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Adrenalina en dos ruedas

La ciclista Rocío Fernández, alumna del IENM, con apenas 13 años posee una vasta experiencia en el BMX. En diálogo con El Milenio, la jóven cuenta sus vivencias y sueños en este deporte extremo.

La ciclista Rocío Fernández, alumna del IENM, con apenas 13 años posee una vasta experiencia en el BMX. En diálogo con El Milenio, la jóven cuenta sus vivencias y sueños en este deporte extremo.

Por Ignacio Parisi | ignacioparisi@elmilenio.info

Colaboración: Martina Adoratti, Antonella Lissera y Virginia Sánchez. 4°B IMVA

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[dropcap]E[/dropcap]l BMX es una modalidad acrobática del ciclismo surgida a fines de los 60’ en California que terminó de popularizarse en Estados Unidos y Europa promediando los años 80’, con el primer campeonato mundial celebrado en 1982. En su estilo tradicional, el BMX es una carrera con obstáculos, entre los que se encuentran grandes montículos y curvas cerradas, las cuales son afrontadas por los corredores a gran velocidad en un breve lapso de tiempo.

Este virtuoso estilo de ciclismo incorporado como deporte olímpico en Beijing 2008 se encuentra entre los deportes más extremos y riesgosos. Es practicado con bicicletas de poco tamaño con grandes manubrios para ganar manejabilidad sobre ellas.

La rioceballense Rocío Fernández, una de las grandes promesas juveniles del ciclismo nacional comenzó su recorrido en el BMX con solo siete años. “En ese momento yo andaba mucho en bici, por lo que un amigo de mi papá me llevó a probar, ahí empecé y no me bajé más”, afirma la joven.

Desde temprana edad la piloto afrontó con valentía una disciplina que implica una gran resistencia física y algunos golpes que no son solo parte del aprendizaje sino específicamente de la competencia. En relación a ello, Fernández explica: “Entreno seis veces a la semana para estar preparada. Los lunes miércoles y viernes hago piques y entrenamiento de musculación en el gimnasio. Martes jueves y sábados practico en pista todo lo que es la parte técnica en el Camping General San Martín en Córdoba”.

 

En relación a sus referentes en el deporte, Rocío no duda en nombrar a Gabriela Díaz, una experimentada corredora multicampeona del mundo y participante de las últimas olimpiadas. “También admiro a otros competidoras como Mariana Pajón que es bicampeona olímpica, o Caroline Buchanan. Entre los chicos sigo mucho a San Willoughby que tuvo un accidente grave en el cuello entrenando hace poco”.

Rocío Fernández es consciente de los riesgos que implica el deporte y en ese sentido asegura: “Son comunes las fracturas, o fisuras, e incluso lesiones más graves. El obligatorio usar pantalones y remera larga, además de guantes y obviamente el casco”.

La pilota oriunda de Río Ceballos ya ha adquirido una gran cantidad de experiencias no solo en las grandes citas nacionales, donde compitió en La Pampa, Buenos Aires, Villa Giardino, Córdoba Capital y Santiago del Estero, lugar que tiene lo que Fernández define como “una de las mejores pistas del país”, sino también en la escena internacional participando en mundiales juveniles en Nueva Zelanda, Bolivia, Bélgica, Francia y Holanda.

En relación a ello, sostiene que la exigencia de las competencias internacionales es completamente diferente, ya que a nivel nacional pocas son las jóvenes que participan. En ese sentido, agrega: “En los provinciales yo corro con los varones porque somos solo cuatro chicas en Córdoba y eso que hay seis pistas para correr en la provincia. En cambio afuera es completamente diferente, hay clasificaciones, cuartos y semifinales para llegar a la competencia final”.

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Rocío encuentra en el circuito internacional la posibilidad de crecer deportivamente, pudiendo medir su potencial ante otras jóvenes provenientes de países en los cuales el incentivo y desarrollo de deportes alternativos como el BMX es moneda corriente. Siguiendo esta línea, Fernández entiende que solo la competencia la hará llegar al lugar que se propone y sabe en qué aspectos tiene que mejorar para lograrlo. “Todavía me cuesta a ese nivel, me hace falta más roce, me da miedo el saltar, el choque. Tengo que tener más soltura y dejar de ponerme nerviosa porque eso te perjudica. Para mi competir afuera es una experiencia increíble en todo sentido, porque conoces y aprendes un montón. Hice amigas francesas, chilenas, neozelandesas y peruanas”, asegura Fernández.

La corredora resalta además el ambiente positivo que gira en torno incluso de la competencia. Una de sus grandes amigas compite con ella, y asegura que fuera de los pocos segundos que dura la carrera la atmósfera del BMX se destaca por su compañerismo, y la posibilidad de compartir una pasión aunque se trate deportivamente de un duelo individual.

De selección

Rocío Fernández forma parte del proyecto del seleccionado juvenil de BMX. Al respecto, explica: “Entreno con el entrenador de la selección, él trabaja en pista con un grupo de chicos en Córdoba. Hay un proyecto para que el año que viene chicos y chicas de entre 14 y 16 años participemos de una concentración de cinco días de entrenamiento fuerte”. A partir de los resultados, tanto en las concentraciones como en las competencias a nivel nacional, se seleccionarán los jóvenes que formarán la delegación argentina en los próximos mundiales y panamericanos.

La ciclista rioceballense posee como gran ambición para los próximos años participar en los mundiales juveniles a disputarse en Estados Unidos. Allí intentará acceder a la fase final de una prueba que reúne a los mejores talentos jóvenes del BMX.

Si bien los mundiales aparecen como su meta más próxima Fernández no duda ni un segundo cuando es consultada acerca de su objetivo máximo, “Mi sueño es ganar una medalla para Argentina en los Juegos Olímpicos”, concluye la atleta.

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