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Germán Marco, entre el blues, el rock y el folklore

El cordobés nacido en Sacanta y vecino de Valle del Sol se destaca como músico y productor en estos géneros trascendentales de la música argentina. Con 30 años de trayectoria y cinco discos en su haber, ha trabajado con grandes artistas como Los Piojos, Divididos, Luis Salinas, Pappo Napolitano, Alan Parsons y Manu Chao.

  • Por Alejo Lucarás
  • Lucía Argüello.

Colaboración: Tomás Quintero y María Paz Luque (4to IENM). Victoria Pereyra (4to IMVA).


Germán Marco cuenta con una paleta de habilidades propias de un músico completo. Siempre autodidacta, se ha desempeñado como guitarrista, cantante, compositor, solista, asistente de escenario y productor.

Próximo a cumplir los 46 años, con casi tres décadas en la música, ha vivido en Sierras Chicas durante los últimos 25. Tras formar parte del dúo Marco Serrano, junto al “Chino” Serrano, lanzó su primer disco como solista, “Grito del Monte”, a principios de este año.

Con el folklore en la sangre


Germán lleva la esencia musical en su ADN. “Mi mamá es profesora de música, dio clases muchos años en un colegio y ahora está jubilada, pero sigue enseñando en un Centro de Jubilados. Aparte tuve un tío abuelo músico y pianista que fue director de la Orquesta Sinfónica de Córdoba y por él conocí el tango, que también me gusta mucho”, contó a El Milenio.

Sin embargo, la mayor influencia para él vino del miembro “no músico” de la familia. “Mi viejo no era músico, pero le gustaba mucho el folklore, siempre me llevaba a las peñas. En mi casa se escuchaba Los Fronterizos, Los Cantores del Alba y otros grupos tradicionales. El folklore fue la banda sonora de mi infancia”, continuó.

A los 16 años, Germán empezó a escuchar rock nacional y blues de la mano de grandes nombres como Pappo Napolitano y su banda Riff, Manal, Sui Generis, Charly García y Vox Dei. Aunque ambos géneros influyeron en su identidad musical desde el principio, fue el folklore el que marcó definitivamente su trayectoria: cinco son los discos que Germán ha compuesto dentro de este rubro y muchos más los grandes folkloristas con los que ha compartido escenario.

Sin embargo, sus composiciones llevan el sello de la mixtura y la innovación. «La música popular argentina no es solamente el folklore, es todo lo que escucha el pueblo. Yo trato de hacer un folklore que no sea para mi viejo o mis abuelos, el folklore de peña, sino un folklore para los jóvenes, con otra instrumentación, otros arreglos, otra idea, para que esto no se pierda en las nuevas generaciones», explicó el artista.

“Es muy loco tocar con grandes ídolos de tu infancia, esos que pensaste que nunca ibas a conocer y hoy son tus amigos”

Sierras que inspiran


Germán nació en Sacanta, una localidad asentada en plena llanura pampeana, a 120 kilómetros de la capital provincial. A pesar de ser cordobés, el solista no considera que su nacionalidad o sentido de pertenencia deba definirlo a la hora de hacer música. “Como dijo el Chango Farías Gómez, que haga folklore no quiere decir que me tenga que vestir de gaucho”, dijo el músico.

Germán ha sido asistente de escenario para Los Piojos, Pappo Napolitano y Divididos.

A los 18 años, se mudó a la ciudad de Córdoba, pero tras toda una vida en el campo, no se llevó bien con la ciudad. Por esa razón, se trasladó a Villa Allende primero y a Mendiolaza después. Hoy vive en Valle del Sol, lugar que lo atrapó desde el primer momento.

Allí no sólo se encuentran sus principales fuentes de inspiración, sino que también encabeza el centro cultural del mismo nombre (ubicado en Av. Cárcano 185), donde se dictan cursos, talleres y clínicas de música y otras temáticas.

«Hay una linda movida de espacios culturales y restaurantes que llevan música en la zona. De todas formas, donde más toco es afuera, en el interior de Córdoba y en otras provincias», señaló el músico al hablar de sus presentaciones.

Componer sin horarios. Germán Marco no se estanca en cánones musicales. El compositor se considera a sí mismo un autodidacta, a quien la música le sale naturalmente con influencia del lugar en el que está. “Ahora vivo en el monte, escucho los pájaros, tengo caballos en el patio y así mi último disco se llama Grito del Monte. Fusiono eso con los amigos, con los hijos, con la vida, y de ahí van surgiendo las cosas. Cuando mi primer hijo nació, compuse 37 canciones en dos meses, me salían a cualquier hora”, contó el artista.

Para él, el momento de hacer música nunca está definido de antemano, no es de esos músicos que se sientan y dicen “hoy voy a componer”. Para Germán Marco, la inspiración llega de manera espontánea en lugares y momentos distintos, sin anticipación alguna. “Hay un punto en el que algo te despierta y te nace la necesidad de componer. Puede ser un viaje, un lugar, una persona o cualquier cosa. Yo no me puedo sentar a escribir forzado”, expresó.

Navegando por el viejo continente


El año pasado, Germán terminaba los detalles de un nuevo disco grabado en Alemania en conjunto con un amigo que vivía en el país europeo, mientras se preparaba para arrancar su primera gira por el viejo continente. Quince días antes de comenzar el tour, su amigo fallece en un accidente de tránsito. A pesar del shock que significó para él, Germán no se dejó desalentar y se lanzó a conocer Europa acompañado de Ramiro, su guitarrista.

Así, el músico sacantino comenzó a expandir su propuesta folklórica “made in Córdoba”: estuvo en Alemania, España, Italia, Francia y Suiza e hizo diez shows en 45 días. Durante su periplo, Germán y Ramiro conocieron lugares y artistas que les abrieron las puertas para realizar una nueva gira, la cual se concretó en mayo de este año.

“En este último viaje hicimos 14 presentaciones a lo largo de un mes. Recorrimos lugares que nos quedaron pendientes la última vez: la zona del Mediterráneo, otras partes de Alemania y Suiza, Austria y el norte de España”, apuntó Germán.

Cuando el viaje estaba por terminar, un productor de Bilbao les trajo una sorpresa: una invitación para volver en octubre. Tras aceptar la propuesta, Germán empezó a planear una nueva gira, que ya tiene fechas programadas en Ámsterdam, Bélgica, París, el sur de Italia y Suiza.

Entre anécdotas, mencionó que la reacción del público europeo es “espectacular” y que los que más apoyo les dan, son los argentinos que están “desesperados” por volver a escuchar algo de sus tierras. Sin embargo, los oyentes del viejo mundo no se quedan atrás en entusiasmo. “En Berlín tocamos en una milonga y cuando le preguntamos al dueño si había muchos argentinos, nos dijo: ‘ustedes, mi mujer y yo nomás’. Estaba lleno de alemanes bailando tango y zamba”, recordó entre risas.

Volver a casa. Su experiencia en Europa no le trajo aires de grandeza, como les suele suceder a otros músicos. De hecho, de vuelta en Argentina, siguió tocando “en los mismos lugares de siempre”, aunque reconoció que los viajes le abrieron muchas puertas a nivel personal.

“Conocés lugares, personas, música, culturas, comidas y costumbres alucinantes. El día de mañana, cuando no me pueda mover más, voy a pensar que recorrí el mundo tocando y cantando mis canciones, compuestas en Mendiolaza, llevándolas a sitios como el muro de Berlín o lugares donde se filmó Juego de Tronos. Esas cosas son impagables”, afirmó el músico con humilde convicción.

Bien acompañado


A principios de este año, Germán terminó “Grito del Monte”, su primer disco como solista. El trabajo se compone de 14 temas y fue producido por el compositor cordobés Ica Novo, además de contar con la participación de Rubén Patagonia, Miguel Botafogo y Carlos Carranza, entre otros.

“El día de mañana, cuando no me pueda mover más, voy a pensar que recorrí el mundo tocando y cantando mis canciones compuestas en Mendiolaza”

Ser solista fue un cambio transversal en la vida de Germán, que siempre se desempeñó como cantante, pero en el marco de bandas o dúos. “Fue muy difícil, hasta el día de hoy me cuesta eso de decir mi nombre solo, pero cuando mi compañero de dúo se enfermó, no me quedó otra que seguir por mi cuenta”, explicó.

A pesar de haberse lanzado como solista, Germán nunca está solo. Normalmente lo acompañan un bandoneonista, un guitarrista y un percusionista, aunque el nombre y el número de los músicos varía según la ocasión.

En este contexto de recambio permanente, su carrera lo ha llevado a tocar con artistas de renombre. “Es muy loco porque muchos de esos músicos fueron los ídolos de mi juventud, como Luis Salinas, Horacio Banegas o Germán Daffunchio, y ahora son mis amigos. Creo que eso y la posibilidad de viajar, son los grandes regalos que me ha dado la música”, concluyó Germán Marco.

Entre los grandes


Germán Marco trabajó diez años como asistente de escenario, afinando los instrumentos y coordinando todos los elementos necesarios para los shows de grandes figuras, como Los Piojos y Divididos, banda con la que empezó a trabajar cuando grababa el disco “Amapola del 66”.

“Hay un punto en el que algo te despierta y te nace la necesidad de componer. Cuando nació mi hijo, compuse 37 canciones en dos meses”

“Esa etapa me enseñó mucho sobre otra parte del músico, la de los escenarios, y aparte me dejó muchísimas amistades, como Germán Daffunchio (Sumo), Willy Quiroga (Vox Dei), Horacio Banegas (folklorista), Miguel Botafogo, guitarrista de blues con quien sigo tocando, Rubén Patagonia (músico mapuche), que es padrino de mi hijo, y hasta el mismo Pappo, a quien veía siempre cuando íbamos a tocar en los encuentros de motos”, rememoró Germán.

A nivel internacional, su trabajo como stage y rock manager lo llevó a estar con bandas como The Outfield, Scorpions, Toto y Electric Light Orchestra, así como solistas de gran talla como Alan Parsons y Manu Chao, entre otros.

Sin embargo, para Germán Marco, su mayor logro como músico es tocar con Luis Salinas, con quien también colabora como productor. Guitarrista, cantante y compositor argentino ampliamente reconocido, Salinas ha compartido escenario con personajes como Paco de Lucía, Mercedes Sosa y B.B. King.

“He cantado con mucha gente, pero la primera vez que me subí a un escenario con Luis, me temblaban las piernas. Es un artista que yo he admirado toda mi vida y de repente lo tenía sentado al lado, cantando. Es muy loco idolatrar a alguien de chico y que de grande sea tu amigo. Cantar con Luis y que me diga ‘qué linda esta canción tuya, la toquemos’, es la mayor satisfacción que he tenido como cantautor”, afirmó Germán, con emoción.

Blues Reunión


“Blues reunión” es el nombre que adoptó un grupo de músicos cordobeses que, desde hace un tiempo, viene peleando para instalar el movimiento musical blusero en Córdoba. Encabezado por algunos grandes del género, como el guitarrista Pol Castillo y el bajista Peter Ristorto, la consigna del espacio es interpretar clásicos del blues nacional e internacional, pero invitando sólo a artistas locales.

“Es un ciclo que reúne a músicos y amigos amantes del blues. Se hace cada 15 o 20 días e invitamos a otros artistas cordobeses del género. La idea es llevarlo a todas partes, desde Sierras Chicas hasta el festival del Día Internacional del Blues, que se hace en Bariloche”, explicó Germán Marco, integrante del grupo.

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