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Secuelas que preocupan

Las inundaciones de febrero dejaron al descubierto la situación precaria que muchas familias tenían en las Sierras Chicas. Algunas de ellas ingresaron a casas que están en situación riesgosa, ya sea por sus daños estructurales o por encontrarse muy cerca de los cauces.

Los robos que varios de los afectados sufrieron tras las inundaciones, los obligó vaciar las casas rápidamente o a poner serenos que las custodien.
Los robos que varios de los afectados sufrieron tras las inundaciones, los obligó vaciar las casas rápidamente o a poner serenos que las custodien.

Redacción El Milenio

“Tuve que dejar mi casa porque fue marcada como categoría C5, por eso me mudé a otro barrio. En ese momento hubo un diálogo con mis vecinos que me alarmaban que una familia -en emergencia- necesitaba un lugar y tenían planificado tomarla”, comentó a El Milenio Valeria, una vecina del barrio Progreso de la ciudad de Unquillo.

Inmediatamente, la vecina acordó con una amiga para volver a ocuparla y así evitar que ingresen a  su domicilio. Pero aclaró que “se trata de gente que históricamente ha necesitado casas”, por lo que esta catástrofe desnudo un costado crudo de la sociedad de Sierras Chicas que es la indigencia de muchos de sus habitantes.

Sin justificar el delito, los habitantes serranos sostienen que en muchos casos que se llegan a usurpar las viviendas es porque la familia está en un estado casi de desesperación, es decir, que en estas situaciones subyace una cuestión social no resuelta, que hace que estas personas infrinjan la ley para buscar dónde vivir.

“Lo que más me llama la atención es que se arriesguen a vivir en una casa en condiciones malas, con riesgo de inundarse ante otro traspié climático”, confió la vecina del Progreso.

No tranquila, la unquillense prefirió comunicarse con personal del Ministerio de Solidaridad de la Provincia quienes le dijeron que “recomendaban a los vecinos que no abandonaran sus viviendas, pese al riesgo de convivir en esas ubicaciones cercanas al río, por resguardo de la construcción y evitar así las ‘posibles’ usurpaciones. “Esto fue hace más de dos meses”, aclaró.

Por otro lado, muchos vecinos, que son testigos de las usurpaciones, hablan por lo bajo; cuentan su versiones pero prefieren no figurar. Esto mismo sucedió en la ciudad de Río Ceballos cuando una mujer del barrio La Quebrada, de unos 80 años, comentó que a pocas cuadras de su casa, sobre la San Martin y enfrente del rio Ceballos, una familia que había quedado sin vivienda ingresó a otra que había sido abandonada temporalmente por un matrimoniotras haberle ingresado el agua.

En este marco, la mujer confió que cuando los propietarios quisieron regresar no pudieron hacerlo, y ahora están viviendo en otro domicilio que les prestaron. Además, le dijo a El Milenio que enfrente de la misma casa también están viviendo “usurpadores”, pero en ese caso, “la casa ya no tiene dueño porque quien la habitaba falleció sin dejar herederos”, agregó.

Con respecto a esto, la ley argentina dice que para recuperar su bien por la vía legal, un propietario debe presentar un documento -escritura o boleto de compraventa-, que acredite la posesión o tenencia del inmueble.

También el reclamo de la devolución del inmueble lo puede realizar un inquilino, obviamente presentando el correspondiente contrato de locación que atestigüela tenencia temporal del mismo.

En cuanto a los pasos para recuperar una propiedad usurpada, el dueño debe presentarse en una comisaría o en la Fiscalía. Y tras la denuncia del titular del inmueble y la acreditación mediante la documentación pertinente, se solicita al juez de Garantías un allanamiento, para constatar el estado del mismo.

La situación para recuperar una vivienda usurpada se complica en los casos en los que las propiedades estén ocupadas por menores, entonces los trámites judiciales se extienden en el tiempo y la restitución del bien a su dueño suele demorar más de medio año.

En definitiva, la función de la Justicia no será encontrarle una solución a quienes se expulsa de un inmueble, pero si el caso lo requiere se solicitará la colaboración del Ministerio de Desarrollo Social.

Información oficial.

Varios vecinos de las Sierras Chicas aseguran que existieron advertencias desde las dependencias estatales, fue así, que ante las declaraciones obtenidas, El Milenio se comunicó con autoridades oficiales para saber qué información manejan con respecto a esta cuestión.

Desde la Municipalidad de Unquillo le dijeron al periódico que “no saben de casos de usurpaciones pero si de intentos, considerando este tema más de índole privado, y si se quiere policial”.

Con respecto al Ministerio de la Solidaridad, confirmaron “no tener datos oficiales al respecto”, por lo que no pudieron brindar ninguna clase de datos.

Casas afectadas.

El problema habitacional después de la catástrofe está en boca de todos, y el Estado solo pudo llegar a un puñado de familias,y la mayoría de las afectadas aún esperan la ayuda oficial.

Si se toman en cuenta las cifras oficiales del relevamiento provisorio del Ministerio de Desarrollo Social, las inundaciones causaron daños en 1680 viviendas aproximadamente; mientras que el 10 por ciento de ese total de casas, alrededor de 160, sufrieron daños totales.


Acá al lado.

Según el diario cordobés Día a Día, en Córdoba, la Policía Judicial registra un promedio anual de casi 400 denuncias por usurpaciones. Aclarando que se trata de una problemática social y también de intereses económicos.

Además, agregan que este número engloba todos los casos de usurpaciones sin discriminar si se trata de un grupo de familias, de un solo núcleo o de una persona, y si se ocupa un lote de grandes dimensiones o pequeño, con o sin construcciones.