El Milenio

Noticias de Sierras Chicas

Adaptarse a la Pandemia

De la noche a la mañana, Daniel Corral cardiólogo y vecino de Unquillo pasó del área cardiología a Covid. En esta entrevista nos cuenta un poco sobre cómo fue este cambio drástico durante el año 2020 y lo que aprendió de esta experiencia.
  • Por Gallego Ezequiel y Gotta Corral Florencia
  • 4to Año Instituto Educativo Nuevo Milenio
  • Docente: Mabel Tula

Daniel Corral es un cardiólogo que ejerce esta profesión hace 23 años, vecino de Sierras Chicas, brindó sus servicios profesionales en el hospital de Unquillo, en un consultorio privado en Salsipuedes y además en el servicio 107 de la Ciudad de Córdoba.

No obstante, tantos años de preparación y estudio se pusieron a prueba una vez que la Pandemia del Covid-19 llegó con fuerza a la región a mediados del año pasado.

«Los primeros cuatro meses, regresaba a la casa y dejaba hasta los zapatos afuera y los limpiábamos con lavandina», recuerda el profesional en una charla con El Milenio.

Vivir en pandemia no fue fácil, y más aún para los equipos de salud, por lo que hoy Daniel nos cuenta cómo fue adaptarse a este cambio extremo donde la incertidumbre y el miedo colmó la paciencia de todos.

Cambios en la rutina de trabajo, los primeros miedos a los síntomas y como recibieron la noticia de la vacuna, son contados en primera mano por un médico de Sierras Chicas.

El Milenio: ¿Cómo el trabajo se amolda a la pandemia?¿Y cómo es el protocolo de llegar a su hogar con su familia?

Daniel Corral: La evolución en esta pandemia ha tenido diferentes etapas, en un primer momento con la denominada «fase uno», donde las únicas personas que podíamos salir a las calles era nosotros, los llamados «esenciales».

La medicina y la policía estaban en la primera línea de batalla, pero de todoas formas, al principio el trabajo habitual del hospital se redujo drásticamente ya que nadie iba al hospital, estaban todos encerrados.

En los primeros dos o tres meses no teníamos en el hospital un gran número de flujo ni complicaciones de cama ni guardia nada. En ese sentido lo que se modificó en el trabajo no fueron los horarios sino la dinámica: yo antes realizaba la ronda de cardiología, la revista de los pacientes y de ahí el consultorio, cuando de golpe todo eso se canceló y pasamos a pensar como distribuirnos el trabajo con esta nueva enfermedad que llamaban Covid-19.

Durante la primera mitad tuvimos que atender a muchas personas que llegaban porque estaban asustadas por los síntomas de este nuevo coronavirus.

En cuanto al 107 fue un poquito más notorio el cambio, porque pase de hacer diez atenciones de choques de motos en las calles a hacer nada durante un par de meses  ya que la ambulancia no se movilizaba para nada la gente llamaba solamente para controlarse porque se sentía con tos o tenía algún síndrome gripal.

El Milenio: ¿Que sucedió una vez que comenzaron a conocer más sobre este nuevo virus y a la vez comenzaba a existir más flexibilizaciones?

Durante ese segundo momento, en el hospital pudimos volver a la dinámica habitual del consultorio, los controles de terapia, pacientes de la guardia, pero si en el hospital de Unquillo llegaba un paciente con Covid-19 ya teníamos dividida la atención.

Por un lado hacemos un consultorio habitual, (la parte crónica de cardiología que me toca a mi) y al mismo tiempo con mi compañeros, nos dividimos las tareas de consultorio y de los pacientes Covid internados.

Esa dinámica ya lleva un año porque arrancamos en mayo del año pasado, en cambio en lo que es el 107 una vez que se empezó a liberar después de la primera ola, volvimos a atender pacientes en la calle, volvimos a los choques de autos y motos.

EM: ¿De cuánto es su riesgo de contagio a la hora de hacerle controles a estos pacientes internados?                

DC: El riesgo de contagio va a depender de las situaciones protocolares de cada uno de los médicos.

Hablando desde mi propia experiencia: reviso a los pacientes, hago los controles del examen físico habituales, salgo y después vuelvo a entrar a las dos horas para completar alguna cosa que nos haya quedado pendiente, como por ejemplo requerirle al paciente el control que se le hizo a la mañana o traerles una botella de agua que les solicitó o algún mensaje de la familia.

Todo eso se realiza con los EPP (Elementos Personales de Protección) correspondientes. Los EPP son los que nos provee el hospital: un mameluco que a veces es una bata, las botitas de protección un gorrito, doble barbijo y una escafandra que es una máscara que tiene un vidrio acrílico que es el que utilizan los soldadores nada más que adecuado, de plastico  y bien livianito para la salud.

Digamos que mientras yo utilice los EPP, el riesgo de contagio es casi nulo, tranquilamente se puede quedar conversando con el paciente, por más de que pasen cinco minutos diez o media hora, si yo uso adecuadamente los equipamientos no va a haber ningún riesgo de contagio.

Los riesgos de contagio en este caso serian si yo no usará el barbijo o no usara la máscara.

EM: ¿Qué opina su familia sobre su trabajo?

DC: En un primer momento había tanta incertidumbre con respecto al contagio y con respecto a las formas en las que nos protegíamos porque no lo conocíamos al virus y a medida que van pasando los meses voy aprendiendo sobre la biología, el metabolismo y las formas de contagio, que al principio sí había cierto temor a que nos pudiéramos contagiar.

Me acuerdo que en los primeros cuatro meses, en junio o julio del año pasado, donde nos encontrábamos encerrados la mayoría, volví a casa y dejaba hasta los zapatos afuera, los limpiábamos con lavandina, me sacaba toda la ropa y la lavábamos, después hemos ido aprendiendo a eliminar el riesgo de contagiarse tanto para mí y para las personas que viven conmigo, mi mujer también trabaja en salud y ella tiene los mismos cuidados que yo cuando está en contacto con sus pacientes.

Cuando regresamos a casa tratamos que estos elementos no ingresen, y si hemos estado en contacto con pacientes con sospecha de coronavirus a esa ropa la metemos directamente al lavarropa para esterilizarla.


EM: ¿Cómo es la logística de las muestras de Covid-19?

DC: No estoy en la zona de testeos, estoy en la zona de los pacientes que están internados, pero de todas formas te puedo comentar como es la dinámica en el Hospital de Unquillo:

En la guardia, generalmente hay 25 números a la mañana y entre quince y veinte números a la tarde, arrancan a las nueve de la mañana y entre la una y las dos de la tarde se toman las muestras, se llenan las planillas correspondientes y las muestras van para el laboratorio central, en Córdoba, entre 16 y 48 horas ya están los resultados.

Los resultados se cargan en una página web donde los encargados de realizar los test, pueden corroborar tanto los negativos como los positivos inmediatamente, y se comunican con el paciente directamente para contarle el resultado.

Si el resultado fue positivo le hablan directamente al paciente o le mandan por WhatsApp, o por mail si no tenés teléfono, por ahí te llega el resultado positivo. Cuando son negativos no te llaman, directamente te mandan por mail o por WhatsApp.

EM: ¿Cómo se imagina su trabajo los próximos meses?

DC: Hay una división entre lo que me imagino y lo que quiero. En realidad, lo que quiero es volver a la normalidad, quiero hacer mi consultorio, quiero hacer la ronda normal, me gustaría que ya todos estuviéramos vacunados y que no existiera el terror que algunos pacientes tienen y que no van al hospital a control por miedo y se complican las patologías de base.

Por otro lado, muchos pacientes que tengo que sé que no van a volver al consultorio porque han padecido el coronavirus, tanto en el hospital como en otro lado, no lo van a valorar por supuesto. Pero, lo que yo me imagino es que por un par de meses más, yo calculo que, a lo largo de todo este año, a pesar de que va a disminuir la cantidad de casos acá en Córdoba, vamos a continuar con este flagelo de la pandemia y probablemente en cuarentena hasta fin de año.

Yo calculo que hasta que no esté vacunado el 50% de los pacientes de riesgo, vamos a tener tanto por consultorio o guardia los testeos, como pacientes enfermos, todo va a depender de la cantidad de vacunas que el gobierno pueda disponer para poder empezar a vacunar a la mayor cantidad posible de pacientes con patologías, no estoy hablando de la gente más joven, si no los pacientes con patologías, que son los pacientes que probablemente tienen más de 30 años.

EM: ¿Qué opinaron sobre la vacuna en un primer momento?

DC: Yo estoy vacunado, por supuesto que tuve dudas, allá por fines de diciembre fue cuando me puse la primera dosis. El nueve de diciembre.

Tuve un montón de dudas la primera semana, sobre todo porque no había terminado la fase de prueba, no obstante digamos que confié en que la vacuna iba a hacer efecto y gracias a Dios a mí me dio resultado.

Solo un grupo inmediato está vacunado, pero no todos, ¿Por qué? Porque, así como yo tuve miedo y decidí vacunarme, confiar en la vacuna rusa, que es la que me tocó a mí, muchos de mis compañeros de los cuales hay cirujanos, enfermeros y algunos otros especialistas, no se vacunaron hasta el día de hoy.

La mitad de todos estos que no quisieron vacunarse, al ver que nosotros no tuvimos ninguna complicación se vacunaron, pero el otro 50% todavía no, así que no estamos al 100% vacunados. Yo te diría que 70 o 75%. 

Descubre más desde El Milenio

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo