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El ejemplo de un grande

A quince años de la muerte de René Favaloro, El Milenio recuerda a un personaje que enorgullece a la sociedad argentina no sólo por su contribución a la medicina, sino fundamentalmente por su labor incansable y sus valores incorruptibles.

A quince años de la muerte de René Favaloro, El Milenio recuerda a un personaje que enorgullece a la sociedad argentina no sólo por su contribución a la medicina, sino fundamentalmente por su labor incansable y sus valores incorruptibles.

“Debe entenderse que todos somos educadores. Cada acto de nuestra vida cotidiana tiene implicancias, a veces significativas. Procuremos entonces, enseñar con el ejemplo”
“Debe entenderse que todos somos educadores. Cada acto de nuestra vida cotidiana tiene implicancias, a veces significativas. Procuremos entonces, enseñar con el ejemplo”

Por Redacción El Milenio.

René Gerónimo Favaloro nació en La Plata el 12 de julio de 1923. Hijo de padre carpintero y de madre modista, con una abuela que le enseñó “a ver la belleza hasta en una pobre rama seca”, Favaloro pronto destacó por su bondad y su compromiso. Ya en su tercer año de carrera, mientras hacía las prácticas en el Hospital Policlínico, Favaloro volvía por las tardes para charlar con sus pacientes y controlar su evolución, yendo más allá de lo que le exigía el programa.

Desde los consultorios rurales de Jacinto Aráuz en La Pampa a las grandes instalaciones de la Cleveland Clinic en Estados Unidos, el médico argentino siempre mantuvo la misma dedicación y atendió a sus pacientes sin hacer distinciones. El 9 de mayo de 1967 realizó la primera operación de bypass coronario del mundo, técnica que significó un gran avance para la medicina moderna y que le valió el reconocimiento internacional.

En el año 2000, la fundación que había creado con tanto esfuerzo atravesaba una seria crisis económica. Cansado de ser un “mendigo de su propio país”, como lo expresó en su última carta, René Favaloro decidió quitarse la vida el 29 de julio.

Hoy mucha gente vive gracias a su descubrimiento, pero más allá de su contribución a la ciencia, René Favaloro vive en el recuerdo de Argentina y el mundo por su honestidad, su humildad, su moral intachable, su labor constante en pos de una salud que no reconociera barreras sociales ni económicas y su lucha incansable contra la corrupción. Sin duda, un ejemplo que hoy en día hace falta más que nunca.

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