Vecinos de Unquillo consideran que los dispositivos de tránsito entorpecen la circulación vehicular y retrasan el paso.
Redacción: El Milenio.
En general, los semáforos en vías principales de una ciudad favorecen la circulación vehicular, previenen accidentes, y a la vez otorgan espacios para el cruce de peatones.
En el caso de la ciudad de Unquillo, estos dispositivos de tránsito fueron instalados recientemente en arterias que se consideraban caóticas para el tráfico motorizado y viandantes; pero los vecinos consideran que más que facilitar el paso, entorpecen y retrasan.
“44 segundos de espera en rojo en la avenida principal de la ciudad, para dar paso a una arteria secundaria, de la que sólo salen 3 o 4 autos, es una locura”, recalcó Luis, habitante de Unquillo.
Actualmente, Unquillo cuenta con dos semáforos en funcionamiento; ambos ubicados sobre la Avenida San Martín, los cuales dan paso a arterias colindantes a la misma. Uno está situado en la intersección con la calle Crucero General Belgrano, que permite la circulación de la salida del Instituto Educativo Nuevo Milenio, y el segundo instalado en el empalme de la calle Spilimbergo.
Según algunos conductores de la ciudad, los semáforos no están mal dispuestos, sino que los tiempos de programación para la luz verde es lo que complica y dilata la fluidez de tránsito, ya que cede paso por 22 segundos, mientras que frena los vehículos por el doble de tiempo, es decir 44 segundos.
Asimismo, en ciertos horarios, la Municipalidad dispuso de inspectores en las zonas de los semáforos, puesto que hay un incumplimiento permanente de las luces de señalización de los mismos.
“La mayoría de los conductores pasan los semáforos en rojo”, comentó un inspector.
