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Comunicar desde el humor

El humorista Gabriel Kalenberg realizó su primera presentación en Sierras Chicas. Para su estreno en los escenarios de la región el artista eligió la sala Caminito Serrano, ubicada en la ciudad de Río Ceballos | Por Ignacio Parisi
  • Colaboración: María del Mar Reyna. 4º IENM.

Ganador de cinco premios Martín Fierro en radio y  premiado por sus trabajos en televisión, Gabriel Kalenberg es sin dudas uno de los referentes del humor cordobés.  Su amplia carrera profesional muestra de qué manera se pueden entrelazar el periodismo y los escenarios.

El artista estudió para convertirse en Licenciado en Comunicación Social, y a pesar de especializarse en la gráfica, decidió comenzar a trabajar en la radio. A partir de sus primeras incursiones en el medio fue construyendo un camino alternativo que desemboca en otra de sus pasiones: hacer reír.

Si bien el proyecto en el que trabaja actualmente es definido artísticamente como stand up, el cómico remarca al humor como su campo, y a esta técnica como una manera de producirlo.  Además, se define como un autodidacta, criado artísticamente en un contexto netamente diferente al actual, e influenciado por la televisión.  Sus referentes en lo que a stand up se refiere fueron  los comediantes, Jerry Seinfeld, Adal Ramones, y Angel Martín.

“Me gusta que la gente diga que soy muy serio para ser humorista y demasiado gracioso para ser periodista”, dijo Kalenberg.
“Me gusta que la gente diga que soy muy serio para ser humorista y demasiado gracioso para ser periodista”, dijo Kalenberg.

Periódico El Milenio: ¿De qué manera se puede explicar esta trayectoria que culmina en sus proyectos actuales?

Gabriel Kalenberg: Soy periodista, y comencé trabajando en la radio, hacía entrevistas de rock. Luego empecé a producir una sección de humor,  vinculándome cada vez más con eso y menos con el periodismo, hasta que un día me di cuenta que estaba elaborando humor todos los días. Hace ocho años surgió lo del stand up, en una época en la que nadie tenía idea de qué se trataba.

La inclinación hacia el género fue la misma que todos los que crecieron en los noventa. En ese entonces estábamos muy influenciados por la televisión y no existía el mismo acceso a internet que tenemos hoy.

EM: ¿Piensa que el humor es una cualidad que uno trae consigo, o implica algo que se construye?

GK: Yo creo que de alguna manera humorista se nace. Pienso que uno tiene que venir al mundo con la voluntad de hacer reír, y también sostengo que se trata de una cuestión de entrega.  Es fundamental que te haga feliz a vos mismo, y requiere trabajar muchísimo tiempo por “el pancho y la coca”.

Lo importante es que vale la pena y que uno encuentra el impulso necesario cuando entra al escenario. En cuanto a si la cualidad humorística se construye, ahora mismo existe mucha gente que da clases, pero que vayas a un curso no implica que uno salga siendo un humorista. Hay que tener algo adentro para hacer humor, igual que en el periodismo.

EM: ¿Qué diferencias se encuentran entre lo que entendemos como humor tradicional y el stand up?

GK: A diferencia del humorista tradicional,  quien trabaja en stand up hace humor en primera persona, lo que cuenta le pasa a él. La búsqueda tiene que ver con la verosimilitud, que la gente pueda sentirse identificada con lo que a uno le pasa.  También se diferencia en que en el stand up no hay remate como en el chiste.  Aún así, yo aplico todo lo que sirva para que la gente se ría y la pase bien y uso también técnicas que no son del stand up.

EM: ¿Encuentra entonces temáticas recurrentes que le ayuden a conectar con el público?

GK: Si, encuentro cosas que me gustan mucho, pero sin dudas lo que más me atrae es hablar de las relaciones humanas. En referencia a eso, el espectáculo que estoy realizando ahora trata íntegramente sobre relaciones humanas. Allí encuentro una conexión clara con el público, cuando hablas de la familia les pega en el ojo a todos.

EM: ¿Cómo se definiría en función de las diferencias entre su trabajo como humorista y el periodismo que ejercía en  sus comienzos?

GK: En relación a eso ni siquiera quiero ser reconocido plenamente como periodista, yo soy Licenciado en Comunicación Social, con orientación en gráfica. Me gusta que la gente diga que soy muy serio para ser humorista y demasiado gracioso para ser periodista; me gusta caminar por esa cornisa y que nadie sepa de qué lado estoy.

Creo que mientras uno esté frente a un micrófono, una cámara o incluso ante un teclado para un medio gráfico, uno está todo el tiempo siendo un comunicador, y se pueden comunicar cosas aún desde el humor.  De hecho se pueden decir, desde el humor, cosas que desde la palabra periodística pueden parecer molestas.

EM: ¿Cuáles cree que fueron sus mayores logros a nivel profesional?

GK: No quiero caer en algo en particular, creo que mi mejor logro profesional tiene que ver con que la gente crea que lo que hago, lo hago con sentimiento. Porque le pongo la misma pasión cuando actúo para 10 o para 100.

Me bajo del escenario y le pregunto a cada uno si lo disfrutó. Soy así desde que empecé y planeo no cambiar. Mi logro pasa por ahí, que la gente vea que lo mío es sincero, no un personaje.

EM: ¿Cuando piensa en su futuro, que proyectos se imagina realizando?

GK: Dentro de 10 años espero seguir haciendo lo que me gusta hacer, no sé qué voy a hacer pero me gustaría hacer algo que me haga sentir vivo, sea lo que sea.  Pienso que una materia pendiente es tomar clases de actuación. Soy muy inquieto, uno no puede aprender cosas si no se asume que ignora otras.

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