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Cumbia, orquesta y bailongo

Los integrantes de la banda son: Santiago Felenderler (timbaletas), José Alday (congas), Javier Romero (cantante y accesorios), Juan Ceballos (clarinete y cantante), Soledad Ceballos (flauta traversa y cantante), Sebastián Picco (violín y bombardino), Agustín Cornaglia (trompeta), Colar Barsola (bajo), Nicolás Díaz (acordeón) y Juan Ludeño (guitarra).

La Garrotera es un proyecto musical de cumbia colombiana con “color serrano”, según define Nicolás Díaz, acordeonista de la banda. Los inicios de este conjunto, que poco a poco se abre camino en los escenarios, datan de apenas un año atrás. Este grupo de amigos, provenientes de distintos rincones de Sierras Chicas, se fueron sumando con una idea fija: la de juntarse a hacer música. Siguiendo esa línea, Nicolás destaca que la elección del género, para dar comienzo al compás, tuvo que ver con una cuestión de gusto.

Hace más de un año nació en Sierras Chicas una banda de cumbia que trae consigo una variedad de instrumentos pocas veces vista en el género. Se trata de La Garrotera, una orquesta atípica que viene a hacer bailar al Gran Córdoba.

Los integrantes de la banda son: Santiago Felenderler (timbaletas), José Alday (congas), Javier Romero (cantante y accesorios), Juan Ceballos (clarinete y cantante), Soledad Ceballos (flauta traversa y cantante), Sebastián Picco (violín y bombardino), Agustín Cornaglia (trompeta), Colar Barsola (bajo), Nicolás Díaz (acordeón) y Juan Ludeño (guitarra).
Los integrantes de la banda son: Santiago Felenderler (timbaletas), José Alday (congas), Javier Romero (cantante y accesorios), Juan Ceballos (clarinete y cantante), Soledad Ceballos (flauta traversa y cantante), Sebastián Picco (violín y bombardino), Agustín Cornaglia (trompeta), Colar Barsola (bajo), Nicolás Díaz (acordeón) y Juan Ludeño (guitarra).

Por Ignacio Parisi. ECI-UNC. 

Colaboración: Lucas Amuchástegui, Pilar El Hay, Brisa González, Atila Suasnabar. 4° IENM.

La Garrotera es un proyecto musical de cumbia colombiana con “color serrano”, según define Nicolás Díaz, acordeonista de la banda.  Los inicios de este conjunto, que poco a poco se abre camino en los escenarios, datan de apenas un año atrás. Este grupo de amigos, provenientes de distintos rincones de Sierras Chicas,  se fueron sumando con una idea fija: la de juntarse a hacer música. Siguiendo esa línea, Nicolás destaca que la elección del género, para dar comienzo al compás, tuvo que ver con una cuestión de gusto.

Es entonces que bajo la influencia de la cumbia colombiana emerge la posibilidad de generar una banda de “cumbia orquesta” mezclando ritmos,  melodías y posibilidades instrumentales de todo tipo.

El nombre de este grupo nace en la búsqueda de alguna denominación bizarra y “La Garrotera” surge a modo de homenaje a Chespirito, el conocido actor mexicano, ya que sus integrantes reconocen  a la música de la banda como una “cumbia del Chavo”.

La diferencia entre esta formación y cualquier otra que abarque los mismos géneros radica en su composición instrumental. A simple vista podemos ver bronces, tradicionales en las orquestas de cumbia tales como la trompeta, además de las gaitas características de la música colombiana. Pero también aparecen sonidos alternativos como los del clarinete, la flauta traversa, el acordeón y el violín.

“Para nosotros fue todo un desafío incorporar estos instrumentos”,  reconoce a El Milenio el acordeonista. Y es que en realidad la diversidad de sonidos no tuvo que ver con una planificación, sino con una adaptación a los instrumentos que tocaba cada uno de los integrantes que fueron incorporándose a la orquesta.

Si bien el repertorio actual se encuentra conformado por temas de música tropical colombiana, poco a poco han incorporado ritmos y melodías que mucho tienen que ver con el cuarteto cordobés.

“Hemos acelerado los ritmos en algunas interpretaciones que hacemos”, cuenta Agustín Cornaglia, trompetista de La Garrotera. A esto se agregaron reversiones de temas vinculados con la salsa y la música cubana.

“En relación a los arreglos, uno de los chicos de la banda, Sebastián Picco -el violinista- fue quizás quien más tomó la iniciativa junto conmigo. Es el que generalmente se ocupa de acomodar los arreglos para los instrumentos melódicos, las voces  y yo lo ayudo”, destaca Díaz.

A partir de ese puntapié inicial,  comienzan a surgir distintos enlaces musicales que desembocan en lo que la banda presenta una vez en escena.

Con la  premisa de la autogestión

La Garrotera ha desparramado sus canciones por distintas  presentaciones tanto en festivales como en fiestas particulares. La banda ya realizó dos fiestas totalmente autogestionadas a las cuales dio a llamar La Mesita, además de distintas apariciones en bares y festivales de Sierras Chicas.

“Nosotros ya hicimos dos fiestas propias, y tenemos planeada otra más para noviembre. La idea es que estas fiestas nuestras se conviertan en un ciclo, y que sea una vez por mes. En un principio lo que buscaríamos es que sea rotativa por todo Sierras Chicas y quizás hasta llegar a realizar alguna en Córdoba, esa es la idea futura”, expresa Agustín Cornaglia.

A su vez, la propuesta incluye la posible incorporación de otras bandas al ciclo provenientes de otras raíces musicales. “Organizar estas fiestas implica mucho esfuerzo para nosotros, es ponerle el cuerpo, pero realmente vale la pena”, agrega el trompetista.

La fiesta como impronta

La Garrotera encuentra respuesta en el público con su sello alegre y festivo característico. La repercusión de sus presentaciones va creciendo a paso firme a través no sólo “del boca en boca” sino fundamentalmente de las redes sociales.

“En cuanto a la trascendencia, ha tenido bastante alcance la música que hacemos, y el público se va agrandando a través de la página de facebook. En la zona de Sierras Chicas tenemos bastante gente que nos sigue. Los miembros de la banda algunos son de Villa Allende, Mendiolaza, Rio Ceballos, Unquillo, así que tenemos gente de todos lados que nos va siguiendo”, expresa Díaz.

En esa misma línea, Cornaglia destaca el gran interés que despierta la banda en lugares donde incluso la gente no los conoce. “La gente se prende mucho, no sé si sucede lo mismo con todos los ritmos latinoamericanos, pero a donde vamos la gente se pone a bailar”, asegura el músico.

En cuanto a la expansión hacia otros territorios, la orquesta pasó por algunos de los escenarios más representativos de la escena cordobesa como son Casa Babylon, como parte de La Cumbre de la Cumbia, además de 990Arteclub.

“Con respecto a lo que refiere a  grabación de nuestro material, hay un demo con 5 temas que grabamos el año pasado -casero- producido en la casa de uno de los chicos, con nuestros equipos. Ahora la idea es grabar de nuevo, pero con un especialista en sonido en un pequeño estudio suyo. Allí queremos agregarle algunos instrumentos como la trompeta, mas temas nuevos que no están grabados”, concluye Cornaglia.

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