Por Alejandra Gait, Directora Nivel Secundario IENM (Lic. En Ciencias de la Educación).
La escuela, desde hace tiempo, lleva adelante una lucha cuerpo a cuerpo, con una realidad a veces agobiante, en donde la palabra ha perdido valor para dar paso al “golpe”, y donde “hacer chistes”, ridiculizando a otros, es visto como lo normal.
A pesar de la lucha permanente rescatando los valores del respeto al otro, a su idiosincrasia, a sus modos de ver el mundo, a su persona, hay espacios de “todos” y de “nadie”, que nos invaden, nos transforman, nos automatizan y nos hacen cómplices de la irracionalidad y de la denigración de otros.
Pensamos que esto es sólo posible por internet, mientras defendíamos el currículum editado. Sin embargo, editoriales de prestigio en educación invierten en impresiones de textos que promueven la desacreditación del otro, la burla,la falta de respeto y el ridículo como modo de atraer al lector.
Y entonces pensamos ¿dónde estamos los adultos cuando nuestros hijos compran estos textos y practican los consejos vertidos en él?
Me remito a comentar el libro “Troll” de Rubius -youtuber- el cual invita a los adolescentes a que elijan personas al azar, y les hagan dibujar pornografía; o cómo hacer vomitar a un compañero; o pegarle a un dibujo los pelos después de la depilación; o reírse de un defecto del otro; o pedir condones en una farmacia a través sólo de gestos.
Esto nos invita a reflexionar: ¿Cuál es la mirada del docente que incentiva la lectura de un texto a elección y el estudiante prefiere este tipo de lectura?
¿Cómo volvemos la mirada al espacio de la risa sana, del encuentro con el otro, al juego limpio, a las lecturas reflexivas? Si esto atrae, vende, y los educadores permanecemos perdidos en nuestra propuesta.
Recuperar la memoria, formar sujetos críticos, construir desde el discenso, producir momentos de reflexión y no gloriosos al decir de Rubius, mirar al otro para el encuentro y no para la burla, será el objetivo primordial de la escuela, siempre y cuando cada familia comprenda que educar tiene que ver con “MIRAR”, con “ESCUCHAR”, con “PONER LÍMITES”, con “DESAPROBAR” fenómenos y experiencias que malgasten las relaciones personales.
APOSTEMOS JUNTOS Y ENTONCES HABREMOS EMPRENDIDO EL DESAFÍO DE SER DIFERENTE EN MEDIO DE LOS IGUALES.