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Sierras Chicas ¿zona sísmica?

Ante la preocupación que causó el reciente sismo chileno, Jorge Streling, geólogo y vecino de Unquillo, acudió a El Milenio para dar algunas explicaciones. ¿Por qué se producen tantos terremotos en Chile y qué consecuencias trae para la zona de Sierras Chicas? Todos los datos, en esta nota.

El importante terremoto que sacudió Chile el pasado miércoles 16 de septiembre ha hecho que más de una persona se pregunte cuál es la posibilidad de que un sismo de tal magnitud ocurra bajo su propia casa. Para averiguarlo, El Milenio habló con Jorge Streling, quien aparte de ser un geólogo e investigador reconocido, vive en Cabana (por lo menos seis meses al año, ya que la otra mitad se la pasa investigando en la Antártida).

Sucede que, aunque a simple vista no se note, la Tierra no es un planeta estático sino que está en constante movimiento. ¿Cómo? La litósfera (la capa externa sólida y rígida de la Tierra) está dividida en piezas como un rompecabezas gigante. Estas piezas, llamadas placas tectónicas, pueden servir de base a un océano, un continente o ambas cosas, pero lo más importante es que «flotan» sobre la astenósfera, una capa plástica compuesta básicamente de roca fundida.


Debido a esta situación y a los movimientos de convección del magma en el interior de la Tierra, las placas tectónicas se desplazan lentamente. «Hay zonas de distención donde las placas se alejan y zonas de acercamiento donde, o bien las placas son continentales y tienen la misma densidad, por lo cual chocan; o bien hay una marina y una continental donde la primera es más densa y en consecuencia se mete por debajo de la segunda. Esto es lo que se llama zona de subducción y vinculada a ella hay una gran actividad sísmica y volcánica», explica Jorge Streling.


Esto último es precisamente lo que ocurre en Chile. Allí la Placa de Nazca, ubicada en el Pacífico y compuesta básicamente por corteza oceánica, se hunde lentamente por debajo de la Placa Sudamericana, sobre la que estamos parados. Cuando este movimiento se «traba» en algún punto, comienza a acumularse más y más tensión hasta que se produce una liberación repentina que se expande radialmente. Así se produjo este último terremoto, que alcanzó 8,4 grados en la Escala de Richter y dejó un saldo de 13 muertos y más de 9 mil damnificados.


¿Esperando el temblor?

Pero ¿qué ocurre con la zona de Sierras Chicas? Aunque estamos a varios kilómetros de esta peligrosamente activa zona de subducción, esto no nos exime de sufrir algún que otro terremoto, ya sea local o «importado”, como el de la semana pasada. De hecho existe un caso histórico en la provincia que es el terremoto que afectó a la localidad de Sampacho en 1934 y que alcanzó una magnitud de 5,6 grados Richter.

«Córdoba no es una zona sísmica, lo más normal es que repercutan los sismos que se producen en otros lugares. Sin embargo, también tenemos hipocentros sísmicos locales», apunta Streling. «Lo que pasa es que la Placa de Nazca se hunde por debajo de la Sudamericana pero en lugar de seguir descendiendo y fundirse en la astenósfera, se endereza y sigue derecho hasta la altura de las sierras de Córdoba, donde finalmente baja y desaparece», señala el geólogo. De esta forma, el ángulo de subducción es pequeño y ambas placas permanecen casi paralelas durante cientos de kilómetros, incrementando significativamente el roce entre ambas.





Sin embargo, Streling señala que estos procesos ocurren a gran profundidad y que el sustrato rocoso y rígido de las Sierras es menos sensible a la transmisión de las ondas sísmicas que los terrenos blandos de carácter sedimentario, como la zona pampeana. Por lo tanto, aunque hay algunas fallas (fracturas del terreno que se generan como respuestas a los procesos endógenos de la Tierra y que pueden presentar más o menos actividad), Sierras Chicas pertenece a la “Zona 1” del país, es decir, un área de sismicidad reducida.

«Por ahora no tenemos que preocuparnos más que por estos sismos a los que estamos acostumbrados, salvo que a esta placa abajo nuestro se le ocurra moverse en serio, pero estaríamos hablando de tiempos geológicos, o sea, millones de años«»«, asegura Streling con tranquilidad.

Aún así, como señala el geólogo, existen normas de construcción antisísmica en la zona aunque muchos las desconocen o las ignoran deliberadamente por el costo de los materiales (fundamentalmente, acero y cemento). «Es conveniente aplicar estos parámetros de construcción, aunque sea para no tener grietas», señala el profesional.

El día después de cien años


Si bien los terremotos no representan un riesgo para Sierras Chicas, otros procesos planetarios sí podrían hacerlo. Las investigaciones de Jorge Streling en el Instituto Antártico Argentino revelan un dato preocupante: dentro de cien años, el hemisferio norte de la Tierra se congelaría mientras el sur, en cambio, se calentaría notablemente. No es coincidencia que este descubrimiento inspirara la película “El día después de mañana”.

Se trata de un proceso en parte natural y en parte agravado por el calentamiento global y la actividad humana que lleva paulatinamente al derretimiento de los polos y otras masas de hielo, lo cual produce un aumento de la cantidad de agua dulce a nivel oceánico. Así, la cantidad de sal en la Corriente del Golfo y otras encargadas de llevar calor al hemisferio norte disminuiría, lo cual terminaría por “bloquearlas”.

“En realidad lo que estaríamos disparando es un enfriamiento más que un calentamiento y esto pasaría de acá a cien años, no es tanto. Es lo que van a sufrir las futuras generaciones. Por supuesto que hay que ver cómo responden los demás factores climáticos”, apunta Streling.

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