Los reiterados paros de transporte que los usuarios padecieron en esta primera parte del año constatan la deficiencia del servicio. A lo largo de estos seis meses se congeló la prestación por varias razones; sin embargo, la principal fue el aumento de sueldo que reclamaron los choferes.

Por Pamela Benitez. ECI-UNC
En Sierras Chicas, los pasajeros manifiestan una creciente disconformidad por quedar atrapados en las disputas laborales entre las empresas de transporte y sus empleados. Lejos de llegar a un acuerdo que garantice la continuidad ininterrumpida del servicio, las conciliaciones obligatorias se acatan, pero no solucionan de fondo el problema que aqueja a los ciudadanos.
A diario, muchas de las personas que utilizan los transportes de media distancia se dirigen a su lugar de trabajo. Este hecho provoca un mayor malestar en esos usuarios, porque la situación actual los obliga a tomar recaudos adicionales, como calcular el tiempo de espera de colectivo, que por lo general no respeta el horario designado, y también conjeturar el tiempo de viaje hasta el destino.
La mirada del usuario.
Las demoras se registran de la capital cordobesa hacia el interior, y viceversa. En ambos casos, se consultó a distintos usuarios del servicio para conocer su opinión.
Julieta, estudiante universitaria, diariamente calcula casi una hora y media entre la espera y el viaje. “Todos los días viajo a Unquillo y para no llegar tarde salgo casi media hora antes de mi casa para llegar bien”, comentó la joven.
Además, la estudiante dijo que tres unidades -de distintas empresas- que pasan por la parada ubicada en la intersección de las calles Santa Fe y Avenida Colón, y que, aun así, todos los días generalmente espera por lo menos media hora por cualquiera de los tres. “Estoy acostumbrada a esperar, pero por el precio del pasaje me gustaría que los colectivos estén en mejor estado”, comentó Julieta.
Sucede que el rango de costo de la tarifa, en este caso, ronda entre los 10 pesos y los 16 pesos. Entonces, además de calcular el tiempo de espera tiene que tener al menos 32 pesos diarios para ir y volver a Unquillo; mientras que en el mejor de los casos va a gastar sólo 20 pesos, en el mismo trayecto.
La misma situación se repite como un patrón en el resto de los usuarios con quienes El Milenio pudo dialogar en esta ciudad.
“Yo soy usuario circunstancial, justo hoy voy a Río Ceballos, pero la verdad me da mucha pena por la gente que tiene que esperar tanto todos los días, y que encima, a veces se enteran en la parada que hay paro”, declaró Carlos, vecino jubilado unquillense.
Sin mejoras.
Hace años el eje de las denuncias es el incumplimiento de las frecuencias, y el estado de las unidades. Al respecto, el vocal del Ente Regulador de Servicios Públicos (ERSeP) y concejal en Córdoba por el radicalismo, Miguel Nicolás, confirmó que los reclamos no cesan. El vocal dijo que en lo que va de 2015 se denunciaron a las empresas por el “mal estado” de los coches y la poca compensación del servicio en relación al último aumento de tarifa.
“Las empresas reciben subsidios estatales y aun así, se siguen registrando denuncias por el deterioro de las unidades. Ante esto, el castigo es para los pasajeros”, comentó Nicolás. También agregó que la implementación del boleto obrero es una buena herramienta y paliativo al precio de la tarifa.
Por último, en los últimos meses se registró que muchos de los choferes, de modo arbitrario, no levantan a los usuarios en las paradas. Al respecto, el concejal manifestó que “eso se debe a la impunidad de la que gozan los gremios”.
Los choferes, los usuarios, las empresas y los organismos oficiales tienen distintas versiones sobre los hechos, aunque la realidad es que los afectados diariamente son los usuarios. Son el último eslabón de esta cadena y los más perjudicados. Por eso, Nicolás opinó que “para solucionar el tema es necesario que los empresarios se sienten y analicen la situación en beneficio de una mayor calidad de servicio a bajo costo”.
Un servicio que promete.
Al mismo tiempo que el transporte se convierte en una necesidad casi básica en la vida de los usuarios y consumidores, también es un negocio regulado y reglamentado por organismos estatales, tanto municipales como provinciales.
La regulación corre por cuenta de la Dirección de Transporte de la Provincia, que -en el caso del corredor de Sierras Chicas- indica que la frecuencia habitual de los ómnibus debe ser de 10 minutos entre cada vehículo, en horarios picos. Estos serían por la mañana temprano, ingresos y salidas escolares, y regresos laborales después de las 18 horas.
Por otra parte, en el resto del día, sábado, domingo y feriados la frecuencia disminuye y se efectúan cada 20 minutos aproximadamente.
Alberto Barrale, gerente de Intercórdoba, comentó a El Milenio que la mayoría de los recorridos se ven afectados por diversos factores ajenos a la voluntad de la empresa, ya sea cortes en algunas arterias y avenidas, y la condensación del tráfico en la ciudad.
“Todo lo que ocurre en las calles del recorrido del colectivo interrumpe el cumplimiento del horario de los coches. La solución no es poner más unidades, porque no se soluciona nada con eso”, confesó Barrale, quien agregó: “La ‘muni’ de Córdoba podría facilitar la circulación de los interurbanos y de esa manera mejoraría el servicio”.