Definida por sus integrantes como una alternativa para lograr convivencia con la naturaleza y la producción de alimentos, la feria -que transita su segundo año- aglutina productores y huerteros, quienes excluyen el uso de agrotóxicos y sustancias transgénicas en la elaboración de sus productos.
Por Pamela Benitez
La iniciativa se realiza en la explanada municipal los segundos y cuartos miércoles del mes. En cada oportunidad, los expositores ofrecen alimentos frescos y de máxima calidad, cuyo proceso de producción se aleja de los establecidos por la industria tradicional, para lograr alimentos libres de contaminantes y, al mismo tiempo, poder respetar el ámbito natural donde se encuentran.
Verduras, plantas aromáticas, huevos, y miel, producidos bajo un enfoque agroecológico, formaron parte de la oferta. Los asistentes llevaron sus propias bolsas, y allí también se compartieron saberes sobre alimentación, cuidado de la salud y del medio ambiente. También se entregaron semillas en el horario en que se realiza la feria, por las mañanas de 9:00 hs a 13:00 hs.
Desde la organización, indicaron que uno de los objetivos es lograr la estabilidad de la actividad. No obstante, su crecimiento paulatino demuestra que en la actualidad los ciudadanos apuestan a formas más simples de intercambio comercial. Los resultados positivos de la feria, que comenzó con una periodicidad mensual, hacen que este año se haya diversificado la oferta y aumentado su frecuencia.
Una mirada conciente.
El objetivo fundamental es la obtención de alimentos saludables y de máxima calidad, frescos y variados, respetando el medio ambiente y conservando la fertilidad de la tierra. Todo ello mediante la utilización óptima de los recursos naturales, excluyendo el empleo de productos químicos de síntesis y procurando un desarrollo sostenible.
La actividad la conforman principalmente huerteros, agricultores familiares con capacitación técnica para producir, que completan sus ingresos familiares, al tiempo que construyen una experiencia de economía social y solidaria.
La participación del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) es fundamental. El INTA tiene una rama ,desde la cual se imparten los conocimientos para mantener una producción limpia de sustancias potencialmente tóxicas para el ser humano. Los residuos de los productos que cotidianamente se utilizan para optimizar las industrias del agro, quedan depositados en los alimentos, los cuales luego son consumidos por las personas.
Cambiar la forma de pensar.
Si se piensa en cómo se producen los huevos en las granjas, seguramente la primer idea sería la de gallinas andando libre en amplios espacios verdes bajo la luz del sol, y luego cumpliendo su trabajo en un nido. Sin embargo, el crecimiento del consumo demanda productos primarios que se obtengan de modo rápido. Por eso, se introdujeron en el campo técnicas para lograr la mayor eficiencia en un corto periodo de tiempo.
En el caso de las gallinas ponedoras, normalmente se construyen grandes galpones, especialmente acondicionados para que los pollitos crezcan, es decir, engorden, y mediante el uso de la tecnología, se aceleren sus procesos biológicos para conseguir el triple de la produccion de huevos en la misma franja de tiempo.
El hecho es que este método, actualmente estandar, prohibe a dichos animales el contacto con la naturaleza, su medio natural, la luz solar, importante para los procesos orgánicos de todos los seres vivos, y además, a lo largo de su corto período productivo, se les suministran diversos tipos de compuestos químicos que se transmiten al huevo, por lo tanto, las personas son las consumidoras finales de dichas sustancias.
Elección Sana.
Desde sus comienzos, Alexia Olmos, forma parte de la feria. Su producción se orienta exclusivamente a las gallinas ponedoras. «Nosotros tenemos gallinas ponedoras. La idea de nuestra producción es que no sea la convencional, que los animales estén al aire libre, en contacto con la naturaleza», explicó Olmos.
La producción de Alexia incluye más de 400 gallinas, en distintas instancias del procesos, a las cuales mantiene en un cuarto de hectárea. Para iniciar y mantener su emprendimiento, por el momento, solventa los gastos con otros ingresos.
Respecto al precio del producto, Olmos apuntó a que el precio justo, es aquel que al productor no le deja una ganancia exorbitante, ni le genera pérdidas. «Nosotros no queremos que los huevos sean producto de elite, por eso tratamos de mantener bajo los costos», dijo.
En este sentido, la feria se caracteriza por eliminar la figura del intermediario. Olmos explicó que es una condición básica que los expositores sean los productores, de ese modo se puede asegurar la calidad del alimento.
La mirada agroecologica.
La feria está respaldada por la Municipalidad y el INTA. Por eso, existen requisitos de exigencia a cumplir para quienes deciden tener una huerta, o emprendimiento de este tipo.
La perspectiva agroecológica combina el aprovechamiento del aspecto económico y social de la producción con el ejercicio del respeto a las formas de vida, que circundan los asentamientos de producción. De este modo, el rasgo significativo de este método es la prevención sobre el uso de sustancias tóxicas, que terminan siendo consumidas por las personas.
El criadero que mantiene Alexia cumple con dichas exigencias. Las medidas básicas incluyen los controles para la salmonela, y los antiparasitarios. En el plano de la prevención, existen medidas que reducen los preligros para las gallinas.
Olmos conluyó afirmando que la agroecología pretende que podamos convivir, sin necesidad de emplear plaguicidas que pueden afectar la calidad de vida. «Quienes nos visitan son personas que están concientes de la situación y también explicamos a quienes no saben, pero se interesan. Últimanente la gente apoya el movimiento, para nosotros es muy importante eso», remató Alexia.
