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Del club de barrio a la Liga Desarrollo

Cristian Cardo, con tan solo 18 años, fue convocado a la Pre-Selección Argentina U19 de básquet y, desde entonces, su vida dio un vuelco.

Cristian Cardo, con tan solo 18 años, fue convocado a la Pre-Selección Argentina U19 de básquet y, desde entonces, su vida dio un vuelco. En esta nota, la historia del carlospacense que poco a poco fue conquistando las canchas argentinas hasta llegar al mejor equipo de básquet del país.

Cristian Cardo, con la número 17, defendiendo los colores del equipo azulgrana.

Arrancó a los cinco años jugando en el Club de Pesca por incentivo de su papá y al año se pasó al Club Sportivo Bolívar de Carlos Paz. Más tarde, su participación en la selección albiceleste le haría dar un significativo salto hacia adelante. Su potencial no pasó desapercibido para el ex director técnico de la Selección, Julio Lamas, y finalmente fue convocado para jugar en San Lorenzo, actual tricampeón de la Liga Nacional.

Para Cristian Cardo, el objetivo es crecer profesionalmente a partir de las diversas experiencias que le tocan. Hoy, una nueva oportunidad se le presenta en Atenas de Carmén de Patagones, club al que fue cedido a préstamo para continuar su fogueo y lograr un mayor roce competitivo.

EM: ¿Cómo fue el paso de Bolívar a San Lorenzo?

CC: Al principio fue todo muy sorprendente. Significaba saltar de un club de barrio a lo que hoy en día es el mejor equipo de Argentina. Todo pasó porque durante mi tiempo en Bolívar fui a la Selección Argentina y quien dirigía el equipo en ese momento, Julio Lamas, se fue después a San Lorenzo.

Tuve la fortuna de que me viera y pusiera el ojo en mi juego. Él dialogó conmigo y me comentó acerca del potencial que podría tener el paso por una institución tan importante. Esa charla fue clave para tomar la decisión de irme, primero por cuatro meses y, finalmente (tras volver por un breve tiempo a Bolívar), me fui de forma definitiva.

Fue un salto muy grande porque pasé de vivir 17 años con mi familia a estar en un departamento solo en una ciudad enorme, con todo lo que eso implica. Enfrentarme a esa situación fue complejo, pero al mismo tiempo me gustó y me hizo crecer.

EM: ¿Cómo es el trato con la dirigencia de San Lorenzo y el cuerpo técnico?

CC: Yo firmé el contrato a los 17, pero me dijeron que a esa edad era muy difícil que un jugador esté listo para la Liga Nacional. Entonces, mi misión fue aprovechar al máximo todo lo que me brindaba San Lorenzo, más que nada con la calidad profesional de la gente que trabaja en el club. Tenía que ser una esponja y absorber todo lo que podía para rendir al máximo en las pocas oportunidades que se generan a ese nivel.

Por suerte surgió esta posibilidad de jugar en Atenas. Mi idea era terminar esta temporada con San Lorenzo y luego irme a algún club más chico a adquirir experiencia. Pero se dio esto, lo tomé y estoy totalmente satisfecho con el camino elegido.

La dirigencia siempre se portó muy bien conmigo, tenemos un gran trato. Las cosas que yo pedí siempre las cumplieron, nunca tuve ningún problema y me bancaron en muchos errores que tuve, por lo cual me siento muy agradecido.

EM: ¿Cómo te sentís con el préstamo de San Lorenzo a Atenas de Carmen de Patagones?

CC: Me gusta mucho la verdad. En San Lorenzo ocupaba un rol secundario, propio de un juvenil. Compartía tiempo con el equipo, pero no sumaba ritmo de competencia. En cambio, al pasar a una categoría inferior, tengo otro espacio. El técnico me tiene muy en cuenta, estoy jugando muchos minutos y ocupando un lugar mucho más importante en el equipo. Me siento cómodo.

EM: ¿En Atenas jugás en la misma posición que en San Lorenzo?

CC: Sí, estoy jugando de escolta/alero. Me están usando mucho más de alero que en San Lorenzo. En la Liga Desarrollo sumaba más minutos como escolta y tenía mucho más la pelota en las manos. Acá tengo que hacer otras cosas, pero es parte de aprender a jugar como un profesional.

La Liga Desarrollo es como un torneo de la reserva de los equipos, la juegan los juveniles. Todos los conjuntos de la Liga Nacional tienen un equipo en la Liga Desarrollo y juegan entre ellos. Este año me fue muy bien en ese torneo, entonces por suerte me vieron de Atenas y pensaron que podía ayudar en los playoffs.

EM: ¿Cuáles pensás que son las diferencias entre la Liga Desarrollo y la Liga Cordobesa?

CC: El nivel de la Liga Cordobesa me gusta mucho, me parece muy bueno. En algunos aspectos, creo que es superior a la Liga de Desarrollo. En la Liga Cordobesa jugás en primera contra gente más grande con experiencia en equipos importantes.

En cambio, en la Liga Desarrollo son todos jóvenes, de hecho, los más grandes suelen tener 23 años. Competir ante jugadores con experiencia en primera es muy diferente, tienen fundamentos, mañas, recursos para hacerte sentir incómodo. Es un juego más duro, con rivales más fuertes e inteligentes.

EM: Si tuvieras que caracterizar tu juego, ¿qué defectos y virtudes pondrías sobre la balanza?

CC: Para empezar, tengo que mejorar mi cuerpo y la defensa. También necesito crecer en la toma de decisiones bajo presión. Me cuesta identificar cuándo hay que tirar, cuándo penetrar o cuándo abrir la bola.

Dentro de mis virtudes, creo que tengo buen tiro de exterior. En la Liga Desarrollo estuve bien en la penetración, aunque ahora me está costando. Tengo momentos en los que logro defender con solidez, pero aún no consigo regularidad en esa faceta del juego.

Por otro lado, mido dos metros y juego en una posición en la que generalmente juega gente de 1.85- 1.90, en las competencias de las que participo. De modo que trato de imitar el movimiento y las habilidades de jugadores más bajos, ya que, si puedo equipararlos en eso, mi altura me daría una ventaja. Trato de darle al técnico esa opción, porque al jugar con un escolta de dos metros, el equipo crece mucho. Por eso mismo me traen a Atenas, por la posibilidad de tener un perímetro más alto, ya que todos los demás chicos son más bajos.

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