Una herramienta adicional a la medicina tradicional está influyendo en muchas partes de la provincia. En Sierras Chicas, el consumo va creciendo poco a poco. Mariela Masi es una especialista en esta terapia cuenta de que se trata.
- Por Mauricio Bouchet.
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El “complemento” de las flores de bach, tal como lo define Mariela Masi, una practicante de esta terapia, es la denominación que reciben un conjunto de productos artesanales, no farmacológicos, de índole homeopáticos. Estos productos son gotas que se elaboran a partir de la extracción energética, por remojo, de flores maduras de diversas especies.
El líquido que surge de este proceso es una solución hidro- alcohólica diluida, que sirve para el tratamiento de distintas cuestiones orgánicas. Para tratarse con este producto es necesario asistir a un terapeuta que recomiende la fórmula más adecuada, según la afección que posea la persona.
El Milenio: ¿Por qué decidiste comenzar con este proyecto y con qué fin?
Mariela Masi: Comenzar a estudiar para hacer terapias holísticas fue una decisión que tomé después de practicarlas, de ser paciente durante mucho tiempo. En un momento de mi vida tuve una crisis personal, bastante fuerte, y las flores me ayudaron mucho, el reiki, y bueno, las otras cosas que hago también. Después de mejorarme y de comprobar que esto realmente funcionaba, empecé a estudiar para realizarlas.
EM: ¿Es necesario estudiar en alguna parte o “cualquier persona” puede hacerlo?
MM: Sí, se estudia, hay academias donde se enseña. En mi caso, estudié personalmente con una maestra durante unos meses y después he hecho muchos cursos y seminarios, pero bueno, a lo mejor lo que uno más utiliza lo aprende con la práctica, eso es muy importante.
EM: Yendo un poco más al producto, ¿Qué es lo que se extrae de la flor?
MM: Las flores de Bach es una terapia complementaria, no es alternativa, es un complemento en los tratamientos convencionales; consiste en gotitas, cada persona tiene una fórmula y el terapeuta lo que hace es ir probando diferentes fórmulas para cada persona dependiendo de lo que esta persona tenga. Son completamente naturales y no tienen carga farmacológica, por lo tanto, la toman los bebés, las embarazadas también y lo que se extrae de la flor es la energía, cada planta tiene una energía y pasa por un proceso para producir una flor.
Es eso lo que se va comparando con el proceso del ser humano, y es la flor que uno va poniendo en la fórmula de esa persona, dependiendo de qué proceso esté pasando, si es un proceso similar al que pasó la planta para producir esa flor.
EM: ¿Puede llegar a ser tan eficaz como un remedio normal?
MM: Sí, recién hablaba de que no es una alternativa sino un complemento, ayuda a los tratamientos que uno hace cuando va al médico, ayuda energéticamente. Trabajando en el campo energético de la persona se puede ir modificando el campo físico. Son efectivas también en el campo físico, pero siempre encarándolo desde el lado de los procesos que hace la persona, de los procesos emocionales por los que pasa.
EM: Entonces si decís que es un complemento, ¿Por qué no se consideraría una terapia alternativa?
MM: A mí me parece que no es profesional hablar de “alternativas”, cuando la persona está enferma debe ir al médico y creo que en algunos casos debe agotar todas las herramientas que tenga alrededor; entonces digo que no es profesional porque una cosa no quita a la otra, no se compara, se ayudan. Por eso es un complemento y no una alternativa, uno debe probar todo.
EM: ¿Existe alguna contraindicación para utilizar esta terapia?
MM: No, es decisión propia de la persona cuánto tiempo va a estar tomando flores; algunas personas las utilizan todo el tiempo, otras a veces, no dependiendo de los procesos emocionales que esté pasando. Eso es algo personal, y cuando son niños o bebés los que la toman, para hacer el diagnóstico de qué flor van a necesitar, les hago hacer un dibujito, porque a ellos, por ahí, les cuesta hablar o bueno, a las personas grandes también.
EM: Luego de un tiempo de tratamiento, ¿es posible auto tratarse?
MM: Yo lo he probado y no me ha funcionado muy bien, por lo general se le pide a alguien más que te las haga, alguien que sepa. A uno le cuesta ser objetivo, se boicotea, entonces mira la lista de las flores y se cree que en su fórmula van todas, entonces es difícil hacérselas uno mismo.
“Trabajando en el campo energético de la persona se puede ir modificando el campo físico”.
EM: ¿Qué diferencia podemos encontrar entre estos productos terapéuticos y un medicamento tradicional?
MM: El medicamento alopático está orientado a una parte física del cuerpo humano, la medicina alopática mira al cuerpo humano como un conjunto de sistemas. La medicina holística lo mira como un conjunto entero, no va separando. Entonces lo que hace el medicamento convencional es trabajar en forma química sobre alguna parte del cuerpo. Lo que hacen las flores es trabajar de forma integral, en el sistema emocional de la persona.
EM: ¿Sos la única persona que realiza esto en Unquillo, o hay otras que conozcas?
MM: No, hay muchas personas que hacen lo mismo en la zona. Incluso hay otros sistemas de flores, no solamente el del Dr. Bach, sino que se han desarrollado otros sistemas como las flores de las Sierras, las flores del alba, la Gemoterapia, que también se basan en lo mismo, bueno, nada más que utilizan otras flores, otras plantas; pero sí, hay muchos.
EM: ¿Existe alguna relación o interacción entre esta terapia y la medicina tradicional?
MM: Sí, acompaña mucho, sobre todo en procesos de enfermedades largas acompaña mucho, ayuda a que la persona vaya haciendo procesos emocionales, ayuda también a mejorar la calidad de vida, como acompañamiento ayuda mucho. Similitudes no hay, la medicina alopática trabaja el físico y las flores trabajan lo emocional, sí se relacionan cuando a través de un cambio emocional, que la persona pasa, se modifica algo en el plano físico, pero bueno, como siempre digo, es un complemento, una ayuda y un aporte más que se puede hacer a la calidad de vida de la persona.
