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Abriendo camino

San Cayetano, un club humilde de Río Ceballos, busca crecer participando a partir del 2017 en la Liga Regional Colón, que reúne a los mejores equipos del departamento. En entrevista con El Milenio, el vicepresidente de la institución, Nicolás Romo, y uno de los entrenadores, Cristian Brochero nos explica la historia y las aspiraciones del equipo.

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Por Ignacio Parisi

ignacioparisi@elmilenio.info

Colaboradores: Alejo Centeno, Nicolás Dacunte,

Kimey Farías, Gaspar Mengarelli. 4° IENM.

Delfina Medrano y Pedro Rolón. 4° IMVA.

RÍO CEBALLOS – Remontándose a los comienzos de la joven historia de San Cayetano de Río Ceballos, su vicepresidente Nicolás Romo afirma: “Esto comenzó con un grupo de amigos, apenas 20 jugadores. Era un equipo libre de Sierras Chicas, sin prácticamente divisiones por edad. La cosa fue mejorando cuando se agregaron las inferiores a partir del año 2007”.

San Cayetano forma parte desde hace dos años de la liga de fútbol de Sierras Chicas, pero en este 2016 fueron tramando la idea de dar un salto de calidad, participando a partir del próximo año de la Liga Regional Colón. Romo sostiene que no sólo se trata de aspirar a mejorar en el nivel de juego sino también en otra arista fundamental como es la seguridad. Conjuntamente con el grupo de padres, cuyos hijos juegan en el club, la comisión directiva planteó la propuesta de crecimiento a partir de la inclusión de San Cayetano en una liga que ofrece ciertas garantías tanto deportivas como en materia de seguridad.

Actualmente San Cayetano brinda un espacio deportivo a más de 120 chicos, divididos en seis categorías, la mayor parte desde “la 97”, hasta los más chicos del 2005. También están los más veteranos, que llegan a los 50 años sin abandonar el fútbol que tanto los apasiona. El club representa, como en tantos otros lugares, un espacio de encuentro y aprendizaje sumamente valioso para los jóvenes.

En ese sentido, Cristian Brochero, entrenador de las categorías 2000 y 2001 resalta: “Más que nada buscamos entusiasmar a los chicos, porque desde los 12 hasta los 15 sus personalidades son cambiantes y hace falta entretenerlos, encontrar un lugar importante para ellos, mantenerlos ocupados, sacarlos de la calle o de la computadora. A mí me tocó la edad más difícil, desde los 13 hasta los 15.

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Es un desafío complicado y lindo, porque compartís con chicos que son muy buenos, que en ocasiones tienen problemas en la casa y buscan distraerse con nosotros. “Cristian comenzó su vínculo con el club hace años. Pasó de ser un padre que llevaba a su hijo a fútbol a un miembro más, comprometido con lo que él define como “un espacio tranquilo y familiar”.


Lejos de las grandes luces del fútbol profesional, los miembros de este club trabajan a pulmón por un espacio social necesario. A propósito Brochero subraya, “No cobramos por entrenar, más de una vez tuve que poner plata y aparte, hacemos de transporte. Hay que pagar para tener seguridad, para poner árbitros y para que todo sea más competitivo y lindo, por lo que varias veces hay que colaborar, porque muchos chicos no pueden”.


Se trata de una labor que reúne a jóvenes de distintos barrios, con diferentes realidades, de manera absolutamente gratuita. En ese sentido, Brochero afirma que todo se consigue de manera conjunta, refiriéndose no sólo a las canchas donde entrenan sino también al dinero para pagar el árbitro de los partidos, o el traslado para los jóvenes.

“Es totalmente gratis, los chicos no pagan nada y únicamente los fines de semana hacemos una juntada de dinero para pagar un árbitro, eso es por cuenta de la comisión de entrenadores que hace poco se formó, integrada en su mayoría por personas jóvenes. Hay veces que para juntarnos yo llevo 8 en mi auto”.

Apuesta a largo plazo

En los entrenamientos de San Cayetano, las categorías se dividen para practicar fútbol, una hora y media, dos veces a la semana. Mientras los más chicos realizan trabajos de preparación física los más grandes se preparan únicamente en prácticas con pelota. Siguiendo esa línea, Romo explica: “En las categorías mayores cada uno realiza la preparación física por su cuenta, ya sea ir al gimnasio o salir a correr. También hay jugadores que por motivos laborales no tienen el tiempo necesario para entrenar”.

Si bien entre todos lograron reunir los elementos básicos de trabajo (conos, pecheras y pelotas), para la próxima temporada San Cayetano deberá triplicarlos a fines de lograr una mejor preparación. Además, la Liga Colón le exigirá agregar la práctica de fútbol femenino.

Romo tiene claro que a partir del año que viene la vara se elevará en todo aspecto para su club. En ese sentido, asegura que en primera y reserva “es más fácil plantarse” cuando la calidad técnica de los jugadores es buena. A pesar de esto, deja en claro que la apuesta del club es a futuro y por ende, los resultados deportivos serán difíciles de conseguir en un comienzo.

“Es del 25% el aumento en la duración de cada tiempo. Vamos a pasar de jugar dos tiempos de 30 minutos a dos de 45, contra equipos preparados para jugar en ese lapso. Pienso que quizás futbolísticamente las cosas pueden salir mal en un comienzo, y es esperable, pero la expectativa es afianzarnos, terminar el año sin deudas, sin multas, presentarnos en todas las categorías, porque si no te presentas en una categoría acá son 200 pesos, allá son 3000.”

San Cayetano crece como indica todo proyecto con bases firmes, pensando a largo plazo. La ambición de participar en una competencia de mejor calidad, será un compromiso que obligará al club a redoblar esfuerzos a nivel institucional para que luego los frutos deportivos aparezcan.


Cuando es consultado sobre qué se necesita para afianzarse en un nivel mejor, Romo responde con claridad, “Trabajo, mucho trabajo. La idea es que el año que viene se sume gente porque somos los mismos trabajando todo el año y vamos a necesitar más esfuerzos”.


 

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