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Facundo Dávila: Un pirata que juega en la Academia

Facundo Dávila es la promesa futbolística que viene directo de Mendiolaza. Comenzó a formarse en Belgrano y ahora está jugando en la quinta división de Racing Club de Avellaneda.

Facundo Dávila es la promesa futbolística que viene directo de Mendiolaza. Comenzó a formarse en Belgrano y ahora está jugando en la quinta división de Racing Club de Avellaneda.

Dávila tiene 17 años, es oriundo de Mendiolaza y sueña con llegar a la primera de Racing.

En el ámbito futbolístico todo depende de la edad y de las oportunidades. Quienes desean llegar a tener un futuro como jugadores profesionales saben que todo depende de ellos, de su desempeño en la cancha, de las virtudes que los distingan de los demás y, sobre todo, de su esfuerzo y dedicación.

Desde hace tiempo, los equipos del interior representan el semillero de las joyas futbolísticas nacionales. Grandes clubes vienen a menudo a buscar jóvenes diamantes en bruto para que crezcan y se formen en los grandes predios de la capital. Sin embargo, salir de una región como Sierras Chicas y desarrollarse profesionalmente en los clubes de Buenos Aires, es un desafío importante.

Este es el caso de Facundo Dávila, quien descubrió su amor por el fútbol cuando era pequeño y, a partir de ese momento, no ha parado de crecer. Hoy tiene 17 años y no duda en afirmar que el fútbol es su pasión. Desde las inferiores de Belgrano hasta la quinta división de Racing de Avellaneda, donde se desempeña en el presente, Dávila ha dedicado su vida al deporte que ama y sueña con llegar a la primera división del actual campeón de la Superliga Argentina.

Mirando más allá del fútbol profesional, Facundo piensa combinar su carrera deportiva con una formación académica. En ese sentido, contó que le gustaría utilizar su tiempo libre para comenzar a estudiar kinesiología. El Milenio charló con el joven para conocer sus orígenes, su vida como futbolista de Sierras Chicas en un club de Buenos Aires y sus sueños a futuro.

Facundo, en el clásico de Avellaneda, defiendo los colores de la Academia.

El Milenio: ¿Cómo te iniciaste en el fútbol?

Facundo Dávila: Es un deporte que siempre me gustó. Empecé a jugar en la escuelita de Meco Ozán cuando tenía cinco años. Él también estaba en Belgrano, creyó en mi potencial como jugador y me llevó a Alberdi. De esa forma di los primeros pasos importantes en este deporte.

EM: ¿Cómo fue que te llamaron para jugar en Racing?

FD: Después de estar seis años en Belgrano, me fui a Huracán de barrio La France de Córdoba y jugué todo un año ahí. A principios de 2015 hubo un torneo en Bell Ville. Unos conocidos me invitaron, así que fui solo, no como jugador de Huracán.

Ahí mismo estaba la gente de Racing. Los del cuerpo técnico me vieron y me llamaron para hacer una prueba en Avellaneda. Estuve dos semanas y al final me dijeron que había quedado. Así que me volví a mi casa a buscar mis cosas y me fui a la pensión del club.

EM: ¿Cómo es tu relación con el cuerpo técnico? ¿Y con la dirigencia?

FD: Con el cuerpo técnico me llevo súper bien. Siempre hablo con el técnico, me da consejos, lo mismo pasa con el preparador físico, ambos me apoyan mucho. El año pasado tuve una lesión grande y me tuvieron que operar la rodilla. Este año pude volver con todo, por suerte. Ellos, junto con los psicólogos, siempre estuvieron ahí conmigo, acompañándome. Con la dirigencia también me llevo bien, se acercan a vernos y charlan con nosotros, nos aconsejan y nos animan.

«Nunca esperé que me llamaran de un club tan grande como Racing. Mi meta hoy es explotar esta oportunidad y llegar a primera lo antes posible»

EM: ¿En qué posición jugás?

FD: Cuando era más chico, jugaba de central derecho. Después pasé al medio, de cinco o de doble cinco. A medida que fui pasando de categoría, me fui tirando para la izquierda, porque soy zurdo y me siento más cómodo en esa posición. Además de marcar, me gusta mucho pasar al ataque cada vez que la situación del juego me lo permite y creo que lo hago bien.

EM: ¿Cómo te sentís viviendo en Buenos Aires?

FD: Ahora me siento súper bien, re cómodo en el club por todo lo que me dan y lo que hacen por nosotros. Al principio sí me costó, alejarme de mi familia siendo tan chico y adaptarme a estar sin ellos fue difícil. A veces, cuando estaba solo, extrañaba mucho a mis viejos, mis hermanos, mi casa, mis amigos. Por suerte me fui acostumbrando y ahora estoy más amoldado al ámbito profesional. No lo sufro tanto, pero cuando los voy a visitar, vuelvo a extrañar y me dan ganas de quedarme.

«Mi meta hoy en día es llegar a la primera de Racing lo más rápido posible».

EM: ¿Tenés algún referente en el ámbito futbolístico?

FD: Referente no tengo ninguno, pero me gusta mucho mirar fútbol internacional, para poder aprender de ellos. Por la posición en la que juego, como carrilero, me gusta mucho Jordi Alba. Me parece muy inteligente su forma de pasar al ataque, el modo en que defiende, cómo ocupa espacios en la cancha, me fijo mucho en eso. No sólo veo sus partidos, sino que también veo videos de él para tratar de aprender e imitar lo que hace.

EM: Mientras estabas en Córdoba, ¿creías que era posible que pasara algo así?

FD: No, sinceramente no. Nunca imaginé que todo esto me iba a pasar. Cuando salí de Belgrano y me fui para Huracán, los del club de Vélez fueron a ver a los juveniles un partido y me seleccionaron para hacer la prueba. Logré pasar cuatro testeos y en el quinto ya no me seleccionaron. De todas formas, haber quedado entre los mejores me generó cierta esperanza de tener otras chances en el futuro. Sin embargo, nunca esperé que me llamaran desde un club tan grande como Racing.

EM: ¿Tenés alguna meta para tu futuro como profesional?

FD: Mi meta hoy en día es llegar a la primera de Racing lo más rápido posible, poder triunfar en mi carrera y explotar esta oportunidad. También me encantaría poder firmar un contrato con el club.

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