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Crisol musical

En una época de auge de la música latinoamericana en general y de la cumbia en particular, “Linda Mamita” se distingue por una amalgama variada de estilos, su impronta creativa e inquieta y un repertorio con muchos temas propios.

En una época de auge de la música latinoamericana en general y de la cumbia en particular, “Linda Mamita” se distingue por una amalgama variada de estilos, su impronta creativa e inquieta y un repertorio con muchos temas propios. Con casi tres años de trayectoria, la banda apuesta a la alegría y pisa cada vez más fuerte en Córdoba y Sierras Chicas.


Por Lucía Argüello | luciaarguello@elmilenio.info

Colaboración: Abril Piedecasas y Paloma Argüello. 4°A IENM


[dropcap]E[/dropcap]n su Facebook, Linda Mamita se define a sí misma como una «joven, innovadora y enérgica banda de música mestiza bailable de las Sierras Chicas» y lo cierto es que no le sobra ningún adjetivo en esa descripción. Nacida en Los Manantiales (Río Ceballos), esta agrupación musical tiene el mérito de hacer bailar hasta al más pata dura, y aunque su ritmo estrella es la cumbia colombiana, se caracteriza por una particular fusión de géneros que van del latín jazz a la música balcánica, pasando por ska, reggae, salsa, rock, folklore, música andina y ritmos africanos (todo aderezado con un inconfundible toque serrano).

Romina Gangi (vocalista de la banda) y Martín «Lobucho» Donalisio (trombonista y productor) estuvieron en la génesis de este proyecto (que hoy comparten con otros seis músicos) y hablaron con El Milenio sobre los inicios de “Linda Mamita”, las claves de su particular estilo y sus proyectos a futuro.

El Milenio: ¿Cómo surgió Linda Mamita?

Romina Gangi: La banda se formó a raíz del nacimiento de mi hija Venus, hace casi tres años. Yo quería tener un parto humanizado, es decir, en mi casa, y estaba juntando dinero para las parteras que me iban a acompañar. Me acerqué a un vecino de mi barrio “Los Manantiales” con la idea de hacer una rifa y él, que es músico y sabía que yo tenía algunas composiciones, me dijo «¿por qué no hacés una presentación y juntás fondos con las entradas?». «Bueno», le dije, «¿vos me acompañarías?». Me contestó que sí y ahí nomás invitó a otros vecinos, también músicos, y así se armó nuestra primera presentación «Concierto parto», que fue en un centro cultural de La Quebrada.

Al poco tiempo, un productor nos invitó a debutar en el Comedor Universitario con Onda Vaga. Eso fue en septiembre del 2015 y nosotros habíamos arrancado con la idea en agosto, así que ensayamos tres veces y salimos a tocar. De ahí no paramos más. Lo que empezó como una presentación para juntar fondos, se convirtió en un proyecto de vida para todos los integrantes de la banda, la mayoría de los cuales, hoy en día, nos dedicamos exclusivamente a la música.

EM: ¿Y de dónde viene el nombre “Linda mamita”?

RG: Tiene que ver justamente con esto de la maternidad. Cuando nos invitaron al Comedor Universitario no teníamos ni nombre y viendo mi panza, se nos ocurrió lo de «linda mamita». Así que tocamos con mi panzota al frente de tres mil personas y quince días después nació Venus.

EM: ¿Ha habido cambios en la formación de la banda?

Martín Donalisio: Sí, originalmente éramos seis vecinos de Los Manantiales y compañeros o amigos de Romina que queríamos ayudarla con su proyecto. A medida que la banda empezó a crecer, se fue modificando la composición y fueron ingresando músicos más profesionales.

Actualmente somos entre siete y ocho. Romina Gangi en voz principal, Gabriela Sánchez en guitarra y coros, Sergio Álvarez en guitarra eléctrica, Esau Carabali en bajo, el «Chicho» Bazán en batería y percusión, Matías Brito, Maia en saxo y yo, Martín Donalisio, en trombón, coros y percusión.

EM: ¿Cómo definirían la propuesta artística de Linda Mamita?

MD: Podríamos decir que el eje de la banda es lo bailable. Y dentro de lo bailable hay una infinita cantidad de géneros y de ritmos, por eso nosotros decimos que lo nuestro es una música mestiza y fusionada. Cada uno aporta su bagaje musical: el bajista, que es colombiano, es más de la salsa y la cumbia, el baterista ha estudiado en Cuba y en New York y trae todo esto del latín jazz, a mí me gusta mucho el reggae y la música africana, Romina va para el lado del rock, la música balcánica, el folklore andino, etc.

RG: Hicimos un ensamble y una fusión de distintos ritmos y tradiciones, no es sólo cumbia. Los argentinos somos una mezcla de distintas etnias y culturas, y el arte refleja ese crisol de razas del cual surgimos.

EM: ¿Cómo componen sus temas?

RG: Las letras son mías y la parte musical la trabajamos entre todos. Por ahí yo tengo una idea de la melodía que se va transformando con los aportes de cada uno, un tema que empieza como copla puede terminar como candombe.

MD: Es un proceso comunitario y bastante horizontal que está bueno, aunque tiene sus dificultades, porque si todos aportamos y nadie toma una decisión final, no terminás más. Por eso, en cierto modo, yo tomé el rol de organizar un poco todo eso y de definir, a nivel musical, para qué lado va tal tema o cómo hacemos tal arreglo.

EM: ¿De qué hablan sus canciones?

RG: Nuestras canciones tienen que ver con la sanación, la alegría y con experiencias que a todos nos tocan. Las letras son muy positivas, hablan de un pesar que obviamente existe, pero siempre tratando de transformar a través de la alegría. Por eso también elegimos ritmos sencillos, divertidos y bailables, como la cumbia.

Otro tema muy importante es la naturaleza, que viene del lugar donde vivimos, Los Manantiales, una reserva donde se cuida la flora y la fauna, el agua y la tierra. Yo nací en Buenos Aires y cuando vine a vivir acá tomé conciencia de un montón de cosas que antes no veía. Por eso nuestras canciones también hablan del lugar donde vivimos, de esta tierra que nos cobija.

EM: ¿Sienten que Sierras Chicas les abre las puertas a su propuesta musical?

MD: En general sí, nosotros tocamos en ámbitos de lo más variados y tenemos un público que nos sigue. El tema es que en cultura no se invierte, es uno de los ámbitos municipales donde menos dinero se pone, y menos todavía para los proyectos locales, porque si viene Márama ponen 500.000 pesos, pero si nos tienen que pagar 20.000 a nosotros, lloran. Igual nosotros nos presentamos mucho fuera de Sierras Chicas. Una banda necesita tocar todos los fines de semana para poder vivir, así que siempre estamos viajando.

EM: ¿Qué proyectos tienen a futuro?

RG: Ahora estamos en la búsqueda de un logotipo y queremos grabar un disco, para lo cual ya estamos haciendo las primeras maquetas.

MD: Nuestro mayor sueño es viajar por el mundo, ir de gira por otros países, porque ¿qué más lindo que viajar trabajando y haciendo lo que nos gusta?

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