras Chicas. Se sienta, abre su cartera y empieza a tirar algunas cosas al piso: el boleto que acaba de pagar, un papel de caramelo, una caja de cigarrillos abollada, una bolsita de plástico, etc. Desde el asiento del frente un joven la mira asombrado y le dice: “señora, el bondi no es un basurero”, a lo cual la mujer responde, despectivamente: “si no te gusta, no lo mires”.
¿Quién no habrá presenciado una escena por el estilo en su vida? Ya sea en la parada, desde el auto, en algún descampado o en la plaza, muchas personas manejan la basura que producen de manera irresponsable, con las consecuencias que eso genera para el ambiente, la salud y el paisaje urbano. Aunque, como suele suceder, siempre están los vecinos que hacen todo lo contrario.
Como se dice frecuentemente, no se trata de limpiar más, sino de ensuciar menos. “En mi casa reciclamos y reutilizamos todo lo que podemos. Separamos el cartón y los papeles, los envases de plástico y los de vidrio, las latas. Los residuos orgánicos (restos de frutas y verduras) van a parar a la abonera para transformarse en compost y los residuos secos limpios, sobre todo lo que es plástico, los vamos compactando dentro de una botella de plástico para construir ladrillos ecológicos. También separamos las pilas, porque contaminan mucho, y los sachet de leche, que se los damos a La Sachetera, una ONG que arma bolsas de dormir para la gente que vive en la calle”, comentó Silvia, vecina de Villa Allende, aunque también señaló que muchas de esas cosas deben llevarlas a distintos lugares que se encargan de reciclarlos, algunos en Córdoba, porque en la zona no siempre encuentran.
Se trata de pequeñas acciones que están al alcance de todos y que no solo ayudan a disminuir el volumen de residuos que van a parar a los entierros sanitarios, sino que además generan beneficios ambientales y financieros. La reutilización también es un punto importante. Muchas cosas consideradas basura pueden transformarse en objetos útiles, desde complejas artesanías hasta las tradicionales y simples masetas.
“Yo creo que se trata de poner un poco de voluntad y conciencia nomás. Desde guardarse el papel en el bolsillo en lugar de tirarlo en la calle, hasta tomarse el trabajo de separar la basura y reciclarla, pensar cómo hago para que esto que compré no termine en el basural. Todos podemos cambiar algo”, aportó finalmente Silvia.