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21 de septiembre. Día Mundial del Alzheimer

Se trata de una fecha para concientizar sobre esta afección que padece aproximadamente un 10 por ciento de las personas adultas mayores en todo el mundo. Si bien no existe una manera de prevención y tratamiento específica, los equipos especialistas recomiendan un estilo de vida saludable. Aún en contexto de distanciamiento social por Covid-19, es importante que las personas afectadas continúen con los tratamientos farmacológicos así como con los ejercicios y prácticas cognitivas.

En el marco del Día Mundial del Alzheimer que se celebra cada 21 de septiembre, Salud invita a concientizar sobre esta afección con la que vive aproximadamente un 10 por ciento de la población mayor de 65 años en todo el mundo. 

Se trata de una enfermedad neurodegenerativa y es la demencia más frecuente que se manifiesta como deterioro cognitivo y a través de trastornos en la conducta. Se caracteriza por la pérdida de la memoria de corto plazo y se suman dificultades en el lenguaje, pérdida del sentido de la orientación y dificultades para la resolución de problemas sencillos de la vida cotidiana.

En este sentido, la persona afectada o su familia puede identificar estas fallas tempranas, con el objetivo de actuar de manera adecuada y hacer la consulta médica correspondiente. Cabe aclarar que el envejecimiento normal también conlleva el deterioro de la memoria, y  serán entonces necesarios la consulta con especialistas y algunos estudios complementarios para hacer el diagnóstico adecuado.

En relación al tratamiento de esta afección, se pueden utilizar fármacos en etapas iniciales e intermedias con el objetivo de ralentizar su curso y retrasar el deterioro. Sin embargo, desde el punto de vista médico, este tipo de tratamiento no es suficiente, y aún no existe un método específico para prevenirlo ni para detener su curso progresivo.

En este sentido, los equipos especialistas enfatizan en que las personas de todas las edades, a través de un estilo de vida saludable y mediante el aprendizaje de nuevas habilidades y conocimientos constantes, generan una reserva cognitiva que será la forma de minimizar o ralentizar la presentación temporal de los síntomas propios del Alzheimer.

Al respecto, Susana Liwacki, integrante del Servicio de Neurología del Hospital Córdoba, explica: “Hoy sabemos que los mecanismos fisiopatogénicos o biológicos que hacen que la afección aparezca, comienzan en el organismos muchos años -décadas incluso-  antes de que la persona o su familia noten los primeros síntomas, que son generalmente el compromiso de la memoria a corto plazo”.

“Sobre éstos  marcadores biológicos -agrega- su validación y aplicación futura en la práctica médica diaria es donde se concentran actualmente los esfuerzos de la investigación en esta área,  para encontrar también una posibilidad terapéutica, preventiva y de tratamiento más eficaz”.

En cuanto a las acciones que las personas pueden realizar de manera preventiva, subraya: “Está en nuestras manos generar y aumentar una reserva cognitiva. Debemos trabajar en nuestra capacidad de adquirir conocimientos y aprendizajes mediante los cuales, si aparece la enfermedad, tenemos recursos cognitivos para hacerle frente a las fallas que imprime en nosotros”.

Entre las acciones para llevar una vida saludable y encontrarse de manera activa, se destaca el proceso constante de: mantener el organismo sano través de una dieta sin tóxicos, realizar actividad física regularmente, aprender cocimientos nuevos, estimular ambos hemisferios  cerebrales como, por ejemplo la utilización de la mano no habitual para las tareas diarias, elegir caminos diferentes para llegar a un lugar e incorporar a las actividades intelectuales nuevas prácticas tales como las artísticas y de la expresión.

Mantenerse en actividad


El actual contexto signado por el distanciamiento social, influye en la población de personas mayores –principal grupo afectado por Alzheimer- al momento de continuar sus tratamientos médicos. Sin embargo, es importante que la familia acompañe a estas personas a mantener sus controles, así como a realizar habitualmente los ejercicios que requiere esta afección, con las medidas que implica la situación sanitaria.

En los hogares, y con ayuda de familiares, se puede continuar con encuentros virtuales, así como con la rehabilitación cognitiva, ejercicios, crucigramas, manualidades, tareas lúdicas y recreativas que estimulen la cognición.

Al respecto, la especialista destaca: “La sociabilización de estas personas es muy importante. Estimular la participación en las conversaciones, una charla, el poder comprender lo que otra persona dice e intercambiar opiniones, es una forma simple y efectiva para mantener en actividad a estas personas”.

Debe tenerse presente que, en el actual contexto, en personas con esta afección el traslado de una casa o institución a otra,  puede significar cambios muy complejos. Por esta razón, se recomienda mantener en lo posible ciertas rutinas en cuanto a su entorno diario.

Es importante acompañar y poner atención a los cambios de humor, sobre todo en las personas más afectadas, ya que puede significar un compromiso físico que es necesario determinar y tratar.

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