El Día Nacional del Agua se instauro en el año 1963, época en que la ciudad de Córdoba fue escenario de una reunión para celebrar el 25º Aniversario de la creación de la entonces Dirección General de Hidráulica de la Provincia.
Dicho encuentro constituyó en la práctica el Primer Congreso Nacional del Agua. Allí se aprobó la propuesta de establecer el 31 de marzo como el Día del Agua, ya que en esa fecha se había creado dicho organismo provincial.
Siete años después salió la Resolución del entonces Ministerio de Obras y Servicios Públicos de la Nación Nº 1630/70, que se debía celebrar en la mencionada jornada.
El objetivo fue –y continua en vigencia actualmente– acentuar la importancia de los recursos hídricos argentinos, para promover no sólo un consumo racional y un aprovechamiento equilibrado, sino también para evitar su deterioro.
Se expresaba en esa época la necesidad de “Estimular en todos los habitantes la responsabilidad en el uso de los recursos hídricos del país, así como un mayor conocimiento y la conservación a conciencia de los mismos”.
Finalmente, el 30 de marzo de 1973 y por decreto del Poder Ejecutivo Nº 2481/73 se instituyó la fecha 31/03 como el «Día Nacional del Agua». Fue a pedido del Comité Permanente de los Congresos Nacionales del Agua, menciona la normativa.
Como dato, la mencionada jornada se institucionalizó incluso antes de que lo hicieran las Naciones Unidas, cuando se creó un día internacional, recomendado durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo en el año 1992 en la ciudad brasileña de Río de Janeiro.