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El caballo como terapeuta

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El Milenio charló con un grupo de especialistas sobre las particularidades de la equinoterapia.

La equinoterapia es una rama de la zooterapia que trabaja con caballos para lograr la rehabilitación neuromuscular, psicológica, cognitiva y/o social de una persona.

Es una opción apta para todo público, desde sujetos con algún tipo de discapacidad, trastorno o adicción, hasta personas con problemáticas emocionales o psicológicas, como fobias, estrés, depresión, etc. Es particularmente eficiente en casos de dificultad motriz, ya que el calor corporal del animal ayuda a que los músculos del paciente se calienten y ejerciten.

El Milenio conversó con Verónica Cappri, psicóloga y equinoterapeuta (MP:5672), Natalia Reynoso Rubio, profesora de educación especial y equinoterapeuta, y Carla Rizzoli, psicóloga y acompañante terapéutica (MP A 7.904), para saber más sobre este tratamiento que escapa a lo convencional.

Cómo funciona


Carla Rizzoli, integrante del equipo del Club Hípico San Alfonso de El Talar, explicó que “el caballo complementa con su cuerpo y movimientos los ejercicios que el operador hace con la persona, tanto abajo como arriba del animal”. “La acción multidimensional estimula el sistema nervioso, el suave balanceo motiva el encéfalo, la serie de movimientos se transmite desde la cadera, pasando por la columna vertebral hasta el cerebro, anima la migración de neuronas, provoca masajes y re-oxigenación de todos los músculos”, explicó la psicóloga.

En cuanto a los ejercicios que se realizan, Verónica Cappri comentó que “es muy relativo, depende de cuál es la demanda del paciente que llega y qué está necesitando”, así como si se quiere acompañar una terapia física particular o trabajar un plan más integral.

“La equinoterapia es una terapia complementaria, no suplanta a otra. La principal diferencia es la presencia del animal como mediador de la terapia y el medio donde se lleva a cabo, que es al aire libre y no en el típico espacio de cuatro paredes, lo cual permite que quien la realiza encuentre la sesión como algo relajante”, comentó por su parte Natalia Reynoso al hablar de la relación que tiene la equinoterapia con otros métodos de rehabilitación.

Asimismo, Cappri añadió que, “en primera instancia, la ayuda va a estar dada por el vínculo que se establezca con el terapeuta y con el caballo”.

Resultados


Desde el Club Hípico El Talar señalaron que los beneficios físicos de la equinoterapia incluyen la tonificación muscular, el favorecimiento de la coordinación motriz, la mejora de la postura corporal y equilibrio, además de potenciar la atención visual e incentivar el nivel de concentración, planificación y organización.

A su vez, la equinoterapia también aporta beneficios psico-emocionales, ya que permite mejorar la sociabilización, el diálogo, la percepción del propio cuerpo, el estado de ánimo y la capacidad de tolerar la frustración.

Según aclaró Reynoso, las mejoras dependen de la constancia en la asistencia y del apoyo familiar, aunque ya en las primeras sesiones “se pueden observar cambios conductuales y físicos notorios”. “Los resultados más evidentes que he visto tienen mucho que ver con la autonomía del niño y su seguridad, siempre que haya sostenimiento en otros espacios”, completó Cappri.


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Terapia integral


La equinoterapia no se queda en los beneficios físicos o emocionales, sino que, como señala Verónica Cappri, “invita a cuestiones que, si bien no dejan de ser terapéuticas, tienen otra dinámica”. “El encargarse del caballo en un montón de aspectos, incluyendo su alimentación e higiene, permite registrar las necesidades del animal, lo cual habilita otro tipo de trabajo”, apuntó Cappri, mientras Rizzoli aportó: “El caballo complementa el tratamiento, le da a la persona lo que nosotros no podemos darle”.

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