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Pasión sin límite de edad

El rugby es un deporte muy conocido en la región y Córdoba cuenta con jugadores de gran nivel, lo cual inspira a muchos jóvenes a seguir sus pasos. Pero el amor por el deporte no tiene fecha de vencimiento. Por eso, en Salsipuedes nació una organización de rugby para veteranos. Se trata de Aguará Guazú, el equipo +35 de Los Zorros, un club nacido en 2007.

Colaboración: Milagros Villanueva y Ramiro Picco (4to IMVA). Abril Flores y Abril Seydell (6to IENM).


Rodrigo Bisbal, oriundo del sur de Buenos Aires, vive en Río Ceballos hace 14 años y es licenciado en comercialización. La mayor parte de su adolescencia la pasó en Río Grande, Tierra del Fuego, donde nació su amor por el rugby.

Aunque la vida lo llevó por otros rumbos, en 2011 decidió retomar ese deporte que lo había maravillado años atrás. Empezó a probar en varios clubes, pero todas las opciones estaban en Córdoba Capital y los horarios suponían un gran inconveniente.

Ya para 2012, con 32 años, Rodrigo no podía incorporarse a un equipo competitivo y, al mismo tiempo, buscaba una opción que le permitiera jugar en la región. Por un comentario al pasar, llegó a Los Zorros, agrupación de rugby que forma parte del Club Atlético y Social Salsipuedes.

Formado en 2007, su primer equipo estaba integrado fundamentalmente por recién salidos de juveniles, ya que el club no tenía una rotación de jugadores. De a poco, los más veteranos fueron sumando su experiencia y el grupo empezó a crecer a medida que se introducía en el mundo competitivo del interior.

Con la llegada de varios jugadores de más de 35 años al club, hace cinco años surgió Aguará Guazú, un equipo que reúne a alrededor de 25 veteranos de distintos orígenes, de los cuales 16 todavía juegan en la primera división de Los Zorros. Con 42 años, Rodrigo encontró su lugar como capitán de este grupo y, en entrevista con El Milenio, habla sobre las particularidades del rugby senior cordobés.

En noviembre, Aguará Guazú cumplió cinco años reuniendo a jugadores de rugby +35 de orígenes muy diversos. Foto gentileza quien corresponda.

El Milenio: ¿Cómo se define la categoría senior y qué reglas diferentes aplica? 

Rodrigo Bisbal: Se considera que a partir de los 35 años uno puede participar en eventos de esta categoría, pero con la particularidad de haber estado un año sin actividad. Es decir, si uno tiene 35 años y estuvo jugando recientemente, tiene que dejar pasar un año o esperar a cumplir los 36 para jugar. 

Esto es así porque hay jugadores muy longevos en primera división que de golpe ingresan con un chip muy competitivo a una categoría con veteranos de 50 o 60 años. La diferencia física es muchísima y el timing de juego también, entonces hay que tener mucha consideración con eso.

Respecto al reglamento, la gran diferencia es que todo apunta a cuidar al jugador. Por eso no se disputa el ruck, es decir el enfrentamiento hombre a hombre para ganar la pelota. Además, se puede patear, usar el pie para disputar la pelota en ataque, pero el receptor es muy cuidado, no se puede ir al contacto inmediato, tiene que esperar a que el árbitro, en el momento, lo valide. Otra particularidad es que no se juega rápido y se tienen que considerar determinada cantidad de pases para recién tomar contacto con el otro equipo.

EM: ¿Contra qué equipos suelen jugar?

RB: La pandemia nos afectó muchísimo en ese aspecto, antes de ella teníamos un circuito informal con Sierras Chicas. Por suerte este año fue notable cómo empezaron varios clubes a convocar a viejos jugadores. Hemos jugado también con el La Salle, con Cerbraians y con la UVA (Unión de Veteranos de Córdoba), pero estamos todos los equipos como en red.

EM: ¿Cuál es la situación actual del club?

RB: Yo no formo parte de la comisión directiva, pero puedo decir como jugador que en los últimos años he visto un gran cambio en la organización. Siempre nos costó porque era chica o no tenía las herramientas necesarias para gestionar algunas cuestiones, lo que complicaba un poco el soporte de la disciplina en sí. Tenemos canchas, luces y vestuarios, pero mantenerlo nos costaba.

Hace unos cuatro años, se empezó a hacer un trabajo que fue clave: el compromiso de que todos cumplamos con el aporte de la cuota, lo cual es fundamental para cualquier club si pretende crecer, sobre todo por el tema de la infraestructura.

Hoy estamos viendo los frutos de eso y la proyección a corto plazo que tenemos es muy buena, hay buena gestión, diálogo y relación. Por suerte, en la actualidad contamos con un predio bien iluminado (antes de la pandemia teníamos un par de reflectores y nada más), se mantiene el pasto, el marcado de la cancha y los vestuarios.

Se ha mejorado mucho y sobre todo a nivel organizacional. Que Aguará Guazú sea parte de todo este proyecto es muy bueno, porque hay muchos integrantes del equipo que son entrenadores infantiles, de juveniles o de primera, entonces está todo integrado, y eso lo transforma en un proyecto a mediano y largo plazo.

EM: ¿Qué tan viable es la continuidad de los equipos seniors en general y en particular para ustedes?

RB: Yo creo que la continuidad depende de cada club y de integrarnos todos en diferentes encuentros. Hoy somos parches de lo que le está faltando a Los Zorros, la primera está poniendo el cuerpo en el rugby y por ahí para los chicos de infantiles o juveniles ver un veterano que está defendiendo su camiseta y su club es un estímulo. Eso es a lo que uno aspira, es el granito de arena que nosotros aportamos y te hace crecer como club.

EM: ¿Cómo valorás deportivamente al equipo en la actualidad y cuál crees que es el potencial a mediano plazo?

RB: Nosotros estamos en un circuito recreativo, no somos competitivos como veteranos, y hay mucha disparidad de edades. Muchos todavía tenemos el compromiso de primera, entonces el foco en los entrenamientos se hace en conjunto con el plantel, el nivel es muy bueno.

La mayoría de los equipos están conformados por ex seleccionados de otras provincias, eso lo hace muy competitivo y siempre Córdoba fue bien reconocido en ese aspecto. El potencial para mí es bárbaro, porque coincide con el recambio de chicos de primera de entre 35 y 40 años que vienen con un tren de entrenamiento importante.

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