El Milenio

Noticias de Sierras Chicas

Participación vecinal: semilla del cambio colectivo

El abogado constitucionalista Juan Brügge presentó su libro "La participación vecinal. Enfoque institucional y jurídico" en Río Ceballos. En su paso por Sierras Chicas, dialogó con El Milenio sobre la potencia del vecinalismo, las ventajas de contar con un marco jurídico para los centros vecinales y la importancia de que las personas se involucren para cambiar la realidad de sus comunidades.

Participaron: Ignacio Córdoba y Agustín De Maussion (4to IENM). Genaro Bracamonte y Agustín Fernández (4to IMVA).


Es indudable que las asociaciones vecinales cumplen un rol fundamental en la vida política de las sociedades, más aún cuando hablamos de pequeñas localidades. Desde hace muchos años, esto es tema de particular interés para Juan Fernando Brügge, abogado constitucionalista que ha asesorado a varios municipios del corredor.

Su interés comenzó en 1989 cuando, mientras se desempeñaba como concejal de la ciudad de Córdoba, participó de la modificación de las ordenanzas respecto a los centros vecinales. “Empecé a investigar y eso me llevó a vincularme con dirigentes vecinales. Iba a los congresos y reuniones y así fui conociendo lo que era el vecinalismo”, relató en diálogo con El Milenio

Uno de sus principales interrogantes en ese entonces era quién le daba el reconocimiento y la personalidad jurídica al centro vecinal, si el municipio o la provincia. Como en ese momento era profesor de la Facultad de Derecho, el abogado llevó esa investigación a su tesis de doctorado.

Ante la falta de bibliografía sobre el tema, Brügge finalmente decidió recopilar y ordenar todo ese material para elaborar un libro. Así nació “La participación vecinal. Enfoque institucional y jurídico“, que recientemente fue presentado en Río Ceballos. Se trata de un libro pensado como herramienta de formación y consulta, por lo tanto, no tiene afán de lucro y se entregará gratuitamente a distintas instituciones.

“La participación vecinal es la más genuina, porque la involucración de la persona no está motivada por ningún otro interés más que el de resolver un problema de todos”

Juan Brügge.

El Milenio: ¿Qué se entiende por participación vecinal y cómo la aborda en su libro?

Juan Brügge: La participación vecinal nos introduce en algo esencial que es la necesidad de la gente. Cuando en tu barrio la gente ve que se quemó un foco de alumbrado, que el pavimento se rompió o que los yuyos han crecido en la plaza, llaman a las autoridades municipales para resolver la situación, buscando mejorar la calidad de vida de todos. 

Esa necesidad activa la asociación espontánea: un vecino se junta con otro y luego otro, no necesita una ordenanza o una ley para ello. Esta participación vecinal es la más genuina, porque la involucración de la persona no está motivada por ningún otro fin más que el de resolver un problema de todos. Eso hace al sentido de pertenencia y al querer mejorar el barrio, sin esperar que otro lo haga. Allí reside la fuerza de la participación vecinal.

EM: ¿Cuáles son los principales obstáculos que enfrenta la participación vecinal en la actualidad?

JB: Vos podés tener la mejor ordenanza de centros vecinales, pero si la gente no participa, no te sirve absolutamente de nada. Eso nos lleva a lo que pasa en la sociedad argentina. En la época de la dictadura se decía mucho la frase “No te metas”, o sea, que no te metieras en nada público porque podías desaparecer.

Cuando volvió la democracia, el involucramiento de la sociedad había caído notoriamente y los 90 no ayudaron a recuperarla. Los ciudadanos se preguntaban ¿Vale la pena meterse? ¿Vale la pena que yo participe en un club si no me tienen en cuenta? ¿Vale la pena que participe en una asociación si soy un número más y hay alguien que ya está hace mucho tiempo y maneja a su gusto? ¿Vale la pena que participe en un partido político, por ejemplo, si en definitiva ya está todo armado por la dirigencia? 

La gente en el fondo no se siente útil, y es cuando uno se siente útil cuando realmente se activa y participa. Hay como una apatía de participación y hay que ver de dónde viene: puede ser frustración, puede ser desgano, puede ser que la gente sienta que no tiene sentido, puede ser que la gente tenga temor a ser utilizada o que por su participación pueda ser perseguida, hay un montón de situaciones a tener en cuenta. 


EM: ¿Cuáles son las herramientas con las que cuenta la comunidad en relación a la participación vecinal? 

JB: La participación vecinal no solo se reduce a los centros vecinales, hay diferentes figuras que sirven para fomentar la vinculación entre los vecinos y de los vecinos con el municipio. Por ejemplo, está el llamado presupuesto participativo, que es la posibilidad que tienen los vecinos de decidir cómo se van a invertir los fondos del municipio, al menos en parte. Otra son las audiencias públicas, en donde los vecinos se expresan sobre una temática especial y discuten con los mismos funcionarios de forma directa para tomar resoluciones.

Otra forma de participar es el voluntariado, que no es lo mismo que el vecinalismo. El vecinalismo apunta más a las necesidades barriales, comunitarias y de la sociedad en general, no con una finalidad tan concreta y directa como el voluntariado. Mientras el vecinalismo es una acción colectiva, el voluntariado es una acción individual.

EM: En muchos municipios, los centros vecinales están reglamentados institucionalmente. ¿En qué aspectos cree que esto puede sumar al trabajo de los vecinos?

JB: La participación vecinal es espontánea, no necesita ordenanza, reglamentación o reconocimiento. La reglamentación no influye en la voluntad del vecino de participar, pero sí mejora lo que es la seguridad jurídica de la participación. 

Por ejemplo, un grupo de vecinos decide contratar a una persona para cortar el césped de la plaza y le pagan de su bolsillo por que el municipio no viene. Sin embargo, si esa persona se lastima haciendo esa tarea, los vecinos van a ser responsables y les pueden iniciar juicio porque ellos lo contrataron, ahí hay una inseguridad jurídica. 

Entonces a través de las reglamentaciones, los municipios pueden armar un marco jurídico de seguridad que va a responder frente a esos accidentes. Esa es la ventaja de tener una normativa y mientras sea más específica y que contemple fondos para mejorar las actuaciones de los centros vecinales, más va a favorecer la participación y la gente se va a animar a hacerlo más porque puede hacerlo sin riesgos directos.