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El Tata Martino renunció como director técnico de la selección argentina de fútbol

La renuncia de Martino a la dirección técnica del seleccionado argentino suma otra página más para el desastre que envuelve a la AFA. Columna deportiva.

La renuncia de Martino a la dirección técnica del seleccionado argentino suma otra página más para el desastre que envuelve a la AFA. Columna deportiva. 

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Federico Sánchez
Por Federico Sánchez (Radio Máxima 89.3)

Columna deportiva

Desde lo numérico, lo del Tata no es malo y creo que este problema no es deportivo ni pasa por el segundo subcampeonato en Copa América. Esto viene desde arriba, desde los dirigentes que manejan al fútbol argentino.

Los resultados deportivos, las medallas, las copas, los podios, vienen de la mano con una buena conducción, seria y ordenada. La AFA es todo lo contrario: no tiene presidente, tiene veedores de la FIFA, estuvo a punto de ser intervenida por la justicia y la consecuente desafiliación de la casa madre del fútbol mundial.

La Copa América sirvió para ver la verdadera cara de la AFA. El segundo puesto, entonces, bienvenido sea. Ganarla hubiera sido hermoso, espectacular, pero la hubiera maquillado un poco.

No estoy contento con la renuncia de Martino. Esto no es culpa de él, ni de Higuaín, ni de Agüero, ni de Messi. Esta Copa América se jugó a los tumbos, el equipo hizo lo que pudo a pesar de todo y aun así terminó invicto por segunda edición consecutiva.

Pero la culpa no es de ellos, es de los dirigentes. Entiendan que el mes que viene comienza el Torneo de Primera División y todavía no se sabe cómo se juega. Es un desastre.

No hay proyectos, no hay ideas, no hay conducción, no hay recursos. No tenemos técnico y tampoco hay nadie que se haga cargo de las selecciones juveniles.¿Cómo puede pasar eso en una potencia mundial, desde lo futbolístico, como lo es Argentina?

Ahora, tampoco hay equipo para los Juegos Olímpicos, que darán inicio en un mes exacto. Porque lo que sí hay es intereses propios. Porque cada dirigente quiere llevar agua a su molino y si tal no hace ‘x’ cosa, yo tampoco lo voy a hacer. El próximo 5 de agosto comienzan en Río y Argentina no tiene equipo, porque los clubes prefieren retener a su jugador en vez de dejarlo jugar una competencia que, quizás, sea la única vez en su vida que la pueda disputar.

Por eso, sería iluso festejar la renuncia de nuestro seleccionador. Porque esto cala más hondo a la crisis que parece no tener fin.

Antes, éstas cosas las piloteaba Grondona; ahora no hay quién y el fútbol argentino es un verdadero desastre. No sabemos dónde estamos parados y el clima de incertidumbre es cada vez más grande.

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La renuncia de Martino es la gota que colmó el vaso. Porque él quería e iba a dirigir la Sub 23 en búsqueda de la tercera medalla dorada, pero las condiciones no están dadas y su declinación al cargo me parece perfecto.

Yo lo banco al Tata, como lo hice durante todo su ciclo. Pero así, maestro, no se puede trabajar. Lo de él, como la renuncia de Messi, es algo totalmente entendible teniendo en cuenta el contexto en que se desenvuelven los que están en AFA.

Los jugadores y el cuerpo técnico no tienen la culpa. El segundo puesto no es un fracaso, sí lo es no tener nadie que se haga cargo del fútbol en nuestro país.

El fútbol argentino, a mi entender, no tiene norte, no tiene destino, no tiene cabeza, no tiene nada. Es un desastre, viejo. Esto no puede seguir así.

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